Escribe Maxi Santos
Esta introducción pretende ser una invitación a la lectura de los diferentes artículos que generosamente los autores y autoras se han permitido compartir en las páginas de El Sol. Es así que me parece importante señalar algunas consideraciones de un estudiante de formación en educación que intenta dialogar con Freire, las pedagogías críticas, la educación popular y proyectos alternativos al neoliberal que no fomenten la necropolítica de este sistema.
Hablar de Freire tiene que ser, también, salir de los lugares comunes y proponernos sobre sus bases y planteos, ingresar en caminos de nuevos planteos propios de nuestro siglo XXI y de las exigencias de nuestro tiempo. Y es difícil salir de allí, tratando de no repetir los postulados como mantras o sentidos comunes que se reproducen en frases de twitter que las comparte desde el militante de izquierda al apolítico imprimiendo sentidos que pierden las dimensiones profundas y radicales de sus planteos.
También nos debemos permitir poner sobre la mesa qué tiene este maestro latinoamericano para las juventudes ya que nos enfrentamos a desafíos que trastocan a la sociedad en general pero a nosotros en particular. Nuevas formas de trabajo, nuevas tecnologías, cambios en la división internacional del trabajo, fragmentación de las ciudades, nuevas demandas así como nuevos sujetos que desde su lugar de enunciación cuestionan otros aspectos de las estructuras de dominación.
Si no fuera poco, el neoliberalismo continúa avanzando y el populismo de derecha es una de las formas que debemos observar con detenimiento. Ya que toman como elemento para sostenerse, los votos de las y los excluidos de siempre que más allá del progresismo continúan en el mismo lugar como si nada hubiera pasado. Es así que seguimos colaborando para mantener las estructuras que producen la desigualdad, así como no lograr propiciar y acompañar los espacios de concienciación y la posibilidad de tomar la palabra de estas poblaciones.
Todo esto y más, nos debe ayudar a hacer un quiebre epistémico con las posturas totalizadoras e imperialistas de nuestras ideas que tienden a concebir al otro como objeto que debe ser colonizado por las verdaderas ideas que lo sacarían de su zona de exclusión. Actuar sobre espacios con otros tiene que ser desde la incertidumbre del otro y con intenciones de acompañar(se) y sostener(se) procesos de existencia y afirmación de sí. Con otros y entre otros, diversos que dialogan y se sostienen con las palabras y las acciones.
Por último creo necesario volver a Freire y a la Educación Popular pero sin querer buscar la revolución a la vuelta de la esquina queriendo encontrar revolucionarios y frustrarnos al no encontrarlos, cuando más que luchas por las transformaciones y la conciencia crítica hay muchas veces, antes que todo, luchas por la supervivencia. Eso no quiere decir que en ollas populares y en espacios de resistencia en la actualidad con la ausencia del Estado no se transiten por procesos que se nutran dialécticamente, pero antes de frustrarse, hay que dar un paso para atrás y trabajar desde la humildad que no se impone al otro.