Escribe: Daniel Olesker
Hace unos días en el Parlamento se votaron las anunciadas medidas de reducción de impuestos.
En esta columna analizaremos sus repercusiones.
Previo a dicho análisis haremos un poco de historia sobre el IRPF y veremos el contexto en el cual se inserta.
La historia del IRPF
Antes de la reforma tributaria existía el impuesto a las Retribuciones Personales que tiene una larga historia que comienza en 1982 con el Decreto-Ley 15.294 y luego tiene continuidad desde el gobierno de Lacalle Herrera con la Ley aprobada al mes de asumir su mandato conocida como la Ley del Ajuste Fiscal. Y continúo hasta 2007.
Con buen criterio era llamado Impuesto a los Sueldos pues solo gravaba a los asalariados (excluía todo tipo de otras rentas). Por otra parte tenía una tasa fija; es decir, pagaba el porcentaje definido -por ejemplo 6%- sobre todos los ingresos, no tenía deducciones de ningún tipo y su mínimo no imponible era muy bajo, es decir lo pagaban casi todos los asalariados.
La Reforma Tributaria modificó estos criterios y generó un impuesto a todas las rentas con escalas progresionales (se paga por cada tramo de ingresos) con un mínimo muy superior y con deducciones.
El cuadro siguiente compara el IRP con el IRPF.
IRP | IRPF | |
Sobre quien paga | Asalariados y Pasivos | Todos los ingresos: del trabajo y del capital. Incluye honorarios profesionales. |
Sobre cuanto paga | Salvo un primer tramo, todos pagan el 6% de sus ingresos cualquier sea su ingreso | La tasa es diferente según el nivel de ingreso y va creciendo con el mayor ingreso.A precios de hoy paga más IRPF que lo que pagaba de IRP un asalariado cuando gana más del orden de 80.000 pesos nominales si no tiene hijos. Si los tiene el valor de comparación aumenta |
Sobre deducciones | No hay deducciones | Hay deducciones por hijos y por pago de alquiler o cuota hipotecaria. |
Sobre el Mínimo no imponible. | A precios de hoy pagarían IRP todos los: que ganan más de 16.980 nominales (3 BPC) | Pagan IRPF todos los que ganan más de 49.250 mil pesos nominales hasta los anuncios, y ahora 54.600. |
El contexto en el que se realizan los anuncios
A) Crecimiento del PBI de 3.5 sobre 2019. O sea la economía tiene mayor riqueza.
B) Caída de los salarios de 3,7% y por ende caída de jubilaciones sumado a la inexistencia en 2021 y 2022 de un adicional aumento a las jubilaciones mínimas. O sea la clase trabajadora es más pobre.
C) El empleo volvió al nivel de 2019 pero aún está lejos de compensar la caída salarial por ello la masa salarial -el ingreso de la clase trabajadora- se redujo y hubo concentración de la riqueza. Solo en 2022 la clase trabajadora perdió mil millones de dólares.
D) Dicho crecimiento del empleo ya de por sí de bajos salarios es explicado en su mayor parte por los jornales solidarios y por obras de infraestructura que culminan este año. O sea, su perspectiva es incierta.
E) El Estado se ausentó de los problemas de la gente. Entre 2020 y 2021 se han reducido los gastos públicos acumulados en 470 millones de dólares y si bien aún no se ha cerrado el gasto 2022 es probable que el acumulado de los 3 años supere los 600 millones de dólares. La parte más importante ha sido educación salud y vivienda.
Las medidas propiamente dichas.
En primer lugar es necesario tener claro que los beneficiarios de las medidas son un número reducido de los que alcanza la base imponible de estos impuestos. Solo un tercio de quienes tienen rentas del trabajo pagan IRPF y sólo un cuarto de quienes tienen jubilaciones pagan IASS, siendo dentro de la población que está gravada por estos tributos, los que ganan más ya que sus ingresos superan el mínimo no imponible.
Yendo a las ganancias efectivas con esta medida, vemos que quienes se benefician de la medida comienzan con el actual mínimo no imponible, es decir dejan de pagar quienes ganan 50.000 nominales y no tienen hijos, aunque estos pagaban 58 pesos y esa es su ganancia efectiva con esta medida. Al nivel de 60 mil nominales dejan de pagar quien tiene un hijo y en 70 mil nominales quienes tienen dos hijos. Esto se extiende al un orden de 80 mil pesos que es hasta donde opera el cambio del tope de 10 a 14% llegando allí al máximo descuento.
Después de allí, el menor pago solo es por el aumento de los deducibles, que en el caso de hijos es 268 pesos por hijos de allí hasta el final de la escala de ingresos.
Es importante finalmente remarcar que, comparando el menor pago con el ingreso líquido del trabajador, el porcentaje de ganancia por las mejoras en el caso del cambio de tope y el aumento de las deducciones por hijos es muy bajo y nunca supera el 3,7% que como dijimos más arriba es la pérdida promedio de salarios de las trabajadoras y los trabajadores.
El total de trabajadores beneficiados es de 330.000 (75% de los contribuyentes de IRPF en 2020), de los cuales 63.000 dejan de pagar. La población activa sumando asalariados y cuentapropistas es de 1.700.000 y por ende hablamos de un oren del 20%.
En el caso del IASS la situación es lineal y por ende el aumento del mínimo no imponible por un lado permite dejar de pagar 20 mil jubilados y por otro beneficia con un descuento por elevar el MNI a todas las demás jubilaciones.
¿Era lo único que se podía hacer?
Las medidas sobre el IASS e IRPF tendrán un costo de 110 millones de dólares.
Un camino alternativo podría haber sido utilizar ese espacio fiscal para reducir la tasa de un impuesto mucho más regresivo como es el IVA. Es regresivo pues su tasa es igual cualquiera sea el ingreso y también lo es pues los menores ingresos que gastan todo su ingreso en consumo pagan IVA por el 100% de sus ingresos mientras que los mayores ingresos ahorran una parte de sus ingresos y pagan IVA solo por lo que consumen, y por ende pagan una tasa real efectiva menor a la que pagan los menores ingresos.
En la intervención del Senador José Nunes en la discusión en el Senado puso en el debate varias alternativas. La primera podrá ser reducir el IVA mínimo que grava los productos de la canasta básica y que en mayor proporción consumen los sectores de menores ingresos.
Veamos su impacto; un punto de IVA mínimo con los datos disponibles que son de 2021 recauda 40 millones de dólares. Es decir que se podrían reducir prácticamente 3 puntos del IVA mínimo (de 10 a 7%) con el mismo costo fiscal que las medidas anunciadas.
Pero podría irse a continuar el camino del IVA personalizado que iniciamos en 2012 con la devolución del IVA a las Tarjetas Uruguay Social (TUS) y Asignaciones Familiares plan de equidad (AFAM) a través de la tarjeta BPS prestaciones. Por ejemplo, a través de un medio electrónico reducir el IVA mínimo a un colectivo más amplio de menores ingresos, por ejemplo todos los que estén por debajo de la mediana de ingresos, es decir, el primer cincuenta por ciento de los hogares. Y en ese caso la baja del IVA para esa población de la primera mitad de ingresos, puede ser el doble de la anteriormente citada.
Un segundo camino podría ser utilizarlo en aumentos de gasto público. Allí la prioridad debería ser la infancia muy golpeada, al menos con los datos del primer semestre de 2022. Y aquí hay dos posibilidades la primera es con un fuerte incremento de las prestaciones tipo AFAM y el segundo el que entiendo de mayor impacto y eficiencia es políticas activas de subsidios al empleo para personas entre 20 y 39 años con hijos, sector con alto desempleo y donde viven la mayor parte de los niños en situación de pobreza. Porque está claro que las transferencias a esos hogares son un elemento muy importante en las política pública, pero el principal instrumento en la resolución de la pobreza infantil es la generación de una trayectoria de empleo y capacitación a los adultos de dichos hogares.
Síntesis.
Las medidas se anunciaron en un contexto de tres años de aumento de la desigualdad.
De eso nada se dijo ni nada se hizo.
Las medidas se anunciaron en un contexto de caída salarial en un país más rico. Solo se compromete “recuperar” lo perdido y no habrá crecimiento salarial.
De eso nada se dijo ni nada se hizo.
La mayoría de las uruguayas y los uruguayos “se fue del Parlamento” el 2 de marzo sin nada.