Yuly Zabaleta, directora de la División Políticas de Género del Ministerio del Interior, se refirió al reciente estudio – “Femicidios íntimos”- que arroja que 54% de los homicidios de mujeres fueron el trágico resultado de acciones de sus parejas o exparejas.
El Ministerio del Interior (MI) publicó recientemente datos sobre violencia de género…
-Efectivamente, el estudio realizado por dos investigadoras del Observatorio de Criminalidad del MI se dedicó básicamente a los “femicidios íntimos”, es decir mujeres que fueron ultimadas por sus parejas o exparejas. Los datos son realmente alarmantes.
¿De qué porcentajes estamos hablando?
-En número, son el 54% de la totalidad homicidios de mujeres, cuando en comparación con asesinatos de varones a manos de mujeres estamos hablando de un 3,5%.
¿A qué conclusiones se llega?
-Teníamos la hipótesis de que esto era así por experiencia y por las cifras presentadas año a año. Esto reafirma las líneas de trabajo implementadas y creemos que es imprescindible empezar a profundizar el trabajo en educación y el tema de los relacionamientos y noviazgos sin violencia.
¿Cómo trabaja el MI si tenemos en cuenta indicadores tan graves y qué se piensa hacer el resto del año?
-Creemos que como problema social debemos trabajar con otras instituciones y en comunicación continua con la sociedad civil. Estamos pensando en planes que aborden el problema desde diferentes ámbitos. No solo me refiero a un abordaje más integral, que tenga que ver con la formación, la sensibilización, sino también el trabajo hacia dentro de la institución.
El debate que se plantea en la sociedad es si es suficiente con agravar la pena…
-Estamos convencidos que no alcanza, por ello, además del proyecto de ley para incluir el femicidio en nuestra normativa, hay también un proyecto de Ley Integral de Género que aborda el problema desde varios puntos. Por ello hemos dedicado el mes de marzo a la sensibilización de la población en la necesidad de la ley integral de género, porque las leyes tienen que ser claras, y qué cosas no son tolerables por la sociedad, pero también tiene que trabajarse desde distintos ámbitos del Estado y de la sociedad en su conjunto.
¿Qué aspectos contiene este proyecto de ley integral?
-Una de las cosas más importantes es el hecho de centrarse en la víctima. Queremos con esa ley que se creen los juzgados multimateria, lo que significa que la víctima vaya a los mismos lugares y ante las mismas personas para realizar los distintos trámites que hoy tiene que hacer en distintos juzgados, contar su situación a diferentes personas. Es algo similar a los juzgados de Paz que entienden en varias materias.
Es un tema cultural que traerá aparejados muchos cambios en distintos organismos si recordamos un connotado caso reciente de femicidio…
-Lamentablemente en el caso de la mujer asesinada (por su ex pareja policía) lo que falló fue la Policía. En ese sentido apunta el trabajo hacia adentro de la Institución que mencionaba, y no solo brindando herramientas para que la Policía pueda mejorar la recepción de la denuncia y gestionarla, sino también de que existan fuertes controles en el cumplimiento de esos procedimientos. En este caso en particular, la víctima había denunciado y después de un año de la denuncia el policía seguía con el arma de reglamento en su poder.
A partir de este caso, ¿hubo cambios en los procedimientos?; ¿cuántos policías fueron involucrados?
-Sí, se hizo una investigación administrativa, y hay 17 personas sometidas a sumario. En lo que respecta a los procedimientos siguen los mismos, pero por ejemplo, en el caso de Montevideo, el jefe de Policía de inmediato reafirmó las directivas existentes de que toda la Policía tiene que gestionar de forma correcta una denuncia, no importa si se recibe en una seccional común o una unidad especializada en violencia doméstica.
¿A los policías se los capacita especialmente para atender este tipo de denuncias?
-Sí, en los últimos 5 años se ha capacitado en este tema -en cursos de al menos 20 horas- a más 15 mil policías. Sucede hay gente que pasa por un curso, a quien se le brinda las herramientas, y a veces las resistencias personales no le permiten a la persona incorporar lo recibido. Es por esta razón que seguimos incansablemente tratando de que las herramientas le lleguen y las incorpore. Eso se hace no solo en los cursos curriculares, sino que también continuamente estamos haciendo cursos complementarios a la formación. Para este año tenemos previstas varias actividades. En marzo tuvimos un Encuentro Nacional con policía especializada en violencia doméstica y de género para repasar cuáles son los cometidos, qué se espera de cada Jefatura y para brindarle herramienta para la aplicación del nuevo Código del Proceso Penal que se viene en julio. Tendremos otro seminario sobre Investigación de femicidio, y continuaremos trabajando las nuevas masculinidades con varones femicidas. También traeremos una experta internacional para trabajar con los profesionales que atienden a policías víctimas o que ejercen violencia. Además, se capacitará al personal de todo el país, así como en formación de detectives en violencia doméstica y de género.
¿Se percibe un aumento de las denuncias por violencia doméstica?
No. El gran aumento se dio más que nada a partir de 2012 cuando quedó operativo en todo el país el Sistema de Gestión de Seguridad Pública, a través del cual registramos todas las denuncias del país. Hoy podemos acceder a una denuncia que hizo en Río Branco, por ejemplo, desde cualquier lugar del país. Creemos que son varias las explicaciones de ese enorme salto: una, que ahora tenemos todos los datos en el sistema, y otra la confianza de la gente en hacer la denuncia. Reconocemos que falta todavía, que hay fallas en la interna policial y en ello seguimos trabajando con los canales abiertos para que la ciudadanía pueda hacernos saber cuándo no se cumple.
¿En cuánto incidió el uso de las tobilleras y qué posibilidades hay de que eso se pueda extender su uso a todo el país?
El año pasado ya nos habíamos comprometido en extender el programa de tobilleras. Lleva un tiempo siempre, y somos muy responsables con la nueva tecnología; primero se prueba cómo funciona en el departamento, y además si la respuesta policial es la adecuada en tiempo y forma. Y si es necesario que existan lugares de atención tanto para víctimas como para los agresores. Es algo que estamos trabajando principalmente con el Instituto Nacional de Mujeres. Con seguridad antes de terminar el año ya estaremos con el sistema en todo el país.
¿Cómo se instrumenta el cuerpo de detectives para atender esta problemática?
-Realizaremos capacitaciones sobre los protocolos de investigación policial, y en relación con la Fiscalía sobre trata, tráfico y explotación de personas en todo el país. Queremos que exista -como en Rivera y Salto- la Brigada de Trata, y que se dedique específicamente a investigar ese delito. Lo que nos pasa con violencia doméstica es que sí tenemos policías formados en todo el país, pero hemos evaluado que es necesario mejorar la investigación policial y que a la Justicia le lleguen mejores elementos de prueba.
¿Qué aspectos habría que mejorar?
-Uno de los principales elementos a mejorar son las técnicas de interrogatorios, para que cada vez más la Policía pueda llegar a indagar al denunciado de manera eficaz y que pueda obtener información sin brindar tanto detalle al mismo. Es que, cuando se está indagando al denunciado no sea un contraste entre lo que dijo la víctima y que este solo diga sí o no. En los interrogatorios, lo primero que uno tiene que plantearse es que no sean preguntas que se puedan contestar con un sí o un no. Tienen que ser preguntas abiertas para que podemos tener elementos para brindar a la Justicia. Después debemos tener en cuenta la preservación de la escena del hecho; son todas cosas que la Policía ya sabe pero que es necesario profundizar.
¿Cómo se capacita al personal en estas áreas?
-Venimos desde el año pasado -con la colaboración de fiscales y juezas- tratando de brindar esas herramientas. La diferencia ahora será que constituirá una línea específica y no una materia dentro del curso básico de 20 horas de violencia doméstica y de género.
Fuente: La República
04-04-2017