Escribe: Mónica
20 años atrás partía José Pedro Cardoso, un Socialista ejemplar. José Pedro consagró su vida a la causa de la justicia social, a generar igualdad de oportunidades, a la profundización de la democracia. José Pedro fue un hombre que vivió y luchó para honrar las ideas socialistas.
“El socialismo no solamente significa una clara definición política; no es solo la lucha por la justicia y la libertad, la riqueza al servicio de la colectividad, administrada democráticamente. El socialismo es una actitud del espíritu, es un estilo de vida y acción”. Esa concepción define a José Pedro.
“No hay un solo momento de mi vida que no haya estado el Partido”, sentenció en el epílogo de su tan longeva como fecunda vida. José Pedro fue el primer Secretario General de la FEUU, en una etapa pre-golpista, signada por la movilización, la lucha y la resistencia a la persecución. El propio José Pedro confesó que le debe “un profundo agradecimiento al movimiento estudiantil, porque fue el que me empujó al socialismo”.
En 1931 se afilió al Partido Socialista, luego de escribir una serie de artículos publicados en el Semanario “El Sol”, en ocasión de las elecciones de 1930. La afiliación la firmó doña Vicenta Palumbo, lavandera, de firmes convicciones socialistas, madre de varios hijos. En pleno brote autoritario y con una América Latina plagada de dictaduras militares, la primera propuesta de José Pedro fue “la necesidad de estudiar a fondo la formación democrática de las Fuerzas Armadas”.
Con apenas dos años en el Partido y Frugoni deportado a la Argentina por la dictadura de Terra, José Pedro asume la responsabilidad de la Secretaría General del Partido Socialista. La primera carta que firma en esa condición es una convocatoria a todos los demás partidos para construir una organización unitaria destinada a enfrentar a la dictadura de Terra.
En 1937 ingresa por primera vez al parlamento, comparte bancada con Frugoni y Troitiño. En esa etapa sus esfuerzos estuvieron concentrados en los temas de Salud; en julio de 1938 interpela al entonces Ministro de Salud por “la condición sanitaria del país”. En el siguiente período legislativo fue el único diputado Socialista. Algunos de los proyectos legislativos presentados en esas primeras etapas fueron: Consejo de Salarios, Seguro de Paro, Indemnización por despido, Representación Obrera en el Instituto de Jubilaciones, Jubilación de Vendedores de diarios y Cuidadoras del Consejo del niño, Derechos civiles de la mujer.
En la década del cincuenta desarrolla una labor de firme combate a la degradación de la clase política, suscitada por un uso abusivo del aparato estatal en beneficio de las corrientes dominantes del Partido Colorado.
En la década del 60 propició la primera coalición progresista de nuestro país, la Unión Popular. Los resultados electorales no fueron buenos. En esa misma década el Partido Socialista sufre la proscripción por parte del pachecato – la “dictadura mal disfrazada”-. Nada lo detuvo, ni los avatares electorales ni las persecuciones políticas, nunca pudieron con la “santa rebeldía” de José Pedro: “cuando uno abraza una causa como el socialismo, y cuando la abraza como contenido fundamental de su vida, cualquier tipo de decepción siempre es transitoria. Porque a uno lo sostiene eso que es inherente a su propia vida”.
En los primeros años de la década del 70, José Pedro es uno de los más enérgicos impulsores del Frente Amplio: decisión histórica para el PS, para el FA y para la vida política de nuestro país. Además de incansable luchador, José Pedro demostró notable visión estratégica.
En la larga noche de la dictadura su trinchera estuvo en las direcciones clandestinas tanto del Partido Socialista como del Frente Amplio. Fue detenido dos veces, una de ellas terminó infartando. Junto al General Líber Seregni representó al Frente Amplio en la mesa de concertación que propició el fin de la dictadura con el acuerdo del Club Naval.
En 1985, en la reapertura del Palacio Legislativo, es elegido para el discurso inaugural en representación del Frente Amplio. En aquel memorable discurso, José Pedro aunó y transmitió de manera magistral las sensaciones de esperanza, dolor y compromiso de cientos de miles de compatriotas de izquierda. “A los sufrimientos del llamado costo social, a la brutal caída del salario, a la desocupación creciente, a la sangría de la emigración, a la deuda externa colonialista se sumaron ‘los otros sufrimientos, los otros dolores: la destrucción de derechos, de libertades y de garantías; los miles de presos; la tortura como rutina; los muertos; los desaparecidos; las destituciones; los exilios; la burla de una supuesta ley sindical; la proscripción de partidos y de hombres, y con ellos no hace falta seguir la enumeración. Séame permitido como colofón de lo que acabo de decir, agregar una frase -aunque sea repetición de un concepto ya vertido- que no puedo omitir: ¡No olvidemos nunca, no olvidemos nunca ‘los uruguayos que la política económica antinacional y antisocial, fue posible porque fue destruida la democracia!
José Pedro Cardoso encarna a esa clase de hombres que trascienden a su tiempo y son determinantes para cambiar el curso de la historia. Su legado político permanece vigente y su forma de ser representa un faro ético. Los Socialistas no mueren, los Socialistas se siembran.
Montevideo, 11 de julio 2017