Reflexiones sobre la salida del PS de la Internacional Socialista
Escribe *Viviana Piñeiro
Este 1 de marzo el Partido Socialista de Uruguay formalizó su decisión de abandonar la Internacional Socialista. No se trató de una decisión sencilla, ni siquiera para quienes estábamos convencidos de que la tradición y el peso histórico y simbólico ya no eran suficientes para justificar nuestra pertenencia a ese espacio, y que había llegado el momento de dar un paso al costado.
Hace varios años, el Partido Socialista junto a otros partidos alrededor del mundo y junto a la Unión Internacional de Juventudes Socialistas planteó la necesidad de un debate profundo sobre el futuro de nuestro movimiento, haciendo un llamado a construir un movimiento fuerte, progresista y verdaderamente global para la familia socialista y socialdemócrata, que nos brindara las herramientas necesarias para construir un mundo más justo e igualitario.
Decía Willy Brandt en su discurso de junio de 1989 en Estocolmo, durante el XVIII Congreso de la Internacional Socialista, luego de ser reelecto para el que sería su último mandato como Presidente de la Internacional: “En nuestra calidad de socialistas democráticos queremos eliminar las diferencias entre ricos y pobres, tanto dentro de los países como entre las distintas naciones. Estamos contra los cínicos que oprimen a sociedades enteras. Esos cínicos para quienes la solidaridad internacional es una mala palabra y que pretenden socavar el bienestar social allí donde existe…El número de problemas que afecta a toda la humanidad aumenta sin cesar. Para resolverlos, es necesario adoptar una «política mundial», cuyo alcance se extienda mucho más allá de las fronteras nacionales…exigirá que nuestros partidos desarrollen una nueva comprensión del internacionalismo. Los problemas comunes requieren respuestas políticas coordinadas.”
Hoy diríamos, ante la crisis global, la respuesta debe ser global. Por eso el Internacionalismo debe ser parte fundamental de la práctica política cotidiana de socialistas y socialdemócratas, en el entendido de que solo actuando basándonos en el principio de la solidaridad internacional podremos construir un mundo mejor. Solo cumpliremos este objetivo si movimientos progresistas actuamos de forma coordinada y sistemática en todo el mundo. Para ello necesitamos organizaciones internacionales políticamente relevantes, más representativas, más visibles, más democráticas y más influyentes.
Entonces, qué organización queremos para desarrollar nuestro carácter internacionalista?
– Queremos una organización global fuerte, desde la cual trabajar para construir un mundo más equitativo para combatir la pobreza, las desigualdades, la violación de los derechos humanos, los regímenes autoritarios y todas las dificultades que la globalización traen consigo.
– Queremos una plataforma internacional desde donde cambiar el mundo, que se traduzca en acciones conjuntas que nos permitan dar pelea al avance de la derecha y la xenofobia en todo el mundo. Desde donde dar batalla a los nuevos autoritarismos y populismos de derecha, que incitan al odio, y al miedo.
– Queremos una plataforma desde la cual luchar en todo el mundo por un futuro de paz, libertad y justicia.
– Queremos una organización que brinde un espacio de intercambio permanente, y un espacio de solidaridad con los partidos que la integran y con sus gobiernos.
– Queremos una organización que plasme en su funcionamiento interno los principios de democracia, solidaridad, libertad e igualdad.
Por qué la Internacional Socialista dejó de ser la herramienta?
– La IS poco a poco se convirtió en una marca, una marca con 127 años de historia y una carga simbólica muy importante, pero una marca en fin. Ya no es ni un ámbito de elaboración, ni de discusión política, ni mucho menos de acción. Dejó de ser una organización democrática para convertirse en un espacio de lobby internacional para unos pocos alejada totalmente de una agenda de cambio y del principio de Solidaridad Internacional.
– Con el afán de crecer y crecer la IS comenzó a abrirse a nuevas membresías, lo que llevó a la incorporación de nuevas organizaciones que diluyeron al máximo su identidad socialista.
Este proceso se acompañó en la región latinoamericana de un protagonismo de los partidos políticos con los que menos compartimos valores y agenda progresistas.
– En 2008 se comenzó a plantear con fuerza la necesidad de una Reforma de la IS. Desde IUSY, impulsado entre otros por la JSU, se hizo el primer planteo en el Congreso que se desarrolló ese año en Atenas. Nueve años después, nada ha cambiado en la IS.
En los aspectos a reformar se reclamaba debate político real, períodos de dirección más cortos, transparencia en la gestión, equilibrio entre las regiones, equilibrio entre géneros en los organismos de conducción, mejora en la comunicación interna y externa, fortalecimiento en el vínculo con sus organizaciones fraternas (Internacional Socialista de Mujeres y IUSY), límites en los mandatos, entre otros. En 2011 con la Primavera Árabe al constatarse que los partidos de los corruptos y autocráticos gobernantes depuestos de Egipto y Túnez estaban en la IS la reforma pareció tomar un nuevo impulso.
– Sin embargo casi diez años después de los primeros debates poco o nada ha sucedido.
Por el contrario, el Congreso que acaba de culminar en Cartagena de Indias cerró ratificando la Presidencia y la Secretaría General de George Papandreou y Luis Ayala respectivamente, eligiendo menos Vicepresidentes de los previstos por falta de candidatos, retrocediendo en el avance que habían implicado las elecciones competitivas y por voto secreto que se habían logrado en el pasado Congreso en Ciudad del Cabo.
Papandreou llegó a este Congreso como candidato a reelegirse en el Congreso sin que su Partido fuera miembro de la organización. Ayala con esta reelección se encamina a completar la friolera de 32 años en el poder. No es claro cuántas de las 160 organizaciones miembro se mantienen por estos días, varias se encuentran transitando procesos como el nuestro. Pero es un hecho que durante el último Congreso solamente 60 partidos tuvieron derecho a voto (a pesar de las nuevas organizaciones que siguen ingresando).
Llegó la hora de dar un paso al costado.
Los y las socialistas nos desafiliamos de la Internacional Socialista.
Porque no nos representa, porque ya no es global, ni relevante, ni democrática, ni solidaria, ni socialista.
Llegó la hora de dedicar nuestro mayor esfuerzo en consolidar una organización global de la que podamos enorgullecernos. Es una tarea compleja, pero apasionante, que nos conducirá a construir socialismo, paso a paso, día a día.
*Secretaria de Relaciones Internacionales del PS