El gobierno de coalición presidido por Luis Lacalle Pou, pretende implementar, tal cual lo habíamos advertido durante la campaña electoral, una política de ajuste, reducción del papel del estado, redistribución del ingreso con un sentido de concentración de la riqueza y criminalización de la protesta social, que bien han definido nuestros compañeros como modelo DARC (Desestatizador, Antipopular, Represivo y Concentrador) o Neoliberalismo Autoritario.
Ante esa política que pretende arrasar rápidamente con la gran mayoría de las conquistas democráticas y sociales alcanzadas por nuestro pueblo durante los quince años de gobierno del Frente Amplio, tenemos una responsabilidad insoslayable, defender a los que menos tienen. Trabajar por un país más próspero sin duda, pero donde esa prosperidad alcance a todos sin exclusiones ni discriminaciones de ningún tipo. En estos tiempos en los cuales al Presidente y varios de sus acólitos les gusta mentar tanto y en forma tan superficial el tema de la libertad de las personas, vale la pena recordar a Don Emilio Frugoni en la Asamblea Constituyente del años 1916: “Un pueblo pobre no es un pueblo libre, por lo mismo que un hombre sin independencia económica carece realmente de independencia. No hay tiranía peor que la de la miseria”.
Pese a la derrota electoral de noviembre, el Frente Amplio sigue siendo, por su peso electoral, su representación parlamentaria y su presencia a lo largo y ancho del territorio nacional, la fuerza política más importante del país, ¿cuáles debe ser las líneas rectoras de su accionar en estos tiempos?
Proponemos seis líneas generales para nuestro trabajo, que entendemos válidas para atender todas las confrontaciones políticas que la agenda nos imponte. Ellas son:
1- Somos una oposición honesta, ¿qué quiere decir esto?
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No haremos responsable al gobierno de lo que no le corresponde.
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No haremos propuestas con oportunismo político, propuestas que no llevaríamos adelante si fuéramos gobierno.
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Vamos a respaldar las medidas que proponga el gobierno y entendamos buenas para el país.
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Vamos a realizar propuestas oportunas para atender los problemas del país y poner toda nuestra capacidad para resolver los mismos.
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Vamos a defender nuestros puntos de vista con claridad y denunciar los errores y las políticas que entendemos contrarias al interés nacional y de las grandes mayorías.
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Vamos a defender con todas nuestras fuerzas las conquistas alcanzadas en estos quince años.
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2- La acumulación de fuerzas se hace desde el territorio y con la gente.
Debemos desplegar nuestra militancia en todo el territorio nacional, recuperar el diálogo con las y los vecinos (no solo decir, también escuchar) y fortalecer nuestras organizaciones de base en todo el país.
Se trata no solo de reorganizarnos y fortalecernos para oponernos a las políticas del gobierno de coalición, sino de construir entre todos las herramientas y las propuestas políticas que nos permitirán retomar el camino del cambio progresista en el Uruguay.
Y construir no solo para ganar una próxima elección, sino también para gobernar con la participación y el protagonismo de la gente. La medida de ese protagonismo y participación dará la dimensión del sentido de justicia social de las transformaciones que seamos capaces de realizar.
3- Acompañar la movilización social en defensa de los derechos conquistados en estos quince años y contra el proyecto neoliberal y autoritario.
Las políticas de ajuste y su consecuencia de reducción y deterioro de las prestaciones sociales (que afectará las políticas de salud, vivienda y educación), la rebaja del valor real de salarios, jubilaciones y pensiones, y las políticas de privatizaciones, tendrán sin duda una respuesta de movilización y lucha social. Respetando la independencia de las organizaciones sociales nuestra tarea será:
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Estar presentes con la gente que se moviliza y lucha.
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Promover su organización.
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Darle cobertura política y difusión a sus reclamos.
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Contribuir a enmarcar su accionar en una estrategia de acumulación de fuerzas a favor el proyecto progresistas de transformaciones.
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4- Realizar un balance autocrítico de nuestro accionar a lo largo de los quince años en que fuimos gobierno nacional.
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Sin balance y autocrítica no hay aprendizaje.
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Necesitamos aprehender de la derrota. La derrota no era inevitable, fue consecuencia de nuestros errores e insuficiencias.
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La autocrítica solo tiene sentido si es para definir un camino hacia adelante, por eso no tiene por objeto buscar personas responsables, sino políticas y prácticas erradas, y políticas y prácticas necesarias en la nueva realidad.
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La autocrítica debe ser a cada nivel, está claro que no todos tienen la misma responsabilidad, pero nadie en términos personales, de organismos o sectores, debería encarar este proceso desde el lugar del juez de los otros si no empieza primero por si mismo.
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Si no somos capaces de realizar una autocrítica seria y profunda, no seremos creíbles, ni ante nuestra propia gente, ni ante gran parte de la sociedad que espera que asumamos nuestros errores.
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5- Fortalecer la unidad política del Frente Amplio.
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Construir síntesis política a partir de escuchar e incluir a todos. No se trata solo de “acuerdos políticos” entre los principales sectores que eviten disputas estériles -que por cierto son necesarios y hay que construirlos-, se trata de intentar integrar los diversos puntos de vista y reconocer en lugar a todos los actores del Frente Amplio.
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Unidad de acción sí, pero también coherencia en el discurso. El mensaje común es fundamental en esta etapa donde necesitamos marcar un rumbo claro.
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6- Ser una fuerza con propuestas.
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El Frente Amplio es una oposición honesta como dijimos y por la tanto sabe que hay que atender los problemas del país y su gente. Desde otra visión, con otras prioridades, defendiendo los intereses de las grandes mayorías, tiene un curso de acción alternativo cuando no comparte las políticas del gobierno. Solo una fuerza con propuestas puede constituirse en una alternativa real de gobierno.
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El Frente Amplio tiene un largo camino por delante, el 5 de febrero del próximo año celebrará sus primeros cincuenta años de vida, no es poca cosa. Hace ocho meses sufrimos una derrota electoral y política, es un golpe duro y aún sentimos el impacto, pero aun así, hemos dado una discusión muy importante para enfrentar el proyecto de ley de urgente consideración, vamos al debate parlamentario sobre la rendición de cuentas del ejercicio 2019, nos preparamos para el debate político y social en torno al presupuesto para el quinquenio 2021-2025 y disputaremos, en lo que será sin duda una tarea central, las elecciones departamentales y municipales del 27 de setiembre, ¡y no nos importa y si las encuestas nos dan más o menos chance, en cada departamento y en cada municipio vamos a “dejar el alma en la cancha” por ganar este partido!.
Mientras libramos esas batallas, tenemos que encontrar la mejor versión de nosotros mismos para enfrentar los desafíos del presente y del futuro, ese es el sentido de este aporte, hecho desde la confianza en que entre todos seremos capaces de hacerlo.
Escribe José Nunes, Secretario de Relaciones Políticas, Partido Socialista de Uruguay