A sólo diez días

Escribe: María Josse Rodríguez Yemini, CS Young

Generalmente se toman los primeros 100 días para evaluar un nuevo gobierno; extendida tradición a nivel mundial. Se dice que los primeros 100 días de un gobierno son la luna de miel y por tanto se entiende que aquellos que votaron al Presidente, al Intendente o al Alcalde, aún continúan enamorados de lo que eligieron tres meses antes.

En esos primeros 100 días, el gobierno tiene que dar señales de cómo dará cumplimiento a las promesas más urgentes, sobre todo avanzando en el diseño del presupuesto del período, constituirá el mejor equipo con sus mejores exponentes y fortalecerá el apoyo a la ciudadanía, aún más en estos momentos donde con cierta certeza sobemos que las cosas inevitablemente se pondrán peor.

El rumbo del gobierno departamental de Río Negro ya lo podemos evaluar a sólo 10 días de instalado, por lo pronto desde la óptica de su Modus Operandi. La receta aplicada a nivel nacional puede fácilmente constatarse en este corto lapso de tiempo aunque parezca difícil de creer.

Aquí también la derecha se unió para instalar esa nueva normalidad. También se juntaron blancos, colorados, independientes y cabildantes; todos contra el Frente Amplio y no por contar con una mejor propuesta, no para dar solución a errores o fracasos que seguramente hubieron en estos cinco años.

En este rinconcito del litoral, la derecha también instaló como sensato, acertado o válido el destaque personal, la meritocracia, el prestigio personal, la posesión, el consumo. Al otro lado de la vereda está lo colectivo, el bien común, el poder hacer con otros, la cooperación, los derechos, todos los derechos – más allá de la propiedad privada –. El interés general no siempre está alineado con el interés personal; es la flaqueza del ser humano, desde donde se encolumna la derecha y logra que amplios sectores vayan contra sus propios intereses.

Dicen que lo que no une el amor lo junta el espanto. Sin dudas los espantó constatar como aquí también se derribaban paradigmas. La izquierda proyectaba, daba cumplimiento a los objetivos trazados en el programa de gobierno, formaba un gran equipo, gestionaba, demostraba su capacidad de hacer. Y junto a los carteles que profetizaban un “se van” y “Tufi vuelve” comenzó la batalla cultural que tiene en las comunicaciones su principal arma y en la falacia repetida una y mil veces, la letalidad.

Y quedaron atrás el cumplimiento de un Fideicomiso de 11 obras de gran envergadura; más de 600 calles a nuevas; 2200 nuevos picos de luz; nuevas piscinas; mejoramiento e incorporación de nuevos espacios públicos; mejoramiento habitacional para 200 familias; plan de realojos para decenas de familias; plan conexiones y nuevo saneamiento para barrios históricamente postergados; regularización y entrega de títulos para 900 familias; ampliación de la cartera de tierras para seguir con el desarrollo de nuevas viviendas, atención a pequeños y medianos productores, artesanos y productores familiares, comerciantes y apoyo a emprendedores; turismo integral en todo el departamento con incorporación de infraestructura acorde en varios lugares; contenerización de casi el 100 % del departamento; con relleno sanitario en funcionamiento para el 70 % de los residuos generados a nivel departamental; obras de cambio climático; entre un sinnúmero de logros alcanzados. Capítulo aparte merece las acciones llevadas adelante en pos de la dignificación del funcionario municipal: aumento real de sus menguados salarios, carrera funcional, concurso, entre los más destacables.

Y quedaron proyectos, obras y financiamientos para ejecutar como el convenio de realojos; quedó el PDGS II con ejecución hasta el 2022 que incluye intervención en la Cuenca del Arroyo La Esmeralda, Parque lineal Young, mejora integral del Barrio Cooperativas UTU en Young y Parque lineal Arroyo Laureles; quedó el PDGS III con ejecución 2022-2027 que contempla alojamiento de estudiantes en “La Algodonera”, vivero de empresas Co-Work, infraestructura Barrio Nuevo Young, muelle Anglo, musealización de su sala de máquinas, nuevo corralón, proyecto termalismo, ampliación UTEC, intervención barrio Terminal Young, Casa Cultura Young, Parque La Esmeralda, puente San Javier y sala FOCEM y quedaron 5 proyectos de inversión-consultoría de la cooperación técnica Intendencia-BID.

La vara quedaba alta e instalar un relato se hacía imperioso. Y se instaló: gestión y situación financiera. Así fue la campaña, la transición y estos primeros 10 días.

Mientras seentregaba documentación a las nuevas autoridades y se ponía la misma a disposición de la población toda, a través de la web de la Intendencia, y los equipos de transición trabajaban de manera armónica y cordial, en la prensa se vivía en un mundo paralelo donde se escuchaban críticas e inexactitudes, brindando o reproduciendo información muy diferente de la que se estaba intercambiando; incluso existiendo algún medio que habló de prohibición de ingreso de nuevos directores a las oficinas municipales.

El entonces intendente electo, versionaba día tras día lo surgido del proceso de transición, vulnerando los criterios allí acordados y preestablecidos y lesionando el derecho genuino a la información de cada ciudadano.

En la Junta Departamental se presentaba oficio para obtener el diferimiento del vencimiento de la línea de crédito (solicitud similar recibida y apoyada por el Frente Amplio en 2015 previo a asumir el gobierno departamental) y se recibía conformidad del Tribunal de Cuentas en acceder a lo allí solicitado. El requerimiento de mayorías especiales y la negativa del Partido Nacional en relación a la anuencia llevó a que el Ejecutivo saliente encontrara caminos para hallar las soluciones, entregando la nueva administración “la casa en orden”, quedando al día en el pago de los sueldos, indisponibles, BPS, DGI, Banco de Seguros, UTE, OSE, ANTEL, aportes a la Junta Departamental, y de todas las cuentas corrientes de la Intendencia. Se dejaba un endeudamiento menor al recibido: 3.5 millones de dólares de una línea de crédito de 6 millones y deudas con proveedores menores al millón de dólares cuando las recibidas en 2015 fueron de 2 millones.

Y en los medios el Intendente electo, expresaba que analizaba denunciar penalmente a la administración por no cumplir el pago de los créditos y dejaba entrever que habría algún informe jurídico que avalaría la eventual responsabilidad penal por dicho hecho.

Continuaba día tras día la construcción de sospecha, buscando erosionar la confianza y la reputación de la oposición. Y se instaló el relato y con él los calificativos sobre la gestión desde el “caótica” a “fundida”. Al decir de nuestro ex Director General de Hacienda y actual Secretario General del Partido Socialista en Río Negro, el compañero Walter Cardozo: “Hay dos relatos sobre la situación financiera de la IRN, lo que no hay es dos realidades”e instó a demostrar con documentos esas afirmaciones. Como era de esperarse nadie levantó el guante.

Y llegó el día de la asunción y estos temas se repitieron en los discursos. Y lo levantaba la prensa. Prensa que no cuestionó, que no contrarrestó información, la misma prensa que durante estos 5 años buscaban la noticia en el pequeño error, desestimando los grandes aciertos.

Y llegó la asunción y con ella viejos nombres de conocidos directores, el tinte celeste en el escudo del Departamento, la visita a las diferentes oficinas sembrando dudas sobre poder cumplir cabalmente con el pago de haberes a funcionarios, la comunicación informal a algunos funcionarios de rotaciones pero sin resolución, de inhabilitación de usuarios, de funcionarios sin tareas asignadas y sigue.

Y llegó la asunción y trajo el oficio a la Junta solicitando la anuencia para un endeudamiento a 15 años por 8 millones de dólares. Un oficio que además incluía adjetivaciones a la situación económica de “delicada” y “ruinosa”.

Son solo 10 días pero el Modus Operandi queda a la vista en estas pocas líneas y aquí también, estamos nosotros, la oposición; aún desorientados, en medio de un proceso de autocrítica y en transición en la construcción de liderazgos. Aun así, respondiendo al “No te rindas” del gran Tabaré.