Escribe Daniel Olesker | Senador
Estamos ante la llegada de dos ejes fundamentales de la política económica como son la rendición de cuentas y los consejos de salarios en su novena ronda.
Más allá de la rendición propiamente dicha que una vez que ingrese el 30 de junio, analizaremos en profundidad el gasto 2020, quiero en esta nota analizar las prioridades que deben tenerse en uno y otro debate.
Salarios
Empecemos por los consejos de salarios.
Vamos a llegar a esta instancia con una pérdida de salarios muy importante.
Desde julio de 2020 (cuando fruto de los acuerdos colectivos gestados en el gobierno anterior, se compensó la disparada inflacionaria de los inicios de este gobierno, el aumento total recibido por los trabajadores privados ha sido de 3% en enero de 2021, aunque algunos sectores como las curtiembres por ejemplo han sido autorizadas a dar ese aumento recién en abril.
La inflación acumulada en ese año, si suponemos que junio de 2021 fuera similar a junio de 2020 sería de 6,64%. Sin embargo, es posible que junio será mayor que el año pasado por efecto del impacto del aumento de los combustibles este mes y podríamos estimar la inflación anualizada en 7%.
Entonces el grafico 1 nos muestra la diferencia que debería cubrir el consejo de salarios.
El gobierno ya ha decidido que no va a corregir esa perdida, pues argumenta que los trabajadores deben compartir la mala situación económica del país y a esa diferencia de casi 4%, le va a restar la caída del PBI de 2020 de más de 5%, o sea que el correctivo será 0.
Aun no ha anunciado si sobre ese correctivo que da 0 va a dar algún aumento a cuenta de la inflación futura. Las cámaras empresariales ya han dicho, como era de esperar que no estén en condiciones de dar aumentos y que esperan que exista otro “acuerdo puente”, es decir que no se recupere nada y haya una nueva pérdida salarial. Y, lo hacen nuevamente poniendo en el tapete el argumento de cuidar el empleo.
Ahora bien, en 2020 ha habido pérdida de salario real y caída del empleo. En lo que va de 2021 esta situación no ha cambiado.
¿Dónde está la evidencia empírica de que bajando salarios reales aumenta el empleo?
¿Dónde está el compromiso de las empresas de que el sacrifico salarial y sus trabajadores se va a expresar en que aumentarán o al menos no reducirán el empleo?
En ningún lado.
Por otra parte ya hemos insistido más de una vez que el año 2021 para algunos sectores de actividad, la actividad se ha reactivado, las ganancias han aumentado resultado de aumentos de precios y de volumen de ventas; esto ha pasado en las exportaciones agroindustriales, en la actividad inmobiliaria y seguramente en los sectores concentrados que venden productos de las canasta familiar.
Por lo tanto creemos que es necesario discutir los consejos de salarios desde esta doble perspectiva: por un lado, una verdadera corrección de la pérdida salarial y un acompañamiento del crecimiento salarial a la nueva realidad.
No se puede pretender solidaridad cuando la economía va mal y luego renunciar a ese principio cuando la economía de las empresas comience a mejorar.
La rendición de cuentas.
Se ha anunciado gasto 0 salvo un aumento del gasto en infancia y adolescencia con cambio de las asignaciones familiares.
¿Qué pasará con el resto del gasto social? En el presupuesto que aprobamos el año pasado, comparando el gasto de ASSE, ANEP, UDELAR y el Fondo nacional de Vivienda, con el gasto ejecutado en 2019, resultaban 6. 500 millones de pesos menos a valores constantes.
Por ende, si estos 4 incisos nada reciben como aumento, tendrán en 2021 y por ende en los años siguientes una caída sustancial.
Vayamos al caso de ASSE, justamente porque en Pandemia, sus necesidades asistenciales han aumentado.
Pero además porque aumentó la población que debe atender. Según muestra el gráfico 2 los usuarios de ASSE entre 2019 y 2020 aumentaron en 96.101 persona, es decir 7,1%, mientras que según expresara el informe del Ministerio de Economía y Finanzas en su informe sobre el gasto COVID y reafirmara el presidente de ASSE en su comparecencia en el Parlamento, el refuerzo presupuestal de ASSE fue de 800 millones de pesos que representa un 2,5% de aumento, lo que lleva a la conclusión que en 2020 el presupuesto por usuario en ASSE se redujo.
Por eso es imprescindible que en la rendiciónde cuentas haya partida en aumento para ASSE, como también para ANEP, UDELAR y FONAVI.
En este último caso ha sido claro las restricciones de nuevos préstamos en 2020 y aún de otorgamiento de partidas para comenzar a construir en el caso de préstamos ya otorgados.
Por todo ello creemos que el 1 de julio, además de ser la última semana de nuestra gran prioridad de la juntada de firmas para poner en debate la Ley de Urgente Consideración, es el inicio de un gran debate sobre el futuro de la clase trabajadora. De sus ingresos, de su acceso al sistema de salud, de su educación y de su acceso a la vivienda.
Ese es el gran desafío que se nos viene por delante.