Entre la indecencia y la violencia

La indecencia y la violencia a veces caminan juntas, se dan la mano y se prefieren, de un lado y de otro se eligen para lograr sus mezquinos objetivos, es decir vulnerar los derechos de los demás y no respetar las mayorías.  Ambas son cómplices para debilitar la Democracia.

El título puede sonarle al lector algo fuerte.  Lo elegimos conscientemente intentando con están líneas aportar algunos elementos que colaboren en la reflexión al conjunto de la sociedad coloniense manifestando así mismo  nuestra visión sobre un conjunto de hechos vividos  en el seno de la Junta Departamental.   

Comencemos por el título,  indecencia. No significa otra cosa que la no observancia de un conjunto de normas por todos establecidas tácita y expresamente. Quien no actúa con honradez; con respeto hacia los demás y con transparencia en sus actos no hace otra cosa que violar ese pacto social en cuanto a la decencia.

Si lo anterior es un aspecto medular en la vida de los ciudadanos es doblemente importante cuando se refiere a la conducta de nuestros gobernantes.

¿Actúa así el gobierno departamental en el ejercicio del poder?  Sin duda en nuestra visión no.    El manejo poco transparente de las cuentas de la intendencia, los camiones de amigos contratados;  ofrecer boletos o becas a cambio de votos al futuro; los amigos del poder que entran a trabajar a dedo; los punteros políticos que ofrecen cargos;  dádivas y que incluso gestionan y ofrecen lugares de vacunación violando todas las normas,  o la interpretación arbitraria de normas y reglamentos de funcionamiento de la Junta Departamental alcanzan sobradamente para afirmar lo del título: falta decencia en la intendencia de Colonia.

Frente a esos hechos, como oposición, como parte de la mayor oposición política en el departamento que es Frente Amplio no puede existir otro camino para corregir los hechos mencionados que no sea el trabajo serio en la junta departamental en todos sus ámbitos en  concordancia y diálogo con todos los actores del conjunto de la sociedad civil.   En la junta departamental: analizar; controlar la gestión;  proponer; discutir son las herramientas idóneas para constituirse en una oposición seria y responsable.   Articular, dialogar, escuchar a todos los ciudadanos y ciudadanas es el camino así mismo en la acción cotidiana fuera del ámbito de la junta departamental.

Cuando desde el ejercicio del gobierno departamental ya sea desde el ejecutivo o del deliberativo (junta departamental)  se violan los principios mencionados lo que se hace  descuidar las normas de la decencia que a todos nos deben regir.  Así mismo cuando se violan normas y reglamentos y se montan provocaciones, dichas acciones constituyen sin duda una forma de violencia.

Eso fue lo que sucedió en la Junta Departamental y que ha dado origen a una denuncia por parte de la secretaria general de la Junta Departamental a un edil del Frente Amplio al considerarse ella agredida como funcionaria y como mujer. Si el hecho constituyo violencia o violencia de género lo dilucidara la justicia;  si el hecho y los hechos vinculados constituyen o no la violación de las normas que nos rigen en el Frente Amplio lo dilucidará el tribunal de conducta política del Frente Amplio dado que la Mesa Departamental del Frente Amplio de Colonia decidió enviar y poner en conocimiento a los organismos competentes del Frente Amplio que actúan en la materia.

El hecho en cuestión ha tenido diversas consecuencias no menores.  Una de ellas fue la reacción y carta pública promovida por un conjunto de edilas del Frente Amplio y apoyada por los ediles de los sectores a los que ellas pertenecen de rechazo a toda forma de violencia, en especial cuando ella constituye violencia de género y que fue un grito;  un desesperado grito que decía Basta.   Dicho grito, y necesario por cierto no se refería a lo acontecido en el seno de la junta departamental sino a las constantes y permanentes agresiones que han sufrido las compañeras en el accionar cotidiano y en el seno de los organismos del Frente Amplio a lo largo de los años.   

Dicha violencia que despreciamos tanto como despreciamos la solapada violencia que se ejerce desde el gobierno departamental no sólo ha tenido como destinatarios las mujeres que actúan en el seno del Frente Amplio sino que la ha sufrido cualquier persona que no coincida con los pareceres u opiniones del edil denunciado o de quienes acompañan sus posiciones.   Así que trompadas (que por suerte  no llegaron a destino), empujones; prepoteo han sido prácticas que si no se hacen públicas jamás serán desterradas en el accionar de todos.   Los gritos Como “Tú te callas; o “Prostituta política”;  o “Traidores”; “Moreistas”;  o llamarle “Pedregullo” a un edil son claras formas de violencia que las Socialistas y los Socialistas no permitiremos se repitan bajo ninguna circunstancia por el bien de la fuerza política y por el bien de la democracia.

En virtud de que circulan sobre los hechos distintas versiones y que la política debe ejercerse de cara a la ciudadanía y por respeto al conjunto de los militantes frenteamplistas que deben ser correctamente informados bastaría con que el Frente Amplio hiciera pública la grabación de la mesa política que trato el tema y decidió enviar los antecedentes al tribunal de conducta política.

Que los hechos han sido usados políticamente en contra del Frente Amplio y del edil involucrado no nos cabe la más mínima duda, que los hechos sucedidos, su tergiversación y manipulación pretenden ser usados políticamente y es una maniobra política no nos cabe dudas, como tampoco nos cabe dudas que dichas situación es producto de reacciones destempladas incluso violentas no sólo en el seno de la junta sino en la vida del Frente Amplio.

Como a los uruguayos el fútbol nos mueve,  un ejemplo  de lo sucedido es como enojarse con el juez cuando un compañero de tu partido tocó la pelota con la mano en el área.   El contrincante tirará un penal y si lo convierte, no parece lógico enojarse con el pateador sino con el cometió la falta.

Finalmente no nos hacemos cargo de ninguna expresión vertida por la secretaria de la junta departamental en la que se refiere a una compañera socialista.

Las Socialistas y los Socialistas hablamos por nosotros mismos de cara a la ciudadanía, decimos de frente y nos hacemos cargo.  

Alguien que dice que decimos no tiene ninguna validez.   

Pero si llama la atención que dicha versión se pretenda utilizar en algún sentido como descargo.  La misma confirma sin duda a que cosas son capaces de recurrir algunas personas que no hacen nada más que dejar en evidencia como conciben a las mujeres.  Lo anterior no otra cosa más que una de las tantas maneras de cómo se ejerce la violencia de género.

Y LO DECIMOS Y CON MAYÚSCYULA: Nuestro única alianza, nuestro único acuerdo, nuestro único compromiso es con la Democracia, con el Frente Amplio y con los ciudadanos.

Y por tanto y fieles a nuestra historia despreciamos tanto la Indecencia como la violencia y ante ellos JAMÁS CALLAREMOS.

Departamental del Partido Socialista de Colonia

Michael Skafar – Secretario Político