Nuestro país, y particularmente nuestro departamento, están inmersos en una espiral de violencia creciente.
Para las vecinas y vecinos de Montevideo salir de sus casas es cada vez más peligroso. Las balaceras se han transformado en la banda sonora en ciertos barrios mientras los espacios públicos se vacían a causa del miedo. Miles de niños, niñas y adolescentes de nuestro departamento están creciendo naturalizando estos hechos, aprendiendo a tirarse al suelo para resguardar su vida.
En paralelo, la presencia del Estado en los barrios disminuye acentuando vulneraciones históricas de derechos y abriendo camino a actores que intentan sustituirlo a través del ejercicio de la violencia criminal.
Ante esta situación las comunidades organizadas, los colectivos, los barrios y su gente han denunciado, han hecho propuestas y han resistido. Sus voces han sido puestas en “mute” por quienes deberían dar respuestas. Esto no sólo significa un riesgo letal para la gente, sino que representa un escenario de desesperanza y descreimiento.
Reconocemos que esta escalada de violencia no comenzó de la noche a la mañana, pero sí que se ha profundizado significativamente en los últimos años. Creemos que este gobierno ha invisibilizado la gravedad de la situación, no sólo la niega sino que no toma las medidas necesarias para abordar una situación de tal magnitud.
No queremos caer en lugares comunes ni atribuir explicaciones simplistas a la realidad violenta que hoy vivimos. Tampoco queremos denunciar estas situaciones evidenciando únicamente la violencia criminal. Ésta va acompañada de otras tantas violencias que nuestro Partido ha denunciado desde siempre: la inseguridad alimentaria, la falta de acceso a la vivienda digna, la violencia basada en género y generaciones, la precariedad o ausencia de puestos de trabajo, la violencia institucional, entre otras. Todas parte de violencias estructurales propias de una sociedad capitalista y patriarcal.
La política de “poner curitas” no sirve en situaciones donde la vida de nuestros propios compatriotas está en riesgo. No sirven las propuestas para la tribuna, no sirve la represión por sí sola. La complejidad de la situación requiere de un gobierno a la altura que se involucre en serio con la problemática y no la reduzca al lenguaje de los números sino al de las personas.
A las y los socialistas nos encontrarán siempre trabajando por una sociedad donde todos y todas vivamos sin miedo, sin opresión y con dignidad.
Partido Socialista de Uruguay – Departamental de Montevideo.