Todo cubierto con un manto de silencio

 

 

“LO MÁS ESCANDALOSO QUE TIENE EL ESCÁNDALO ES QUE UNO SE ACOSTUMBRA” Simone de Beauvoir

*Escribe la Senadora Daisy Touné

 

 

 

Cuando un hecho tan oprobioso queda expuesto, cuando ya no nos podemos hacer los distraídos, cuando los titulares de la prensa escrita lo gritan y la TV abre una ventana a la vida entonces nos indignamos y buscamos dónde depositar la indignación. Basta leer las redes para encontrar un panorama variopinto de depositarios: obvio que los abusadores reciben gran repudio pero invariablemente aparecen las voces (muchas de ellas femeninas) que desvían la mirada hacia las víctimas. Se opina que no eran tan niñas, que tenían mucha calle, que sabían lo que hacían, que hoy en día las chiquilinas están muy avivadas y engatusan a los hombres. Se preguntan que qué estaba haciendo las madres, repito: las madres -nunca los padres – mientras sus hijas llevaban “esa vida”.

Es tan fuerte la cultura patriarcal que nos ha programado durante milenios que solo cuestionamos la vida de quienes han sido víctimas…

Es tan fuerte la cultura patriarcal que nos ha programado durante milenios que solo cuestionamos la vida de quienes han sido víctimas de vaya a saber cuántas exclusiones y no formulamos ninguna inquietud hacia los hombres perpetradores de la violencia y el abuso. Se revierte la carga de la prueba y todo parece indicar que son las chiquilinas las que deben demostrar su inocencia. ¡Insólito!

La complicidad machista ha tejido una red en la cual varios hombres adultos se benefician de la situación de vulnerabilidad de chiquilinas durante años. Chiquilinas que, a no dudarlo, carecieron de muchas cosas en su corta vida. Vulnerables y vulneradas, desatendidas y deseosas de ser tenidas en cuenta, de ser valoradas se convierten en presa fácil para los hombres que, obedientes al mandato patriarcal,  se sienten machos fuertes abusando, violentando, destruyendo, comprando o vendiendo cuerpos de niñas.

Esa red de adultos varones no solo disfrutaba abusando sexualmente de chiquilinas menores de edad, seguramente comentaban sus hazañas…

Esa red de adultos varones no solo disfrutaba abusando sexualmente de chiquilinas menores de edad, seguramente comentaban sus hazañas, se pasaban el dato, compartían experiencias, traficaban con ellas y conseguían nuevos socios. Todo cubierto con un manto de silencio. ¡Ojalá me equivoque! Aún así,  estoy casi convencida que otros varones que no abusaron, sí sabían pero callaron…

Ley 17.815 No puedo negar que esbozo una sonrisa cada vez que un crimen de esta suerte recibe castigo a través de algún artículo de esta ley.

Fue en el 29 de octubre de 2003  que ingresó a la Cámara de Diputados  un proyecto de ley que tipifica y penaliza la explotación sexual comercial y no comercial y la pornografía infantil presentado por mí. En el 2004 luego de aprobado por ambas cámaras es promulgado por el Poder Ejecutivo y pasa a ser las ley 17.815 por la cual fueron procesados con prisión recientemente los abusadores sexuales. No puedo negar que esbozo una sonrisa cada vez que un crimen de esta suerte recibe castigo a través de algún artículo de esta ley. Tampoco puedo negar que siento un sacudón de bronca cuando caigo en la cuenta de la brutal lucha cultural que aún debemos dar para erradicar la soberbia machista muchas veces apañada por la impunidad y el silencio cómplices. La lucha de todas las luchas, la inclaudicable  batalla por la libertad siempre estará vigente.