Salvador Allende a 50 años de su asesinato

Palabras pronunciadas en el homenaje convocado por la Comisión Vecinal

Escribe: Mónica Xavier

Hace unos meses, un vecino, el querido Martín Buxedas -que seguro anda por acá- nos hacía llegar la historia que escribió sobre la gestación de esta plaza, la que tituló: “Las Protagonistas”. Esa historia rememora que esta plaza se inauguró un 04 de setiembre de 1990 – en conmemoración al día del triunfo de la Unidad Popular de Chile-

Veintiún años más una semana después, un 11 de setiembre de 2011, se inauguró aquí mismo el busto de Salvador Allende. Esa fecha tampoco es casual: rinde homenaje eterno a  un hombre valiente, que un 11 de setiembre de 1973, no se rindió ante el asalto de tanques, aviones, bombas, balas, asesinos, usurpadores y traidores.   De ahí en más, todos los 11.09 las mujeres que conforman la Comisión Vecinal y estuvieron desde el inicio nos convocan bajo la consigna de “Una flor para Salvador”.

En la entrañable Nené les agradezco a todas, por su compromiso inquebrantable y por invitarme a formar parte de este homenaje. También agradezco a Sandra de la Fundación Salvador Allende y a todos ustedes que siempre están.

Hoy elegí diez palabras de Allende para definir el espíritu de Allende. Es ni más ni menos que el juramento que realiza ante la tumba de su padre, siendo joven  y estando preso. Dijo: “desde este momento consagraré mi vida a la lucha social”. Vaya si cumplió aquella promesa, que hasta su propia vida entregó por las causas sociales y la defensa de las instituciones democráticas. 

Allende fue un genuino educador popular: sincero, fundamentado,  emotivo, poseedor de un claro diagnóstico, no solo de los problemas sociales, sino también de lo que había que hacer para revertir una terrible brecha social. Un 04 de setiembre de 1970 triunfó la UP y Salvador Allende,  como Presidente constitucional, en el primer mensaje a su pueblo dijo: “A la lealtad de ustedes responderé con la lealtad de un gobernante del pueblo, con la lealtad del compañero Presidente.” 

Durante su gobierno, conquistó enormes avances económicos, políticos y sociales, y  resistió todo tipo de embates: desde los núcleos conservadores de poder político-económicos y mediáticos locales hasta los del imperio estadounidense, que la historia se encargó de documentar su tiránica intromisión.

Sabía perfectamente a todo lo que se enfrentaban sus ideas y acciones socialistas. En 1971 advertía: “…Que lo sepan, que lo oigan, que se les grabe profundamente: defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno Popular porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. Solo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo”. Los halcones acechaban y él lo sabía. 

Aquel 11 de setiembre de 1973, atacado y rodeado, reiteraba “¡Yo no voy a renunciar! Colocado en este tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del pueblo”.

Desde siempre su legado inspiró a la lucha por la igualdad, todos los días y en todos los planos: los jóvenes en las calles reclamando por educación o la nueva Constitución por un nuevo pacto democrático.  

Hoy Chile está gobernado por la izquierda y la búsqueda de la verdad histórica volvió con fuerza. Nos reconforta que los cobardes verdugos de Víctor Jara hayan sido condenados. Aún falta  que se haga justicia con las tres mil víctimas detenidas desaparecidas del terrorismo de Estado. Vaya si sabremos las enormes dificultades que imponen quienes cobardemente ocultan la verdad mediante pactos de omertá o la justifican tras la falacia de la teoría de los dos demonios.

Chile y Uruguay compartimos este doloroso 50 aniversario de los golpes de Estado, compartimos la ignominia de haber formado parte del mecanismo perverso y criminal de coordinación represiva del Plan Cóndor. Pero también compartimos la lucha de nuestros pueblos para reconquistar las libertades y echar a los tiranos. 

El 11 de setiembre de 1973 Salvador Allende nos decía desde  radio Magallanes: “siempre estaré junto a ustedes”.  Hoy, desde esta plaza, nosotros reafirmamos con fuerza y convicción: Compañero Salvador Allende, siempre estaremos junto a ti, honrando tu vida, tu sacrificio y tu legado. 

Salvador Allende vivirá por siempre