Rendición de cuentas y justicia social


escribe * Dra. Mónica Xavier

El mismo día que se publica esta columna, el gobierno remite a la fuerza política el proyecto de Rendición de Cuentas, que por varias semanas concitará el debate tanto a nivel social como político. Hay mucho en juego y las expectativas no son pocas: hay quienes tienen mayor organización y empujan más, mientras que hay cientos de miles que no tienen ni las condiciones económicas ni gremiales que les den visibilidad. El desafío es mantener los equilibrios.      

El Partido Socialista tiene vocación inclusiva y comprometida, tanto con el desarrollo como con quienes menos tienen, y coherente con ello propone las siguientes prioridades: (a) potenciar la profesionalización de la docencia en Enseñanza Media y el aumento de su cobertura y calidad, así como apostar a la enseñanza, la investigación y la extensión en la Universidad de la República, tendiendo al cumplimiento de la meta de gasto en educación del 6% del PBI; (b) garantizar el financiamiento necesario para el Sistema Nacional Integrado de Cuidados; (c) continuar el proceso de convergencia del presupuesto per cápita de ASSE al valor de la cápita del sector mutual, y (d) asegurar la disponibilidad de recursos para cumplir con los acuerdos salariales alcanzados en la administración central y todos los organismos públicos.

En un mundo y en una región llena de incertidumbre esas propuestas conjugan audacia con responsabilidad. La financiación de estas propuestas se sustenta en dos ejes: mantener e incrementar los niveles de crecimiento – que siguen siendo los más altos de la región y contra todos los pronósticos-; y recaudar de forma cada vez más justa y eficiente, fundamentalmente en determinados sectores del capital así como en actividades económicas que generan evidentes perjuicios sociales como los juegos de azar.

La actitud de la oposición, es repetida: quedarse roncos frente a las cámaras invocando el ajuste fiscal. Pero a la hora de votar los artículos presupuestales no son coherentes con los recortes que gritan ante los micrófonos – mucho menos aún en las intendencias que administran -. La oposición tampoco hace nada para terminar con el déficit que arrastra, desde hace décadas, la caja militar, que a los contribuyentes les cuesta 470 millones de dólares – y que, entre otras cosas, duplica el presupuesto del MIDES-. El doble discurso como seña de identidad.  

En contrario a tanta vociferación y contradicción opositora, el gobierno trabaja. Trabaja en favor de seguir expandiendo oportunidades y derechos para que más uruguayas y uruguayos sigan mejorando sus condiciones de vida. Ejemplo de ello, ayer, en el barrio Cerrito, en ese genuino mano a mano que representan los Consejos de Ministros abiertos, el compañero ministro de Trabajo, maestro Ernesto Murro, ante la consulta de un jubilado, informó que en estos doce años de gobiernos progresistas «las pasividades tuvieron un aumento de más del 50% en términos reales».  

Debemos profundizar en esta senda de gobierno que ha hecho posible aumentar ingresos, distribuir, auspiciar el desarrollo e invertir en políticas sociales como nunca antes se había hecho en nuestro país. Claro está que cuanto más avanzamos más arrecian los palos de la oposición, porque cuanto más avanzamos más lejos están de volver a ganar una elección. Por eso es que tergiversan y alimentan un estado de ánimo negativo, y no reconocen ni una buena.   

La Rendición de Cuentas determina una discusión ideológica. En ella se hacen los máximos esfuerzos para generar los recursos que permitan cumplir con el programa comprometido – y con el cual se ganaron las elecciones nacionales – como camino hacia una sociedad donde las oportunidades sean cada vez más democráticas. Así se explica la relación entre Rendición de Cuentas y Justicia Social.    

* Médica Cardiologa, Senadora de la República y Secretaria General del Partido Socialista de Uruguay