La danza de las comillas

A partir de informaciones que trascendieron en medios de prensa respecto a la “transformación curricular” en la ANEP, deseamos compartir algunas reflexiones que puedan ser insumo para el debate público.

En una nota de El País de principios de mes, se informó sobre la convocatoria a “un selecto grupo” de 13 “expertos” de nuestro país, bajo la consigna disparadora ¿Cómo se imagina Uruguay dentro de 20 años?, luego especificada en la pregunta ¿qué deberían aprender los estudiantes para ese Uruguay que imaginan dentro de 20 años? El perfil de estos referentes, que la encargada de Diseño y desarrollo curricular de ANEP indicó “que piensan fuera de la caja”, generó polémica. La ausencia de docentes y estudiantes de la ANEP, fue la crítica que más resonó.

También en la misma nota, se aclaró que la ANEP pretende lanzar una “mega consulta”, con un formulario electrónico, “a todos los docentes, estudiantes, actores de la sociedad civil (incluyendo los sindicatos de la educación) y un largo etcétera”. Luego se aclara que se armarán algunas comisiones específicas con miembros de las ATD y Partidos Políticos y que hay otras comisiones de autoridades, pedagogos e inspectores, funcionando en este sentido. Se viene la reforma de Rama 2.0.

En primer lugar, es evidente que 15 años de gobiernos frenteamplistas calaron en la forma de pensar las políticas educativas. Las autoridades pretenden dotar su elaboración de “participación social” pero se les ven los hilos. ¿Por qué invitar a un grupo selecto para pensar la educación de todos/as? Siguen siendo clasistas, elitistas, despreciando a docentes, estudiantes y comunidades educativas. Esta iniciativa “puede y debe rendir más”. ¿En la mente de quiénes, un formulario electrónico representa un insumo participativo de escucha? Con una consulta dirigida a los individuos, se pierde el pensar en comunidad, la construcción dialógica, el valorar lo que tiene para decir el otro y que eso nos transforme. Gana la lógica de poner en un buzón lo que se te pasó por la cabeza a solas. La unión y la organización no son valorados, son vistos como un peligro. Las autoridades claramente piensan estos procesos en términos de resultados y estadísticas, no en términos de participación e impacto real de esa participación en una política educativa basada en el proceso.

En segundo lugar, dan señales ambiguas todo el tiempo (o nos mienten). Plantean que la gobernabilidad de la educación estaba “viciada” en los subsistemas de la ANEP, había mucha gente tomando decisiones y con la LUC impusieron que los Consejos Desconcentrados sean Direcciones Generales para ¨agilizar¨ la toma de decisiones. Así eliminaron la participación social de los Consejos y centralizaron el poder en el CODICEN. Mediante la LUC también debilitaron la presencia estudiantil en los Consejos de Participación e hicieron que la convocatoria del Congreso Nacional de Educación no fuera obligatoria por ley. Entonces por un lado, declaran que la reforma educativa es un estandarte que nos va a representar a todos y todas, porque vamos a participar de su creación y por otro, recortan participación en los órganos decisorios de la educación.

¿Qué decimos a todo esto? Que es clara la ideología de política tradicional disfrazada de progresismo. Es la reforma de Rama 2.0, porque el Frente Amplio le dio un enfoque participativo (con aciertos y errores) a la gobernabilidad de la educación, así como también a la forma de concebir el territorio y las trayectorias de estudiantes en el sistema educativo.

Vienen a restaurar la génesis de la reforma de Rama, desde la gobernabilidad verticalista hasta las políticas educativas nacidas desde un escritorio. Que además llegan a conocimiento de las  comunidades educativas, a través de la prensa y no de instancias de diálogo como sería deseable. A los y las socialistas no nos pueden “correr por izquierda” con estas propuestas de “participación social amplias”. Como socialistas y frenteamplistas defendemos a la educación como construcción colectiva, en que las formas de forjar las políticas cuenta tanto como sus contenidos. Por ello reivindicamos las voces de los gremios estudiantiles, de los sindicatos, de las familias y comunidades organizadas en este proceso.  

Agrupación Nacional de Educación del Partido Socialista