Sesión de 15 de marzo del 2017
El pasado 8 de marzo, mientras en nuestro país y en muchos más se vivía una jornada francamente histórica de movilización ciudadana contra la violencia de género, en Guatemala morían calcinadas 40 niñas.
Estas niñas estaban internadas en el hogar (increíblemente la paradoja),” Hogar Seguro Virgen de la Asunción”.
El hogar tenía lugar para 300 niñas, niños, adolescentes, evidentemente niños vulnerados, sin derechos, invisibilizados, que terminaban en este hogar.
En realidad de los 300 que podía alojar, el hogar estaba alojando a 800 niñas y niños.
Las denuncias reiteradas al personal del hogar y a quienes dirigían sobre maltrato físico, sicológico, abuso sexual sobre estas niñas, habían sido reiteradamente expuestos en Guatemala, pero como suele suceder, estas niñas y estos jóvenes no son escuchados, y atendidos sus planteos.
Ya la Procuraduría de los Derechos Humanos había advertido desde hacía varios años, sobre la situación del albergue, y también señalo que las jóvenes estaban encerradas bajo llave cuando se desató el incendio.
El día 7 de marzo, se produjo un motín en el hogar por las condiciones en las que vivían, y la decisión del Presidente de la República, fue mandar 250 soldados a las puertas del hogar, para que los niños y niñas que habían generado el motín por los abusos, los maltratos, las vejaciones y las violaciones que estaban recibiendo, y que volvieran al hogar y las niñas se las encerrara bajo llave.
Y como todos sabemos, las niñas encontraron una forma de protestar, lo hemos vivido hace años atrás en nuestro país, y es la quema de colchones, como forma de protesta.
Por más que gritaron y pidieron ayuda, las puertas no se abrieron Sr. Presidente, y esa misma noche, 18 niñas murieron ahí adentro calcinadas, en lo que es una cosa que uno no puede comprender que sigan sucediendo este tipo de hechos en el mundo, y en América Latina, y en un país hermano. No es comprensible que sabiendo el riesgo de vida que esas criaturas corrieron, no se abrieron las puertas y las dejaron morir quemadas.
No sé a quién voy a enviarle esto que voy a decir, pero lo quería decir, porque no puede ser que pase inadvertido, que 40 niñas fueron dejadas morir quemadas, porque no tenían derecho a voz, porque eran pobres, porque se portaban mal, porque nadie las atendió nunca, y terminaron en el albergue,” Hogar Seguro Virgen de la Asunción” que paradoja no?
La orden fue cerrar el hogar, destituir el director del hogar no el responsable de Bienestar Social, de rango ministerial, y aún hay 8 peleando por su vida en el CTI.
Se hicieron enormes manifestaciones en la calle, los familiares, y la gente solidaria y mujeres, pero es todo muy macabro y terrible, y nos está indicando que lamentablemente hay poblaciones que aún no miramos con respeto a sus derechos.
Hay testimonios de que los muchachos jóvenes gritaban que se les abrieran las puertas para que las chiquilinas pudieran salir del encierro, y les preguntaban si las habían abierto y no, no las abrieron. Las consignas que cantaba la gente en las calles de Guatemala, las madres, las mujeres, las organizaciones sociales de derechos de la infancia que concurrieron en gran número decían “no merecían morir así”, pedían justicia, “no murieron de amor sino de indiferencia”, “las niñas no se tocan, no se violan, no se queman, no se matan “
Es una situación terrible que quería traer a este ámbito, porque creo que en materia de derecho de la infancia, todavía resta mucho por hacer, y me parece que nosotros tenemos que expresar nuestra solidaridad y nuestro compromiso por el combate al respeto de los derechos de los niños y las niñas.
Hoy ese mismo día como les decía, murieron 19 jóvenes allí mismo en el hogar. 11 murieron en el Hospital San Juan de Dios, y otras 8 en el Hospital Roosevelt, con gravísimas quemaduras. Todas tenían entre 14 y 17 años.
Quería solidarizarme con esta terrible situación, expresarla en el ámbito donde tengo derecho a hacer escuchar mi voz, y llamarnos al compromiso de seguir avanzando en el derecho de los niños y las niñas.
Muchas gracias