LA OPOSICIÓN ESTÁ AGOTADA DE NO GOBERNAR #EscribeMónica

Escribe Mónica

Esta semana se concretaron dos hechos políticos de enorme trascendencia para Uruguay. El cierre de la primera etapa de negociaciones para la mayor inversión de la historia en nuestro país -UPM 2-, y  la sanción de los artículos que habían quedado postergados de la última sesión del Senado sobre el proyecto de ley de FINANCIAMIENTO de los PARTIDOS POLÍTICOS. Sin embargo, la oposición  afirma que “el gobierno no tiene agenda”.

Veamos los impactos. En primer lugar el proyecto de inversión con la empresa finlandesa UPM. El mismo abre la posibilidad de dinamizar una zona del país muy extensa y de gran potencial, que dará oportunidades a más de 600 empresas que generarán una cadena de valor que inicia antes de la construcción de la planta y se profundiza en el desarrollo de producción. Para tener cabal noción de la potencialidad de este acuerdo debemos saber que no solo será  la inversión más grande en la historia del país sino que además nos convertirá en el quinto exportador de celulosa a nivel mundial. Parte del proyecto incluye la construcción del Ferrocarril Central, obra de infraestructura que el país se debe hace décadas, y que ya cuenta con decenas de empresas interesadas en participar. Se utilizará la modalidad de participación público-privada (PPP), en la que el aporte privado permitirá al país compatibilizar la necesaria inversión en infraestructura con las cuentas públicas. Este proyecto conjuga creación de fuentes laborales, estimulación del emprendedurismo,  dinamización de zonas subutilizadas, actualización de infraestructura. Solamente  quien no quiera ver la realidad negará este histórico acuerdo logrado por el gobierno.

Por otra parte, el Senado de la República, le dio media sanción al proyecto de ley de Financiamiento de los Partidos Políticos. El proyecto  aprobado pretende terminar con históricas omisiones y opacidades, que generan desequilibrios, que inciden en los resultados electorales y desvirtúan la actividad política. Pero no hubo acuerdo en los aspectos centrales con la oposición. A pesar de las largas deliberaciones, el resultado siempre es el mismo: la negativa de los partidos opositores a terminar con el millonario negocio publicitario y la discrecionalidad con que los medios privados gestionan la publicidad electoral y con la falta de transparencia de los aportes a la actividad política. La oposición pone todos los palos en la rueda. La oposición se opone a legislar sobre un tema de tanta importancia para la democracia.  A pesar de esta oposición que tozudamente se opone a la evolución y a los cambios, seguimos avanzando.   

A estos dos trascendentales hechos de gobierno de enorme impacto en la sociedad, hay que sumar que estamos legislando para dar pronta solución al problema de los cincuentones, a los servicios de jubilaciones y pensiones militares, para poner fin al drama de la violencia de género desde un abordaje integral, a la trata de personas, entre tantos asuntos más. Decir que el “gobierno no tiene agenda” es tan solo un slogan sin el mínimo fundamento. La oposición es la que está verdaderamente agotada, pero de no gobernar.