Escribe Felipe Matontte| Centro Socialistra 14
“El engaño y la complicidad
De los genocidas que están sueltos
El indulto y el Punto Final
A las bestias de aquel infierno.
Todo está guardado en la memoria
Sueño de la vida y de la historia”
León Gieco
“Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad” es una frase que a muchos les ha marcado su discurso y lo sigue haciendo casi como un mantra. Se le atribuye su autoría a Joseph Goebbels quien fuera una de las figuras más importantes del Nazismo siendo el responsable de sus campañas y luego Ministro de Propaganda e Información.
No parece casualidad que quienes ejercieron el Terrorismo de Estado por estas latitudes, quienes atentaron contra los Derechos Humanos de las maneras más salvajes reprodujeran también estas prácticas discursivas. Lamentablemente tampoco nos sorprende que algunos políticos de la actualidad utilicen los mismos recursos, de manera más o menos solapada pero en definitiva, justificando las prácticas atroces que tuvo el Estado uruguayo entre 1968 y 1985 al menos.
El pasado 4 de abril asistió a la Comisión de Defensa de la Cámara de Senadores el Ministro Javier García quien aprovechaba la oportunidad para informar que en esos días se iban a autorizar las visitas a lo que se conocía como “La Cárcel del Pueblo”, perteneciente al Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros. Eso a mí no me genera ningún malestar, es más, lo considero válido como herramienta para la construcción de memoria siempre y cuando no haya omisiones, como bien decía el Señor Ministro ese día “es parte de una historia que, sin recortes, hay que conocer”. Entonces me tengo que lamentar nuevamente porque una verdad a medias al final no es una verdad.
Es por esto que voy a usar algunos caracteres para decir algo que muchos saben pero otros muchos no. El 27 de mayo de 1972 las Fuerzas Conjuntas encontraron y se apropiaron de “La Cárcel del Pueblo”, posteriormente la dictadura cívico militar la utilizó como centro clandestino de detención y torturas. Desde ese entonces por allí pasaron muchas personas, sobre todo, en el marco de la Operación Morgan que tenía como objetivo la destrucción del Partido Comunista del Uruguay. Ahora sí, sabiendo cómo el Estado utilizó este sitio podemos ver la historia “sin recortes”.
Por otra parte, dos días después el Senador Guido Manini Rios en la Sesión de Cámara expuso sobre los cincuenta años de la declaración de estado de guerra interna que se cumpliría el 15 de abril, momento en el cual no hace otra cosa que volver a justificar la dictadura de nuestro país y el Terrorismo de Estado en esos años. Se refiere a los “excesos cometidos por la dictadura a partir de entonces” y esto grafica muy bien su pensamiento. No debería tener que ser necesario decir que la tortura, el asesinato y las violaciones no son un simple exceso pero aun hoy parece que lo es.
En la siguiente intervención nuestro compañero Daniel Olesker contextualiza muy bien esa etapa de nuestra historia con un relato riguroso y verdadera honestidad intelectual, mencionando entre otras cosas la ilegalización en 1967 de organizaciones políticas como la nuestra, la clausura de varios periódicos como este mismo y las medidas prontas de seguridad implantadas desde 1968.
Ubicándonos nuevamente en el año 1972, viendo cuales eran los intereses que estaban detrás de todo este proceso enmarcado por “el Plan Nacional de Desarrollo” donde se planteaba que reducir el costo de la mano de obra era la principal tarea del Gobierno y así sucedió, porque como decía Daniel Olesker “se produjo la mayor rebaja del salario real de la historia moderna del país, equiparable a la de 1982. Un 17,1 % bajó el salario real” y “no podía ocurrir sin una reestructuración institucional, sin una pérdida de libertades.”
Para finalizar concluye respondiendo, “nosotros no tenemos nada que conmemorar en los cincuenta años del estado de guerra interna. La verdad, tenemos tristeza por el estado de guerra interna; tenemos tristeza porque fue el camino hacia la dictadura, porque explica parte sustantiva de lo que les pasó a nuestros compañeros: a los presos, a los torturados, a los exiliados y a los desaparecidos. Solo tristeza nos trae estos cincuenta años.”
Y en abril solo tristeza nos traen estos recuerdos. Cincuenta años también pasaron desde el asesinato a los ocho camaradas de la veinte, dos días después de esta declaración de estado de guerra interna, eso es abril del 72´ para nosotros, Miedo, Tortura, Asesinatos, Terrorismo de Estado en una supuesta democracia. En abril también pero de 1974 se escuchaba “abran que tiramos” momentos antes de acribillar a balazos a las tres pibas de abril, solo tristeza nos trae abril.
Pero a estas provocaciones del Senador Guido Manini Rios le respondían las y los compañeros en la sesión y también en la calle cuando nuevamente el 20 de mayo miles de personas tomaron 18 de julio en Montevideo, cuando miles de personas salieron por todos los rincones del país con una foto o una margarita que aunque deshojada no se marchita, cuando miles de personas hacen un silencio tan atronador que grita.
Ahora llegamos a junio, el 27 se cumplieron cuarenta y nueve años del Golpe de Estado, de la disolución de las cámaras, de la reafirmación de la ruptura democrática. Cuarenta y nueve años del discurso de Bordaberry en que el pueblo uruguayo tenía que escucharlo diciendo “Este paso que hemos tenido que dar no conduce y no va a limitar las libertades ni los derechos de la persona humana.” Cuarenta y nueve años del bautismo del único demonio.
Este nuevo aniversario no es del comienzo o el final de algo, sino de un punto de inflexión. Del Poder acelerando su velocidad en la búsqueda de su propia perpetuidad, del corolario ineludible que tuvo la escalada fascista de esos años aunque el supuesto enemigo estuviera derrotado, pero el verdadero no lo estaba. El enemigo del poder y del fascismo es el pueblo, es el pueblo organizado.