Escribe Mónica Xavier | Secretaria de gobiernos
Finalmente, y luego de batallar incansablemente, el reciente 9 de julio, el Tribunal de Casación de Italia confirmó la sentencia de cadena perpetua para 13 represores civiles y militares, por la desaparición y el asesinato de 38 luchadores políticos y sociales contra las dictaduras en el cono sur, de origen italo-latinoamericano.
Culminó así el tan agotador como incansable peregrinar de madres y parejas en busca de justicia por sus familiares detenidos-desaparecidos. Impunidad diezmada: cadena perpetua e indemnización con penas pecuniarias.
El 25 de noviembre de 1975 se urdió en Chile el Plan Cóndor, impulsado, integrado y ejecutado por militares de Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.
La represión era cada vez más temible en los países de la región. Pero el terrorífico Plan Cóndor escaló un nivel más en la represión, al integrar información y colaboración con el fin de secuestrar, robar, desaparecer, ejecutar y ejercer todo tipo de violaciones a los derechos humanos, sin límites de fronteras.
Esta maquinaria criminal asesinó a 50 mil seres humanos, desapareció a 30 mil seres humanos, encarceló a 400 mil seres humanos.
Todo ello registrado en los Archivos del Horror, hallados en Paraguay en 1992, que contienen toneladas (literal) de documentación incriminatoria y probatoria. A pesar de todo ello, antes, durante y hasta el día de hoy aún hay negacionistas y relativistas de sistemáticas acciones criminales, inhumanas y siniestras.
La suma de información encontrada, a pesar de la conjura golpista, nace antes de los golpes y su sombra se seguirá cerniendo mientras no haya Verdad y Justicia.
Una tiranía nunca es un fenómeno de generación espontánea. El veneno del autoritarismo se destila despacio, durante años o décadas, y termina depositado en el más peligroso de los lugares: el Estado (Fernando Butazzoni, Las cenizas del Cóndor)
Ante la falta de humanismo de ninguno de quienes ni siquiera logran exorcizar sus crímenes, los archivos nacionales y extranjeros, implacablemente van haciendo emerger pruebas de estos horrendos crímenes y los nombres y apellidos de sus culpables.
La justicia italiana halló culpables a José Arab, Juan Carlos Larcebeau, Pedro Antonio Mato, Ricardo Medina, Ernesto Ramas, José Sande, Jorge Silveira, Ernesto Soca, Gilberto Vázquez, José Nino Gavazzo, Luis Maurente, Jorge Tróccoli y Juan Carlos Blanco.
La coordinación represiva se sostuvo en la Doctrina de la Seguridad Nacional. El apoyo de los gobiernos de los EEUU, se confirma en cada archivo que ve la luz. También se confirma en cada archivo que se desclasifica la injerencia de la Escuela de las Américas como laboratorio de generación y difusión de una acción represiva para la región.
La ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado -llamada ley de impunidad- de diciembre de 1986 (L15.848), la gesta del voto verde para intentar anularla, el voto rosado, la Ley 18.831 de 2011, la cual restablece la pretensión punitiva para los delitos cometidos en aplicación del terrorismo de Estado y la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, constituyen la concatenación de acciones -junto a las Marchas de los 20 de Mayo- para reconstruir la memoria histórica, conocer la verdad, hacer justicia y reparar.
En el juicio de Roma tanto el Estado uruguayo como el propio Frente Amplio se constituyeron en parte civil, junto al Estado italiano y el solidario PD (Partido Democrático italiano), acompañando la incansable lucha de los familiares, a lo que se suma el respaldo de la academia y de las organizaciones de Derechos Humanos.
Los fundamentos del fallo constituyen un precedente judicial histórico para los juicios por crímenes de lesa humanidad, donde sea que ocurran, y un nuevo golpe a los férreos intentos por tergiversar la historia, de los defensores de la cultura del miedo y el oscurantismo en que se agazapan.
Tampoco podemos permitirnos ser ilusos, la omertá se sigue llevando a la tumba muchos secretos de los asesinos.
El Plan Cóndor representa el horror de esta maquinaria funesta del Conosur. Paradójicamente para los mapuches el Cóndor es la reencarnación de las almas nobles y valientes y poseedor de una gran sabiduría.
El juicio de Roma nos renueva las fuerzas al demostrar que nada ni nadie puede contra la incansable lucha por VERDAD, JUSTICIA y NUNCA MÁS.