Hace 30 años, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (Rsmlac) instauró el 28 de mayo como la fecha de acción global a favor de la salud de las mujeres.
Gozar del derecho a la salud no sólo significa recibir atención médica oportuna y tratamientos adecuados. También significa recibir atención y cuidados sin discriminación de ningún tipo, información en lenguaje sencillo y claro, un trato cordial y respeto por nuestro cuerpo, nuestra intimidad, nuestro tiempo y nuestras decisiones.
Al mismo tiempo hay hábitos que las propias mujeres debemos modificar para revertir estadísticas alarmantes. Las mujeres solemos subestimar el riesgo de las enfermedades cardiovasculares así como desconocer sus síntomas. En Uruguay fallecen más mujeres que hombres por esta causa y es la primera causa de mortalidad, muy superior a la de tumores. Fallecen al día 15 uruguayas por causa de las enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades del corazón pueden ser prevenibles. De hecho, las investigaciones muestran que el 80 por ciento de estas enfermedades del corazón en mujeres están vinculados con malos hábitos diarios, como una mala alimentación, la falta de ejercicio y el fumar. Las mujeres debemos tomar las correctas decisiones para cambiar esta estadística.
Tampoco pueden caber dudas que en esta década hemos avanzado sustancialmente en derechos en salud para las mujeres:
- Tenemos derecho a contar, sea cual sea la institución prestadora de salud, con servicios de salud sexual y reproductiva donde la atención sea amigable, inclusiva, integral, oportuna, de calidad, multidisciplinaria, de carácter confidencial y privada, y a acceder a nuestra historia clínica y a información sobre nuestra salud, en cualquier momento.
- Tenemos derecho a técnicas de reproducción asistida de baja, media o alta complejidad en caso de esterilidad. Esto incluye a mujeres, con o sin pareja (Ley 19167/2013 Decreto 84/2015). Las técnicas de baja complejidad las cubre la institución donde asistimos, debiendo realizar un copago. Las de alta complejidad son cubiertas por el Fondo Nacional de Recursos, con un costo que depende de los ingresos de las personas.
- Tenemos derecho a ser acompañadas en el trabajo de parto, parto o cesárea por quien elijamos (Ley 17.386); ingresar a cualquier puesto de trabajo sin que nos pidan un test de embarazo como requisito (Ley 18.868); concurrir acompañadas por nuestra pareja a los controles del embarazo (Decreto 35/2014); realizarnos la ecografía transvaginal y ecografía estructural a costo mínimo durante el embarazo (Decreto enero 2016); contar con asistencia humanizada y en una institución de salud, durante el parto y conocer lo que eso significa y la lista puede seguir.
A pesar de todo ello siguen habiendo niñas, adolescentes y jóvenes sometidas a situaciones de violencias como maltratos, abusos, violaciones, matrimonios forzados y maternidades impuestas. Cada día se denuncian cinco casos de abuso sexual y maltrato a niños, niñas y adolescentes (SIPIAV, 2016). La exposición a la violencia sexual y de género aumenta la vulnerabilidad de las niñas a la trasmisión del VIH, a las infecciones de transmisión sexual, a los embarazos tempranos y no deseados, a la maternidad forzada – señala y denuncia MYSU –
El año pasado se registraron 123 embarazos en niñas menores de 14 años, la mayoría producto de abusos sexuales perpetrados por personas del entorno cercano. En 2014 fueron 169. La tendencia a la baja de este gravísimo problema es una señal positiva, aunque lejos de ser suficiente. También una joven se vio enfrentada a la controversia pública por ejercer su legítimo derecho a interrumpir su embarazo no deseado.
Para asegurar todas las necesidades que tenemos las mujeres en materia de salud, hasta hace muy poco completamente desoídas, instituciones públicas, privadas, de salud y de educación, y organizaciones de la sociedad civil, debemos seguir trabajando conjuntamente. Debemos naturalizar el derecho a la autonomía física, en el cual se incluye el respeto a los derechos reproductivos de las mujeres. Debemos seguir consagrando derechos. Debemos seguir la lucha por la dignidad.
*Médica Cardióloga, Senadora, Secretaria General del Partido Socialista