#MayoMesdelaMemoria

Escribe Mónica Xavier

Este  20 de mayo se realiza la 27a Marcha del Silencio, en la que decenas de miles de personas volverán a reclamar con su presencia la necesidad de verdad y justicia por los aberrantes crímenes durante la dictadura cívico- militar (1973 -1985).

El 20 de mayo es -desde 1996- un homenaje a las víctimas del terrorismo de estado. Mayo se convirtió, por la indeclinable y creciente adhesión popular, en el mes de la memoria. 

En los últimos días se ha hecho público la intención de remitir un proyecto de ley para declararlo como el mes del Soldado. La iniciativa conjuga un desacierto sin excusas y configura una provocación lisa y llana porque pretende distorsionar los hechos al reeditar la teoría de los dos demonios. 

Nuestra lucha nada tiene que ver con demonizar a los soldados, ni tampoco es una visión hemipléjica. Nuestra lucha es por la memoria, por la justicia, por la verdad y por sobre todo por la sensibilidad hacia quienes aún no saben del destino de los desaparecidos por el terrorismo de Estado.

No se obtuvo la verdad ni siquiera cuando se daban las garantías de la impunidad. Nunca fue un tema de odios ni revanchas el de la búsqueda de la verdad. Siempre fue, es y será un tema de puro humanismo. 

Este no ha sido el único intento de los integrantes de este gobierno por distorsionar la historia, ya hubo planteos de restituir la ley de caducidad de la pretensión punitiva del estado (L15.848,1986 ), derogando la ley interpretativa que la restableció (L18.831, 2011).

No han sido pocos los ataques a la INDDHH, a la Fiscalía especializada en crímenes de lesa humanidad y a operadores de la Justicia que han tenido que ver  con el juzgamiento de estos delitos .Juicios que se han realizado con todas las garantías como corresponde a un régimen democrático republicano.

La impunidad tiene como consecuencia que sigamos sin saber el destino de nuestros desaparecidos  y tiene consecuencias sobre el conjunto de la sociedad. La impunidad continúa en las cabezas de quienes proponen proyectos de ley camuflados en indultos para ancianos cuando lo que en realidad pretenden es liberar de su legítima condena judicial a los golpistas, asesinos y torturadores.    

Se continúa reclamando el acceso a la totalidad de los archivos estatales y al trabajo sobre los mismos.

No se pueden soslayar la horadación que la Doctrina de la Seguridad Nacional perpetró en las fuerzas Armadas. Es necesario profundizar la tarea de democratización de las mismas, iniciada en los gobiernos del Frente Amplio. Es un proceso de democratización de nuestras instituciones y de toda la sociedad. Es auspicioso saber que en la formación de nuestros uniformados del ejército y como resultado de un proceso de reflexión, se tendrá en cuenta hechos tan aberrantes como el siniestro plan Cóndor y sus derivaciones en fragantes y aberrantes violaciones de los derechos humanos, aunque insuficientes y que no profundizan en un verdadero cambio de paradigma. Tenemos que hacer nuestro mea culpa sobre este punto y abordarlo con más determinación en futuros gobiernos frenteamplistas. 

A 49 años de perpetrado el golpe de estado en nuestro país se siguen dando pasos aún insuficientes, persiste una deuda grave con relación a las víctimas y sus familiares y una deuda como sociedad toda. Como dice la consigna que nos convoca a esta marcha, la verdad sigue secuestrada. Es responsabilidad del Estado y a la vez de quienes están y estuvimos a su frente. Una sociedad comprometida con la profundización de la democracia piensa en clave de futuro, sin desconocer sus orígenes, conflictos, disputas. Solo así se garantiza la no repetición de un período tan nefasto.

Honrar las mejores tradiciones de nuestro pueblo es no aceptar los horrores del pasado, ni será con pactos de omertá – aún vigentes -que lograremos restañar profundas heridas.

La lucha por la verdad no tiene fin hasta que la verdad no sea completa. Estamos con familiares y junto a quienes cada año se suman diciendo #Presente