Columna semanal de la senadora Mónica Xavier, secretaria general del Partido Socialista.
Nuestro país enfrenta el desafío de seguir profundizando el camino de crecimiento con distribución como elemento clave para lograr mayor desarrollo y equidad. Ahora, es la etapa de la discusión a nivel político para dotar la propuesta fiscal del Poder Ejecutivo de las mejoras que toda iniciativa puede tener. En ese sentido es que el Partido Socialista suma una serie de propuestas y consideraciones. Algunas de ellas son:
- Apoyar las medidas tendientes a mantener bajo control la situación fiscal del país, ya que el déficit fiscal persistente conduce – inexorablemente – al endeudamiento, que es la semilla de la dependencia y la sumisión de los países periféricos respecto al capital trasnacional. Además es clave para preservar el “grado inversor” con el que se accede a financiamiento a bajas tasas de interés. Una mala calificación implica que el país sólo podrá endeudarse con especuladores y usureros internacionales que exigirán tasas cada vez más altas de interés. No hay que volver atrás, tenemos la enorme responsabilidad cuidar el esfuerzo de todo los uruguayos, que implicó recuperar el “grado inversor” tras la terrible crisis de 2002 a la que nos condujeron las políticas de blancos y colorados.
- Avanzar en la discusión de cómo y en qué se gasta, focalizando el gasto público en el desarrollo, la profundización de las políticas sociales, las inversiones y la generación de capacidades. Valoramos muy positivamente la meta referida a reducción de los costos de distribución de ANCAP, la creación del grupo de trabajo para estudiar los costos de las prestaciones del BPS, la decisión de reestructurar la Caja Militar.
- Generar alternativas que posibiliten que personas con ingresos menores de 50.000 pesos no incrementen sus aportes, para lo cual es necesario repensar el aporte que deben hacer quienes tienen ingresos más elevados. Dividir la cuarta franja en dos tramos e implementar una escala progresiva de aumentos a partir de la ésta, así como estudiar la suba del porcentaje fijo de deducciones de forma que afecte lo menos posible la tercera franja de trabajadores.
- Incrementar los aportes sobre las ganancias de capital, como los intereses por depósitos financieros, gravados por el IRPF categoría I. También es necesario incluir en la discusión a los impuestos sobre la riqueza y no solamente sobre los ingresos.
- Analizar detenidamente el diferimiento de los incrementos presupuestales proyectados para 2017, preservando las áreas prioritarias, así como las restricciones referidas a ingresos a la administración central y empresas públicas, las que no resultan significativas por sus efectos sobre el presupuesto pero sí podrían generar dificultades a algunas unidades ejecutoras.
- Crear una contribución especial de los cargos designados y de confianza de todo el sistema político (legisladores, gobiernos nacionales, departamentales y municipales) de modo de enviar una señal a la población de la necesidad de que todos contribuyamos a los objetivos de mejora en las cuentas públicas. Asimismo topear las remuneraciones de los directores de las personas públicas no estatales de forma tal que no superen los salarios percibidos por un Ministro de Estado.
La profundidad de la crisis global, obliga a pensar con máxima profundidad y radicalidad en sus causas y efectos, y en las rutas que se deben transitar para superarlos. La (des)igualdad es la madre de todas las batallas. Allí tenemos que seguir enfocados: nos exige lograr consensos a nivel de partido, de fuerza política y de políticas de estado. Está en juego el bienestar de la gente, que es mucho más que una carrera electoral.
Los objetivos están trazados: consolidar el crecimiento a través de la inversión productiva, mantener los compromisos en inversión social – sin recortes -, mejorar la calidad del gasto – sin olvidar que un 70% del mismo está definido -, seguir generando condiciones para continuar avanzando, y cumplir con la consigna que contribuya más quien más tiene.
Fuente: PS90
31 de mayo 2016