Ponencia del Edil Leonardo “Gino” Pereira ante la Junta Departamental de Maldonado – 5 de junio 2023

Escribe Leonardo Pereira | Edil de PS-FA Junta Departamental de Maldonado

El día 5 de junio, se celebró el «Día mundial del medio ambiente». Esta fecha en particular conmemora la primera conferencia mundial sobre medio ambiente realizada en 1972 en Estocolmo, Suecia.

El ambiente es todo lo que nos rodea y está compuesto por elementos naturales y artificiales. Es importante cuidarlo debido a que los seres humanos dependemos de él para sobrevivir. Sin embargo, en la actualidad, el ambiente se enfrenta a diversos problemas como la contaminación, el cambio climático, la deforestación, entre otros. Todos por acción humana, es decir, quienes dependemos de él para la sobrevivencia, a su vez lo estamos destruyendo.

Las acciones humanas, generan un impacto directo en el espacio, en el territorio que a la vez se proyecta en el tiempo porque acciones de hoy generan consecuencias en el mañana.

El uso desmedido de los elementos que componen el ambiente natural, producto de lo que el ser humano ha llamado desarrollo, dando prioridad a un beneficio cuya cuantificación se pone antes en lo económico que en lo humano. Estas acciones, que ya han demostrado efectos que en algunos casos podemos llamar devastadores sobre el medio natural, como desertificación, contaminación de espejos y cursos  de agua, deforestación, han traído como consecuencia directa entre otros el famoso Calentamiento Global Este efecto está subiendo la temperatura del planeta, afectando los casquetes polares y los glaciares produciendo deshielos, y aumento en el nivel del mar. Asimismo, la acumulación de basura y residuos en altos niveles, hace que en el océano pacífico tengamos islas de plástico cuyo tamaño supera a Francia y Alemania. 

Todo esto nos hace reflexionar. Se ha hecho mucho daño y debemos tomar consciencia de que pequeñas acciones pueden ya no revertir, pero sí mitigar esto. Es necesario valorar el ecosistema, crear conciencia de que no podemos ser ajenos o creernos por fuera de esta problemática. Ese mismo impulso que el ser humano ha llevado adelante en pos del desarrollo pero que afecta al ambiente, debe ser redireccionado, hacia acciones sustentables que en el mismo afán de desarrollo, generen responsabilidad, recursos y que involucren a nuestras vecinas y vecinos. 

Se hace muy difícil poder de un día para el otro cambiar de mentalidad, aquello que hacíamos mal ya no hacerlo o modificar las acciones cambiando nuestras conductas. Pero hay que intentarlo, por ejemplo, acciones sobre nuestro propio consumo, poner más atención en aquellos productos que han puesto en valor envases reciclados o que el propio producto haya surgido en cadenas de producción de reciclaje o de reutilización. Para esto, son necesarias políticas públicas educativas que vayan en ese mismo sentido.

Este año, la consigna del día mundial del medio ambiente es “sin contaminación por plásticos”. Como ya mencionamos, hoy en el océano pacífico hay islas de plástico más grandes que Francia y Alemania flotando. Los primeros plásticos se ubican a mediados del siglo XIX, cuya aplicación fue para neumáticos, luego se perfeccionó y utilizó para sustituir el marfil, curiosamente en las bolas de billar. A mediados del siglo XX, surge el primer plástico de carácter comercial la baquelita, de donde surge posteriormente el PVC, Nylon, Polietileno, todos plásticos que por su ductilidad, su capacidad de aislación y resistencia comenzaron a desarrollarse para múltiples usos. Hoy en día es un material muy económico, pero lamentablemente su valor no contempla los impactos negativos que el mal uso, manejo irresponsable y el excesivo consumo,  genera en el ambiente.

Es vital tomarnos tiempo para pensar que podemos hacer desde nuestros lugares para mitigar esos efectos negativos. Surgen, entre otras mínimas acciones, evitar el consumo innecesario, sustituirlos por otros materiales, reutilizarlos en la medida de lo posible, generar leyes que determinen una gestión más eficiente, por ejemplo ley de envases, ley de bolsas, clasificar y reciclar todos aquellos plásticos que por su características puedan ser reutilizados. Se nos hace imprescindible saber que existe una clasificación de identificación numérica de los plásticos que va del 1 al 7 y que podemos, si tenemos una lupa, encontrar dicho dato dentro del llamado circulo de Möbius que es el símbolo mundial del reciclaje que generalmente tienen todos los plásticos que usamos a diario.

1) PET (tereftalato de polietileno)

Tiene un alto nivel de transparencia. Es el plástico preferido para botellas de agua y refrescos. En el proceso  de reciclaje se puede generar un plástico de igual o mejor calidad.

2) PEAD o HDPE (polietileno de alta densidad)

Es el plástico más usado, es muy resistente. Se usa para recipientes de productos de limpieza, de cremas o de leche. Es un tipo de plástico muy versátil. Tras su reciclado puede ser reutilizado para todo tipo de elementos como contenedores de reciclaje,  otras botellas y envases de comida, macetas, etc.

3) PVC (policloruro de vinilo)

Muy difícil de reciclar. Está considerado como el plástico más peligroso que existe debido a su proceso de fabricación. Es muy ligero, resistente y duradero, con alta tolerancia al fuego y de permeabilidad alta. Se utiliza por ejemplo, en productos médicos y calzados. Solo puede ser reciclado de manera industrial. Sus efectos son muy contaminantes. Hoy se están buscando otras alternativas.

4) LDPE o PEBD (polietileno de baja densidad)

Muy elástico, duro y transparente. Se produce a través del gas natural y es muy barato, de ahí su amplio uso frente a otros tipos de plásticos. Se utiliza, por ejemplo, para las bolsas de plástico, aislantes de cables, papel film. Una vez reciclado, se puede volver a usar para crear los mismos productos.

5) PP (polipropileno)

Muy resistente al calor, no es flexible. Se encuentra en tapas de envases, envoltorios, utensilios de cocina, recipientes. Se puede someter a procesos de reciclado.

6) PS (poliestireno)

Muy buen aislante y resistente, muy usado en la construcción y en productos como duchas, espuma aislante, tubos de ensayo. Su reciclaje es costoso dado que debe transformarse a través del calor.

7) Otros tipos de plásticos

Sus componentes no se conocen del todo, por lo que no pueden reciclarse, lo que hace un tipo de plástico contaminante por sí. También se incluyen en esta categoría algunos tipos de plásticos de composición mixta. Por ejemplo, los discos compactos, envases de pasta dentífrica, envases  para cocinar en el microondas.

                      

El reciclado es el proceso que consiste en transformar los residuos en nuevos productos. El objetivo del reciclado es reducir la cantidad de residuos que se generan y al mismo tiempo, evitar la extracción de nuevas materias primas, logrando minimizar el impacto en el ambiente. Existen diferentes tipos de residuos que pueden ser reciclados, entre ellos están: 

Residuos orgánicos: Estos residuos son aquellos que provienen de la naturaleza y pueden ser biodegradables, como las hojas, los restos de comida, entre otros. Estos residuos pueden ser compostados y utilizados como abono para plantas.

Residuos inorgánicos: Son aquellos que no son biodegradables y están hechos de materiales como plástico, vidrio, aluminio, papel, entre otros. Estos residuos pueden ser reciclados y transformados en nuevos productos. Ahora bien, para poder reciclar es necesario previamente clasificar, y para ello existe un código de colores, que en el uruguay está generado por La Norma UNIT 1239 donde se describen los aspectos básicos para la identificación y clasificación de residuos generados en todo tipo de actividades, contemplando la normativa legal vigente. Este código de colores es común verlo en recipientes para la deposición final de residuos, aunque aún no se ha universalizado. Los distintos gobiernos departamentales han optado por distintas clasificaciones tratando de resumir el abanico que implica atender a toda la clasificación. Creemos fundamental que en aras de lo que venimos diciendo, una de las decisiones principales de los gobiernos locales y departamentales sea profundizar en  esta política de clasificación.

Dentro de este marco, desde hace un tiempo atrás, muchas personas en todo el mundo han hecho de la clasificación y el reciclaje su modo de vida y su sustento económico. Aparece aquí el concepto de ECONOMÍA CIRCULAR vinculado al RECICLAJE y se expresa  como el  sistema de aprovechamiento de recursos cuyo pilar es el uso de cuatro “R”: reducir, reutilizar, reparar y reciclar.                          Pero en  realidad se trata de un modelo económico que va más allá del reciclaje y que se propone ir a la raíz del problema para ofrecer soluciones viables.  El modelo lineal  basado en “extraer, producir, desechar”,ha llegado al límite. Para transitar hacia un modelo económicamente sostenible, es necesario poner en práctica los llamados  principios de circularidad: Eliminar residuos y contaminación desde el diseño o sea desde el inicio no esperar a que el producto sea residuo. Mantener los productos y materiales en uso, ejemplo retornabilidad de los envases. 

Regenerar los sistemas naturales. Vivimos un modelo de producción y consumo basado en fabricar, comprar, usar y tirar. Un modelo lineal que lleva al agotamiento de los recursos naturales y a un fuerte impacto por la cantidad de residuos que generamos. El reciclaje se nos ha presentado como una receta mágica, la panacea, que resuelve todos los problemas. Pero no es tan así. Los productos que tiramos requieren de procesos de recuperación, en algunos casos costosos tratamientos que permitan convertirlos nuevamente en materias primas. Muchas veces esto es tan o más caro que la extracción de productos de la naturaleza.

Uno de los principales retos de la economía circular, es conseguir gestionar los recursos limitados de nuestro planeta, para evitar el colapso al que nos lleva el despilfarro, en el que se sustenta el modelo de usar y tirar. La prioridad debe ser precisamente la prevención. El costo (social, económico y ambiental) de recuperar un producto y repararlo es mucho menor que el de fabricarlo nuevo desde sus residuos. El reciclaje es necesario para reducir el impacto de los residuos, pero no mantiene ni aumenta el valor de los productos fabricados para  buena parte de los materiales residuales, no consigue cerrar el ciclo.

Necesitamos reciclar más y mejor, pero sólo como una etapa de transición a una verdadera economía circular, basada en la prevención y en la reutilización. La economía circular no se basa solo  en el reciclaje sino que su producción se diseña para que los productos puedan reutilizarse varias veces, no para que se conviertan en residuos.

A modo de resumen, me gustaría incluir aquí tres propuestas que como decíamos más arriba, implican acciones que aunque puedan parecer mínimas ayudan a generar consciencia y responsabilidad.

1) Es muy difícil poder ver en los plásticos el número de clasificación del plástico. Proponemos que se redacte un proyecto de ley de un solo artículo que obligue a indicar en forma visible el número de clasificación al que corresponde.

2) Proponer a las autoridades de la educación que se invierta en colocar en todos los centros educativos del Uruguay, contenedores de clasificación, acordando con el Congreso de Intendentes la recolección de los mismos. Esta política estaría enmarcada el plan nacional de gestión de residuos ley 19829.

3) Plantear a la ANEP que se procure introducir en las competencias generales del marco curricular el PENSAMIENTO AMBIENTAL UNIVERSAL,  para que las futuras generaciones puedan aprender y aprehender cómo relacionarnos con el ambiente,  que ésto no quede solo a instancias de algún proyecto de centro, de la voluntad de equipos de dirección o  los docentes involucrados.