Escribe: Mauricio Zunino. Intendente (S) electo de IM
Las circunstancias en que debemos asumir el nuevo gobierno Departamental de Montevideo son bastante particulares y poco esperadas al inicio de este ciclo electoral. El pasado 27 de setiembre se cerró el ciclo 2019-2020 donde quedaron definidas todas las responsabilidades en los tres niveles de gobierno y esto muestra una situación mucho más adversa para el gobierno frenteamplista de Montevideo. A la pérdida del Gobierno Nacional y la caída en la representación parlamentaria, en octubre y noviembre de 2019, se sumó un magro desempeño electoral en a nivel del país en las elecciones Departamentales y Municipales que nos deja tan solo con tres intendencias y muchos menos municipios que en el período pasado.
Si bien Montevideo se diferencia con relación a esta tendencia general y junto con la votación de Canelones se logra generar un fuerte polo progresista en el área metropolitana, que incluye a la mayoría de la población del país y a la mayor contribución al PIB y a la riqueza nacional, nos deja en una correlación desfavorable para impulsar políticas comunes a nivel departamental en el país.
A su vez también en este año la crisis sanitaria generada por la pandemia a nivel mundial ha generado una profunda crisis económica y social y es factible que sus efectos continúen profundizándose durante el primer semestre de 2021. La caída del PIB tiene como consecuencia la pérdida de puestos de trabajo, y a esto debemos sumarle las políticas de ajuste llevadas adelante por el Gobierno Nacional que profundizan los efectos recesivos, la caída de salarios reales que generará luego una caída de jubilaciones son parte del diagnóstico de nuestra situación actual.
Es por esto, por lo que nos planteamos discutir cuales son las prioridades que desde un Gobierno Departamental debemos tener, y concluimos que la centralidad de nuestra intervención es la población y los problemas urgentes que le aquejan. Las prioridades no deben mirarse únicamente sobre un esquema de distribución inconexa de competencias, que marca el ordenamiento jurídico; sino que deben permitir desde el uso de herramientas disponibles, como gobierno departamental, centrar la acción en las personas y dentro de sus competencias brindar soluciones. El Plan ABC es esto, es poner el instrumental de la Intendencia para abordar la emergencia social atacando distintos problemas.
Si bien este plan plantea abordar la coyuntura, todas las acciones pretenden generar componentes más estructurales que permitan a la población mejoras en sus competencias y a los barrios mejoras de habitabilidad. Por lo que nuestro primer compromiso para el año 2021 es abordar la emergencia social.
El plan ABC trata de dar algunas respuestas a las necesidades de la población, por eso aborda la problemática del empleo, de la vivienda y el hábitat, de la violencia de género, la alimentación y la salud.
Durante los 15 años de gobiernos frenteamplistas se alcanzaron importantes logros en la reducción de la pobreza y la indigencia, pero mucha de esta población presenta vulnerabilidades que ante un cambio de coyuntura corren riesgos de volver a caer en estos estados.
Nuestro gobierno departamental debe tener una sensibilidad distinta a la que pregona el gobierno nacional. Lo que en definitiva está en juego es un choque de modelos y debemos desde el gobierno de Montevideo proponer una propuesta de izquierda, que sea inclusiva y solidaria; que se contraponga con el enfoque del individualismo metodológico de la visión liberal.
Debemos poner en la balanza y ver que nos importa más, si la mera ecuación contable del déficit fiscal, o el déficit social que trunca las posibilidades del desarrollo sostenible e inclusivo. Podemos recordar una frase de nuestro compañero Tabaré Vázquez, que fue nuestro primer intendente frenteamplista en Montevideo, que planteaba que entre elegir tapar un poso o darle un vaso de leche a un niño elegiría esta última opción. Es con este espíritu que construimos el plan de Apoyo Básico a la Ciudadanía, que intenta redireccionar las siglas popularizadas como las competencias básicas de la Intendencia.
El primer componente refiere al trabajo y para esto se proponen tres líneas de acción: Generar 2000 puestos de trabajo transitoriospara realizar tareas de valor local en espacios públicos por 6 meses, 1000 por cada semestre, esta línea apunta a poblaciones con pocas condiciones de empleabilidad que dedican casi todo su ingreso al consumo, lo que permitirá una reactivación a pequeña escala de comercios zonales; Plan Yo estudio y Trabajo Montevideo, que permitirá profundizar los mecanismos ya existentes con la UdelaR y UTU y ampliar las posibilidades de ingreso de estudiantes para iniciarse en la actividad laboral que sirva luego como antecedente para futuras inserciones, creando 300 nuevas oportunidades para atacar el desempleo juvenil; Incentivos fiscales para empresas que generen nuevos empleos, se generará un mecanismo de cupones canjeables por tributos, permitiendo a las empresas acceder a exoneraciones y reducciones de los tributos departamentales cuando generen nuevos puestos de trabajo.
El segundo componente que denominamos Tierra, Vivienda y Barrios, tiene 4 componentes: Reconversión del Fondo Solidario de Materiales pasándolo a USD 3.000.0000 que entregaría hasta USD 5.000 no reembolsablespara mejora en hogares que tengan riesgos como incendios, inundaciones o malas condiciones de higiene; Lanzamiento de Abre Montevideo, en donde se impulsarán obras en 35 barrios, que impactarán directamente en 4500 familias, generando intervenciones rápidas definidas de manera participativa en caminería pendiente, drenajes pluviales tapados, alumbrado, espacios públicos, locales comunitarios y mejora habitacional; Recuperación de Fincas priorizando destinarlas para Cooperativas de vivienda u otras modalidades de solución habitacional, reservando un 30% para mujeres con niños a cargo; Compra de tierras para construcción de Cooperativas, se dirigirá el monto actual del Fondo Especial de Gestión Urbana y Rural (FEGUR) y el fondo de Cartera de Tierras, para la compra de terrenos destinados a vivienda cooperativa, vivienda para mujeres con hijos a cargo, vivienda para jóvenes y personas mayores.
Otro de los pilares tiene que ver con el apoyo alimentario, se destinaran USD 2.000.000 para apoyo a ollas populares. Estas han sido posible por la fuerte tradición solidaria de la población de nuestro departamento y el rol de los sindicatos, organizaciones barriales y pequeños comercios locales, sin embargo, los insumos para poder cocinar empiezan a escasear por lo que para sostener la alimentación de más de 40.000 personas es necesario asistirlas. Pero a su vez se debe buscar asesorar en condiciones nutricionales y de salubridad para mejorar la calidad de la alimentación brindada.
Otra situación de emergencia social que queremos abordar son los temas de violencia de género y autonomía económica de las mujeres. Para esto se pretende usar la trayectoria en políticas de Igualdad de Género. Se reforzarán las Comunas Mujer que deben transformarse en espacios de participación y acción de grupos y colectivos de mujeres y de las vecinas para el desarrollo de iniciativas locales propuestas a nivel de su entorno barrial, oportunidades económicas y prevención de la violencia de género. Para esto nos proponemos crear dos nuevas Comunas Mujer y ampliar su horario de atención y la cobertura de asistencia sobre todo en aspectos legales.
Finalmente, el quinto componente son las políticas de salud, para esto se proponen cuatro acciones: Creación de un Fondo de Medicamentos, para fortalecer la atención en el primer nivel de atención y cubrir las carencias de ASSE; Incorporar dos equipos móviles de atención con destino a los Municipios D y F, que por su extensión territorial y población en situación de vulnerabilidad requieren este tipo de asistencia, los policlínicos móviles pueden desarrollar vacunación, medicina familiar y comunitaria, pediatría, consultas con partera y odontología y primera respuesta en violencia de género en el caso de niñas, niños, adolescentes, mujeres y personas mayores o con discapacidad; Extensión del horario de atención en las policlínicas municipales, fortaleciendo los equipos de salud en medicina familiar y comunitaria pediatría, partera, trabajo social y psicología que prestará atención a la salud mental comunitaria; Creación de una línea de apoyo para la prevención y atención de la desnutrición infantil, donde a partir de la labor de los equipos de pediatría, se diagnostique y se brinden los complementos alimentarios como por ejemplo leche en polvo y a su vez se generen políticas de prevención y detección del maltrato y abuso sexual infantil y adolescente.
Con este plan pretendemos que el Gobierno Departamental de Montevideo contribuya a mejorar la calidad de vida de la población más vulnerable y con mayores carencias. Debemos pensar en la construcción de una sociedad más integrada e igualitaria y para esto es necesario generar planes de contención en los momentos de crisis para proteger el entramado social y evitar la caída de población a la pobreza y la indigencia. La intendencia ha desarrollado capacidades y una red territorial que permite tener un enclave de cercanía en cada barrio y de esta manera fortalecer la interacción con la sociedad para reforzar los lazos de solidaridad necesarios en la construcción de un proyecto político alternativo al propuesto por la lógica dominante que genera sistemáticamente miles de excluidos.