Escribe: Eduardo Aparicio
A cuarenta años del fallecimiento de Vivian Trías se impone una gran tarea: la revisión crítica de su pensamiento (algo que excede las posibilidades y pretensión de esta nota). ¿Para qué? Simplemente para entender los cambios en los contextos y por sobre todo reivindicar su integridad intelectual, en momentos que algunos quieren hacernos creer que vendió su pluma. Tal labor debe ser acometida por las nuevas generaciones, sin dogmatismos, ni idolatrías, la gran tarea es la de rescatar el método y las coordenadas conceptuales que mantienen su vigencia; al mismo tiempo que se identifican los anacronismos y nuevas realidades, las que no pudieron por razones temporales ser integradas a su pensamiento. Esa tarea en parte debe hacerse desde el Partido y también debe ser acometida en otros ámbitos.
Uno de sus rasgos esenciales fue el de desarrollo del pensamiento creativo, en el marco del cual recreó el marxismo a las realidades del país, el continente, al de su tiempo, todo lo que constituye uno de sus mayores aportes. Que no detienen solo en esto, ya que su carácter polifacético lo hizo incursionar con destaque, en múltiples dimensiones, la historia, la economía política, la filosofía, la crítica literaria. En sus estudios sobre las 500 familias, las constelaciones del capital financiero y el sistema bancario, le puso nombre y apellido a la oligarquía confeccionando un prolijo catastro. Se ocupó de las estructuras agrarias y la producción, la comprensión del imperialismo, la problemática de la rebelión de las orillas y la revolución latinoamericana.
Otro fue el rigor y la profundidad de todos sus estudios, teniendo presente sin nunca olvidar las condiciones en que realizó su trabajo, en tiempos que no existía internet, cuando su producción intelectual siempre la llevó adelante en paralelo con el ejercicio de la docencia o de la actividad parlamentaria. Todos sus valiosos y proficuos logros y aportes fueron hechos sin tener dedicaciones totales universitarias, o disponiendo de equipos de investigadores colaboradores.
Si algo hay que destacar es cómo en forma muy pertinente y sistemática a lo largo de su corta vida que no fue longeva colocó todas sus capacidades intelectuales al servicio de la acción política de naturaleza socialista y revolucionaria.
Así fue que su acción parlamentaria estuvo caracterizada por la imposición de un nuevo estilo muestra de un parlamentarismo de denuncia apoyada en profundos estudios puestos al servicio de las causas populares.
El mecanismo institucional al que recurrió para llevar adelante esa tarea fueron el pre investigador y las investigadoras en la Cámara. Esos fueron los instrumentos que utilizó y por esa vía hizo públicos los entretelones de grandes negociados ligados a los intereses capitalistas, como la “Industria de La Carne” (Frigoríficos Swif y Artigas), Ancap y los convenios petroleros, los temas de la tenencia de la tierra y la banca, son solo algunos ejemplos.
Su influencia e incidencia fue mucho más allá de las fronteras del PS, marcando a la izquierda en su conjunto. En todo su desenvolvimiento encontramos un hilo conductor, que no es otro que el de la construcción de los instrumentos para la política práctica. Su figura y contribuciones fueron decisivas para la refundación socialista de los 50’, provocando la superación de las visiones social democráticas euro centristas. El Partido Socialista le debe a Vivian Trías su transformación en una organización compenetrada con el socialismo revolucionario en los contornos de la gran nación latinoamericana.
Su incidencia e influencia
Subrayemos una vez más que su trabajo intelectual fue puesto al servicio de la militancia política, su amplísima y variada labor periodística así lo comprueba, la preocupación por la educación política fue una constante de su quehacer, así fue que sus contundentes artículos de El Sol, Época, Nueva Sociedad y otros muchos eran insumos fundamentales e insustituibles. Pero sus charlas, coloquiales y eruditas marcaron a varias generaciones, completadas por las entusiastas y generosas charlas en el café o en Casa del Pueblo. Sin dejar de mencionar la apertura de su biblioteca y archivos a todos quienes expresaban interés y motivación.
Por un Socialismo Nacional fue un ensayo ideológico y doctrinario nacido de la práctica cotidiana de la política en el PS, que además se publicó cuando este vivía momentos cruciales y complejos de su historia, signados por fracasos electorales y múltiples rupturas y desprendimientos. Sus bases y antecedentes deben localizarse en las elaboraciones de Trías destinadas a la interna del partido, vehiculizadas en los documentos y aportes en los Congresos de naturaleza fermental. Por eso también tienen mucho de producción colectiva, ya que toda su obra fue una virtuosa construcción individual sustentada en lo colectivo.
Los compañeros me platearon ligar el recuerdo a Trías, con Apuntes para un socialismo nacional en el siglo XXI, solo puedo arriesgar nueve ítems como punta pie inicial para ese gran desafío, se trata de aspectos que fueron abordado por él en algunos casos y requerían un aggionarmiento atendiendo a los cambios operados, otros fueron tocados en forma lateral y algunos no estuvieron dentro de sus preocupaciones.
- Dentro de la mundialización comprender el papel del capital financiero en el accionar de las grandes transicionales en el mundo periférico en nuestro tiempo.
- Las nuevas formas adquiridas por la inserción subordinada de las economías de América Latina a la dinámica de los centros capitalistas mundiales en el proceso de mundialización.
- La mercantilización de los espacios comunes y la penetración del capital en actividades de producción antes controlados por el Estado (petróleo, agua potable, electricidad, gas, etc.) o enmarcadas en relaciones mercantiles no capitalistas (tierras de producción agrícola comunitaria, por ejemplo), como expresión de la tendencia totalizadora del capital que, en su “fase neoliberal” y post neoliberal, puede caracterizarse como un nuevo impulso de la “acumulación originaria”.
- La ortodoxia asumida por los progresismos en materia económica, con el lugar preponderante que le consagraron a la Inversión Económica Directa (IED). La crítica formulada por Trías al desarrollismo, hoy habría que orientarla al neo desarrollismo y las opciones sociales liberales. Entre las cuales debemos ubicar la extensión de modelos apostadores, por convicción o resignación, al extractivismo. En Uruguay tenemos una situación paradigmática, con el complejo celulósico forestal, cuyas consecuencias negativas sufriremos todos en las próximas décadas y cuya consolidación fue, en parte, una concesión del progresismo imbuido en las ortodoxias y pragmatismos a lo que hacíamos referencia.
- La soberanía en una doble dimensión, la soberanía de los Estados, especialmente frente a la gravitación del poder económico transnacional y la soberanía alimentaria.
La soberanía concebida como la máxima expresión del ejercicio de autoridad de un Estado y del principio de autodeterminación de los pueblos, que fue la que tuvo delante Trías, parece atravesar una de sus más duras crisis al debilitarse la categoría del Estado Nación y trasladarse a esferas externas la toma de importantes decisiones públicas, o por lo menos reconocerle a esos factores un amplio margen de incidencia en las mismas.
Seguridad alimentaria, concebida como el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas alimentarias que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias, reclamando la alimentación como un derecho fundamental.
No siendo lo mismo, guarda relación con otro asunto que es de extrema actualidad, el de la Seguridad Alimentaria, entendida como la posibilidad del acceso físico y económico de las personas a alimentos suficientes y nutritivos, concepto que choca con la lógica extrema de la economía de mercado.
- Las nuevas realidades del imperialismo, en un mundo que luego de la implosión de la URSS abandonó la lógica bipolar.
- La cuestión ambiental, especialmente vista desde la perspectiva de una crisis ambiental, considerada como un fenómeno complejo de evolución incierta producto de un proceso socio histórico, cuyos orígenes se remontan a los albores de la modernidad y cuya explicación debe situarse en las contradicciones de un modelo socioeconómico identificado con el crecimiento sostenido de la producción y las magnitudes económicas.
- La visión superadora del etapismo, expresada en las fases, manejada siempre por Vivían mantiene vigencia en lo medular, pero no hay duda que requiere un enriquecimiento, abordando la vigencia de la necesaria e inexorable necesidad de tener medidas anticapitalistas desde el arranque de todo proceso transformador, algo que ya resulta como una gran carencia de la era progresista registrada recientemente en América Latina donde debería confirmarse la carencia de un rol progresivo y autónomo de las burguesías locales y las modalidades de construcción de alianzas de clase.
- Finalmente, es necesario zambullirse en la caída del socialismo real, en el fracaso de los ensayos de los estados obreros fallidos, para reubicar, fuera de cualquier tentación modélica el horizonte del socialismo en este siglo XXI.
- Trías fue una personalidad deslumbrante, poseedor de una gran modestia, de un delicado sentido de la humanidad y la solidaridad; en su nutrida trayectoria, tanto en el campo político, como en el de producción intelectual, no fue infalible, cometió errores, algunos importantes, algunos de ellos explicables a partir de los contextos y las circunstancias concretas que le tocó vivir. Pero sobre todo fue una figura de gran honestidad, sin la cual no se puede entender el socialismo uruguayo del siglo XX ni se podrá concebir el del siglo XXI. Aprendimos de él y seguiremos profundizando en su estudio crítico y junto a las nuevas generaciones seguiremos aprendiendo.