Entrevista a Pinocho Routin

Escribe Maxi Santos

«…la murga mira el acontecer nacional. El tema del referéndum es un tema muy importante para la ciudadanía y está bueno que la murga pueda abordarlo y que dé su punto de vista.»

En pleno carnaval, desde El Sol les compartimos una entrevista con un actor relevante en el ambiente carnavalero con el cual tuvimos el gusto de poder abordar una variada cantidad de temas, desde lo vivido luego de un año sin carnaval hasta la relación entre la política, lo político y el carnaval. Pinocho nos cuenta de este año atípico marcado por el covid, la adaptación a ciertos cambios, su postura con respecto a comentarios del gobierno sobre los límites del humor, la presencia de la postura en favor del SI de varios conjuntos de carnaval, entre varias apreciaciones que invitamos a leer.

La primera pregunta que te quería hacer tiene que ver con la pandemia y el carnaval. Preguntarte cómo se vive un carnaval después de un año sin que fuera posible poder actuar o participar en el armado de un espectáculo.

Fue un año complejo de ensayos, pensando que esto comenzó el año pasado con una gran incertidumbre de cómo iba a ser este carnaval. Inclusive con ese fantasma de que siempre está esa posibilidad de que no se pueda llevar a cabo. Fue modificando bastante el calendario de ensayos por gente que se contagió, por protocolo, por ir tomando medidas que pudieran contribuir con la salud general del grupo y con la salud de la población. Entonces, en ese sentido fue un año atípico pero como todo el grupo estaba dispuesto a que esto saliera adelante se hizo viable.

Los cambios que se introdujeron este año en el Ramón Collazo, por ejemplo la pantalla led o no poder hacer la clásica pasada por el momento. ¿Cómo se piensa eso?

Es un cambio que sin duda está basado en el cuidado. El hecho de tener escenografía hace que haya un montón de gente más arriba del escenario y eso es lo que se quiere evitar. Es una alternativa válida, que creo que es solo para este año. Nada se compara con lo tridimensional que le da un marco mucho más lindo a los espectáculos que la pantalla que tenemos hoy. Pero como alternativa debo decir que es muy buena, que funciona muy bien, que está muy bien pensado y que hay todo un conocimiento técnico de la gente que lo ha llevado adelante.

Un poco pensando en estos años de pandemia, estos fueron años de pérdidas y no solo dentro del carnaval, por ejemplo el caso de Dino, ¿Cómo se siente eso?¿Qué nos deja?

Deja una desazón muy grande. Hay un montón de gente que no ha tenido la suerte de poder atravesar la pandemia, que ha quedado por el camino, yo creo que hay un dolor de la comunidad, ya sea para figuras públicas como es el caso de Dino o para un montón de gente que está en el anonimato pero que no ha podido atravesar el temporal. Entonces, en el sentir colectivo hay un dolor instalado por las pérdidas. 

Con respecto a los espectáculos que dirigís, te quería preguntar ¿Qué crees, después de esta primera ronda, que hay que ir ajustando en los conjuntos?

Los espectáculos precisan rodaje, siempre. En carnaval sucede mucho eso que a las primeras ruedas, salvo excepciones, se llega pisando con mucho cuidado. A veces la premisa interna sin que sea manifestada por el grupo es “hoy tratemos de hacer una actuación correcta que con eso está bueno como inicio”. Es un estreno que comienza en los tablados y se consolida en el Teatro de Verano, que por el marco de público y por las características del concurso adquiere otra relevancia. El barrio, en ese sentido, es muy generoso y está abierto a que el espectáculo pueda rodar con algunas dificultades; cosas que el concurso, en ese sentido, tiene puesto el ojo en todo.

Los espectáculos son uno cuando se sale al desfile y otro cuando termina el carnaval. O sea, podés llegar a ver dos murgas diferentes. Hay un montón de cosas que van quedando por el camino, que tiene que ver con el repertorio y otras que se van sumando a nivel de interpretación, o más vinculadas al humor que van apareciendo. Si ponés en un extremo el desfile y en el otro lado el final del carnaval, te vas a encontrar con un espectáculo súper maduro al final al que se le sacó todo el provecho, todo el potencial que tenía.

Milita Alfaro en su columna de radio sobre historia y carnaval ha señalado que la coincidencia del carnaval con el referéndum y la cercanía de él,  ha hecho que se genere una monotonía en el tema. Siguiendo su línea incluso podemos decir que podemos ver muchos conjuntos variadas interpretaciones de Lacalle Pou ¿qué te parece lo que plantea? ¿Le quita un poco de condimento a los conjuntos?

Hay un cambio de gobierno y también está este compás de espera de dos años de carnaval. Entonces de alguna manera era previsible que sucediera y que hubiera muchas referencias en todos los grupos. Además hay un cambio de gobierno con características opuestas al gobierno que había, entonces eso hace que la crítica sea más despiadada. Que aparezca muchas veces en muchos de los conjuntos.

Después en relación a lo que la murga mira: la murga mira el acontecer nacional. El tema del referéndum es un tema muy importante para la ciudadanía y está bueno que la murga pueda abordarlo y que dé su punto de vista. En este caso no he visto murgas que estén a favor del NO. Pero ahí ya hay un punto de vista de cada grupo. El tema es inevitable, tiene que ser tocado porque si se derogan los artículos que está previsto derogar el país va a funcionar de una manera y si no se derogan va a ser de otra. Entonces es un tema muy importante.

Hace unos días, uno de los actores del gobierno señalaba que se están empezando a rebasar límites en la crítica al gobierno, incluso otros comentarios dentro del gobierno en este sentido se presentan, ¿Qué reflexión te merece? 

Me parece que no es acertada la observación. No sé cuáles son los límites. Esto está muy en boga ahora sobre los límites del humor. 

El carnaval debe ser un espacio de libre expresión. No he escuchado ningún chiste ni ningún texto o una mirada conceptual que agreda de manera notoria o hiriente a ninguna persona. Carnaval es lo que fue siempre: a veces le toca a uno, a veces le toca a otros.

Se ha creado también como un paradigma de que las murgas no le pegan a la izquierda. Eso no es verdad. Eso es una cosa que se ha ido armando en el imaginario colectivo y se ha ido instalando. Tiene una razón de ser y es el argumento a favor de que las murgas le pegan solo a la derecha. En mi caso, como cupletero, murguista y letrista, resisto al archivo. Tengo a lo largo de todos estos años, del 2005 en adelante, varios textos que yo mismo escribí o que interpreté donde hago críticas fuertes a la izquierda. Sin ir más lejos, al Doctor Tabaré Vázquez con el tema del aborto; a Danilo Astori con algunos aumentos para las jubilaciones. Reitero, estoy diciendo resiste un archivo. Me consta que en general hay un montón de críticas a la izquierda.

Sucede que no son las mismas críticas que a la derecha, ni tampoco la misma cantidad. Pero eso obedece a una lógica: con los errores que tuvieron los gobiernos de izquierda, siempre han estado más cerca de la clase trabajadora que los gobiernos de derecha. La realidad lo está demostrando y la murga es un emergente artístico de la clase trabajadora. Entonces, evidentemente hay muchos más puntos de coincidencia con la izquierda. 

La murga no se dedica a aplaudir lo que la izquierda hace, sino que se dedica a criticar lo que ha encontrado para criticar. Pero nunca se puede poner en una misma balanza la crítica a la derecha y a la izquierda por la razón que acabo de mencionar. El punto de partida de la murga es el pensamiento de la clase trabajadora, la esquina, el barrio. La derecha, a mi modo de ver, cada vez más se aleja de eso.

Quería preguntarte si vos creés que hay una especie de mercantilización del espectáculo del carnaval. Quería saber qué pensabas sobre eso, porque incluso vemos como se están creando nuevas redes queriendo salir de lo oficial. ¿Crees que son necesarias ambas cosas o que no es tan así?

Creo que todos los espacios que permitan la expresión de los ciudadanos y de las ciudadanas, en este caso en clave de carnaval, son bienvenidos. Cada uno con sus particularidades. Seguramente hay o habrá en el futuro – voy a hablar de la murga porque es lo que más conozco – murgas que participen de más carnaval, un espacio hermoso o de otros espacios con esa características y esa naturaleza, y, a su vez, también participen de este otro carnaval formal, entre comillas, que también es el carnaval de los barrios. Cuanto más carnaval haya, más posibilidades y más lugares hay. Después cada uno va eligiendo. Ninguno es perfecto, supongo yo. Los espacios son una construcción permanente, dinámica, se van ajustando cosas a medida que se hacen los procesos y todos tienen su lugar de belleza. Nadie que participa en el concurso participa obligado, lo hace por decisión propia, tanto los grupos como quiénes los integran. Yo, de hecho, trabajo como técnico para espectáculos que participan del concurso; no estoy de acuerdo con un montón de cosas del carnaval del concurso,  pero me gusta pensar que la balanza se inclina más hacia el lado de lo positivo. Esa posibilidad de salir a cantar cosas que considero  necesarias.

Para cerrar, una pregunta más general ¿Qué esperas o qué cambios ves como positivos dentro del carnaval y esperas que se desarrollen? Dentro de esas esperas incluso está la espera de que vuelvas a la murga (risas)

Yo creo que hay una cosa que no se puede perder de vista: quienes subimos a un escenario de carnaval o trabajamos para la creación de un espectáculo, tenemos que saber que es un privilegio enorme tener cuarenta y cinco minutos de voz; de poder decir, a partir de una hoja en blanco. Hay una responsabilidad artística en relación a la creación y eso tiene que invitar siempre a la búsqueda, para alinear lo que se hace arriba de un escenario con la identidad de cada grupo. Yo creo que el carnaval corre un riesgo que es el riesgo de repetir algunas recetas artísticas que hace que las creaciones a veces no sean genuinas. Quizás esto que menciono ya lo hice o quizás lo voy a hacer, pero creo que es lo que hay que tener presente y con lo que hay que tener mucho cuidado. Más allá de que el concurso premie determinados espectáculos uno no puede dejarse tomar por esa idea de espectáculo para crear para el próximo año. Las creaciones tienen que ser lo más libres posible y lo más genuinas, auténticas y que tengan que ver con la identidad de ese grupo. La identidad grupal artística es lo más difícil de conseguir. Uno ve grupos que lo logran, dicen “ta´ este grupo es esto” y después ve a un montón de grupos que son parecidos a otros. Bienvenidos sean. Estarán en proceso hacia esa identidad. No la encontrarán nunca. No la estarán buscando. Son procesos internos de los grupos. Pero me parece que el cuidado radica en eso: en no abandonar nunca la creación.

Muchas Gracias.