El 13 de marzo de 2020 recibimos la noticia en conferencia de prensa del Poder Ejecutivo y de boca Del Presidente de la República, la suspensión de los cursos de educación en todos sus niveles y en todos los centros educativos del país, tanto públicos como privados, a razón de la efectiva presencia del virus COVID-19 en nuestro país tras la constatación de los primeros casos.
Luego de tal medida, que implicó una reestructuración del modus vivendi de gran parte la población, nuevamente en conferencia de prensa del Poder Ejecutivo a razón de informar las medidas a tomar frente a la avanzada del virus COVID-19 al igual que el 13 de marzo, nos enteramos por boca del Presidente de la República el día miércoles 8 de abril que se proyecta un retorno a las actividades educativas de forma monitoreada en los lugares que no se han hecho presentes casos de COVID-19. Como resultado se define el día 22 de abril para la reactivación de las actividades educativas en las escuelas rurales. Los maestros y maestras no son consultados.
Desde ese momento la cadena de prensa del Poder Ejecutivo se ha mantenido y brindado variada información sobre la actualidad del virus COVID-19, ha explicado planes de reajuste económicos, presentado propuestas de implementación sanitaria, defendido el Proyecto de Ley de Urgente Consideración, se ha indignado, nos ha enseñado a ser libres pero con responsabilidad, ha hecho conferencias de prensa con canales televisivos del interior, carencias de liderazgo; todo esto, al igual que las instancias anteriores, por boca del Presidente de la República y según se planificara o fuese necesario otros serían los voceros y voceras del gobierno. El Presidente de la República Oriental del Uruguay es Luis Alberto Alejandro Aparicio Lacalle Pou (sí, quien lee puede encontrarse en situación de asombro por la cantidad de nombres propios, sin embargo podemos asegurar que todos refieren a una única persona, por suerte)
En asuntos de educación no tuvimos mayores novedades hasta hace muy poco, exactamente el jueves 21 de mayo, cuando, también en conferencia de prensa del Poder Ejecutivo, nos enteremos por boca, nuevamente, del Presidente de la República acompañado de las nuevas autoridades de la educación, a saber, Ministro de Educación y Cultura y Presidente del CODICEN el retorno a la actividad de todos los niveles de educación en un plan proyectado en 3 etapas. El proyecto fue explicado en detalle por el Presidente del CODICEN Robert Silva García. Tal explicación no fue comprendida con claridad y distinción, seguramente por la falta de actividad educativa que atravesaba nuestro país y no por la carencia de capacidad explicativa y conceptual del Presidente del CODICEN. El Presidente del CODICEN, Robert Silva García, también ostentaba el cargo de Secretario General de la URSEA (Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua), obviamente al asumir la presidencia del CODICEN el cargo antes mencionado queda vacante y no es ejercido por Robert Silva García. El día 17 de abril el Presidente de la República Luis Alberto Alejandro Aparicio Lacalle Pou efectúa una resolución a pedido del Presidente del CODICEN Robert Silva García en la que solicita dejar en reserva su cargo como Secretario General de la URSEA desde el 19 de marzo y cobrar el salario del mismo en lugar del establecido como Presidente del CODICEN. El salario del Secretario General de la URSEA en enero de 2020 era de $208.931 pesos uruguayos, el del Presidente del CODICEN en enero de 2020 era de $169.874.
Luego de este introito, y a fin de prestar un servicio a la ciudadanía toda, nos hemos de abocar a brindar una breve serie de instrucciones para retornar a clases para colaborar desde este humilde lugar con el Presidente del CODICEN Robert Silva García.
Es fundamental a la hora de iniciar el Instructivo aclarar las definiciones y/o conceptos que se han de manejar, para así facilitar el acceso de la terminología al lector y lograr evadir todos los problemas que el lenguaje nos pueda acarrear, por ejemplo homonimias (palabras que coinciden en su forma escrita u oral pero tienen diferentes orígenes) polisemias (palabras que tienen varios significados pero un único origen) o en su caso paronimias (palabras que se parecen entre si por la forma en al que se escriben o pronuncian) en este último caso es pertinente destacar, y así dar inicio que “salario de Secretario General de URSEA” y “salario de Presidente de CODICEN” no es un ejemplo de paronimia. Primero porque no son vocablos, y segundo porque refieren a dos actividades laborales distintas, y el salario es por definición: “paga o remuneración regular” o “cantidad de dinero con que se retribuye a los trabajadores por cuenta ajena” En este caso no es relevante que dichas remuneraciones salariales refieran a la misma persona, a saber, Robert Silva García.
Continuemos esta dinámica de análisis y aboquémonos a cada vocablo que demande nuestra atención a fin de cumplir con el objetivo prefijado. Clave en este manual ha de ser dar el énfasis correcto que no pudo “comprenderse” en la conferencia del 21 de mayo. Es a nuestro parecer la palabra “Retorno” piedra angular de esta tarea. Retorno es por definición: “devolver”, “Volver a torcer algo”, “Hacer que algo retroceda o vuelva atrás”, “Volver al lugar o a la situación en que se estuvo”. Damos por supuesto que la última acepción es la más adecuada. A modo de ejemplo podemos vincular el término a nuestra actualidad y formular un nuevo enunciado, por ejemplo “Las propuestas presentadas en el proyecto de ley de urgente consideración implican retornar a políticas neoliberales”
El siguiente término por analizar es el de “clase”. Si bien son varias las acepciones del concepto optamos por tomar dos de las mismas: “Lección que explica el profesor a sus alumnos” y “Conjunto de personas del mismo grado, calidad u oficio. La clase de los trabajadores”. La primera involucra claramente un sentido pedagógico y representa el fundamento natural de la educación, el saber y el consiguiente proceso de aprendizaje de los estudiantes generado desde la relación dialéctica junto a sus docentes. Los docentes son trabajadores, por lo tanto, convergen ambas definiciones presentadas. Como trabajadores, realizan una actividad mediada en un tiempo determinado y perciben un salario por la misma. Los y las trabajadoras viven de su salario. En el caso del retorno a las clases en el marco de la nueva normalidad los docentes, es decir, los trabajadores de la educación no fueron consultados, no se les participó de la propuesta ni tampoco se les solicitó su parecer en relación con el área de desarrollo de su actividad laboral. En resumen, la clase trabajadora está por fuera de las decisiones del Poder Ejecutivo aunque las mismas les afecte directamente.
En este contexto y con un acumulado ya generado nos queda abordar el vocablo “normalidad” y su pretensión de retorno al mismo. Por definición “normalidad” es: “cualidad o condición de lo normal”. Lo normal hace referencia a lo habitual u ordinario, lo común. La nueva normalidad aspira a volver a una situación anterior, a una situación precedente en el tiempo. Sin embargo, las condiciones en que se pretende llevar a cabo tal empresa (mejor dicho, en que se espera que las comunidades educativas lo hagan) se encuentran profundamente alteradas, conmovidas, por lo que esta no parece una decisión del todo acertada. La normalidad evocada se pretende instalar cual generación espontánea en centros educativos que no cuentan con los recursos básicos de higiene y cuidado para estudiantes y trabajadores, con condiciones edilicias inadecuadas, con sobrepoblación estudiantil, con salones abarrotados de estudiantes que reducen aún más los metros cuadrados de cada aula, donde el distanciamiento físico se vuelve irreal. Sumado a esto se transfiere la responsabilidad, en aras de una falsa autonomía, a los centros educativos para la gestión de una problemática que les excede y que amenaza con volcar sobre sus espaldas las consecuencias de que el experimento salga mal (si sale bien, no habrá reconocimiento especial).
A modo de resumen y para in finalizando esta primera entrega del instructivo.
Las disposiciones proyectadas para el retorno a clases en el marco de la nueva normalidad no han contemplado la realidad de los centros educativos, no ha contemplado los pareceres de los trabajadores de la educación, ni tampoco ha previsto las condiciones de seguridad que los mismos necesitan para la óptima ejecución de su actividad laboral. Por otro lado ha determinado la responsabilidad de la ejecución del proyecto a los trabajadores de la educación invocando una falsa autonomía a la espera del resultado posible.
Analizar estas situaciones como un hecho aislado es caer en un reduccionismo perverso. Las disposiciones del retorno, que no contemplan las identidades comunes de las clases trabajadoras ni procuran su cuidado, es un eslabón más del proyecto de gobierno que lleva adelante el Poder Ejecutivo enmarcado en un gobierno de coalición que procura el bienestar de unos pocos. Suspensión de los Consejos de Salarios, reducción del salario real, privatización del Estado, incremento de los aparatos represivos del Estado, desregulaciones fiscales, son ejemplos de los “retornos” que se procuran. Será por lo tanto nuestra tarea, a base de instructivos no olvidar la noción de “Clase” ni su defensa, ni los logros obtenidos.
Laura Zapata Fernández.
Ignacio Diperna Oyamburo.