Feminizar la Política

Escribe: Secretaría de Genero JSU

“Como el pichón al borde del nido contempla la extensión de los espacios y siente estremecer sus alas, y al extenderlas se lanza en raudo vuelo a la conquista del infinito azul; asi el espiritu de la mujer, al dar su primer paso fuera del hogar, movida por hondo sentimiento de piedad, va observando con curiosa mirada la extensión infinita del progreso y deja volar su pensamiento sobre el campo fecundo del trabajo:el feminismo ha nacido”
Paulina Luisi.

Sobre el 8M
En nuestra primera publicación como jóvenes socialistas y en el marco del mes de la mujer trabajadora, queremos saludar a todas nuestras compañeras. Para transmitir nuestro mensaje pretendemos ser fieles a nuestro compromiso con la historia como forma de definir rumbos, donde nuestras reivindicaciones sean claras e inclaudicables, sin confusiones. Por esto consideramos importante recordar que este mes no es de celebración, chocolates o rosas, sino de conmemoración a aquellas 129 mujeres que por reclamar mejoras en sus condiciones de trabajo fueron incendiadas en una fábrica textil en Nueva York, Estados Unidos.

Es en homenaje a esas mujeres -que murieron luchando por algunos de los derechos que gozamos en la actualidad- que en 1910 en la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas por moción de Clara Zetkin proclamó oficialmente el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora. A partir de este suceso es que muchas autoras de la época, entre ellas la propia Clara Zetkin, advierten que el feminismo no puede ser visto como una lucha aislada, sino que es una cuestión de clase.

Capitalismo y Patriarcado: una vieja alianza
Que las mujeres tengamos más oportunidades exige un cambio de las estructuras sociales, culturales y simbólicas, pero también económicas. El sistema capitalista oprime a la clase trabajadora, y el patriarcado, al que leemos como su aliado fundamental, se encarga de que esas víctimas seamos principalmente las mujeres. Considerando los tiempos que nos esperan es imprescindible que no olvidemos – en nuestra resistencia a la oleada neoliberal- que la pobreza es femenina y es en las zonas rurales y periféricas que las mujeres padecen lo peor de este sistema.

Resulta importante enfatizar que somos explotadas por el capitalismo y marginadas por el patriarcado. A esto se suma la perversa forma de estructurar la economía, donde la riqueza generada por las mujeres desde el trabajo doméstico es maquillada y reproducida socialmente como “cuidados” cuando se trata en realidad de trabajo no remunerado. El mismo implica muchas horas de nuestras
vidas y es imprescindible para el funcionamiento de la economía global, generando incuantificables cantidades de divisas que circulan y cuya riqueza generada nosotras jamás usufructuamos.

Como socialistas, entendemos que los lugares donde debería aparecer el Estado brindando Servicios Sociales básicos, son muchas veces sustituidos por trabajo femenino que suele adoptar dos características: o es mal pago o no se paga en absoluto. Los dueños de la tierra y del capital son hombres, las mujeres se ven muchas veces en situación de precariedad, de mal pago, de mano de obra barata. En el marco de analizar la relación de las mujeres con el trabajo, no podemos dejar de mencionar la cantidad enorme y alarmante de mujeres vìctimas de trata. Es vital que podamos entender este fenómeno trágico como una de las caras más terribles de la desigualdad de género: cuerpos femeninos utilizados para generar riqueza a hombres que disponen de su vida y su libertad.

Feminismo en Latinoamérica
Debemos, además, reconocernos como mujeres latinoamericanas y para ello no
ignorar que nuestra región está enfrentando un gran retroceso democrático a causa del avance de la extrema derecha. Expresamos toda nuestra solidaridad con las mujeres racializadas y con el movimiento indígena donde se hallan las mujeres que más le están poniendo el cuerpo a esta barbarie. No debemos ser ingenuas ni olvidar que tales situaciones no nos son ajenas; en los próximos cinco años este país se verá gobernado por un proyecto restaurador y conservador.

Debemos recalcar que nuestra lucha ha sido utilizada como marketing en la campaña de la derecha, pero supo dejar más que claro que nada le interesa nuestra lucha y que lejos de avanzar en derechos, pretenden arrebatarnos su ejercicio.
Los gobiernos neoliberales son serviles a los intereses del sistema heterosexual y patriarcal, nos golpean a nosotras antes que a cualquier otro trabajador y ahora más que nunca las mujeres debemos estar organizadas para resistir.
Partido Socialista y feminismo
Como partido histórico de izquierda, comprometido con el campo popular, nuestro Partido Socialista lleva una gran responsabilidad. Estamos frente a una situación en la que no podemos ser tibios; debemos empezar a replantearnos nuestras prácticas y buscar soluciones. No existe feminismo en una sociedad de clases por lo que nuestro rol en la formación y en la destrucción de este milenario sistema de opresión es fundamental.

En nosotros y nosotras debe estar la puesta en práctica y el atisbo de la sociedad a la que queremos llegar: una sociedad de mujeres y varones libres. ¿Acaso tiene el Partido una deuda con sus militantes mujeres? ¿Hemos sido firmes con proteger a nuestras compañeras de las prácticas machistas inherentes en la sociedad en la que vivimos? ¿Se sienten seguras, escuchadas y en igualdad de condiciones para desarrollar su praxis militante? ¿Estamos nosotras siendo sororas y protegiendo a nuestras compañeras? La militancia y en particular la dirigencia tiene responsabilidad tanto del avance como de su ausencia. Las políticas en clave de género no son burocracia ni cuotas: son tarea cotidiana.

Este 8 de marzo las mujeres nos declaramos en huelga general y marchamos reivindicando nuestros derechos. Marchamos por las que lucharon antes que nosotras, marchamos por las 30 mujeres asesinadas en nuestro país en el 2019 a causa de la violencia machista y marchamos por todos los derechos que nos quedan por conquistar y para dejar en claro que no vamos a aceptar dar ni un paso atrás, ni ahora ni nunca.

Alentamos a nuestros compañeros varones a tomar acción tomando los múltiples lugares vacíos que deberán quedar al parar nosotras toda tarea de trabajo, sea este remunerado o no. Cubrir a sus compañeras en puestos de trabajo, ocuparse de las tareas del hogar, cuidar de ancianos, ancianas, niños y niñas y hacer todo lo necesario para que ninguna mujer quede sin marchar por tener que cumplir con sus responsabilidades. Somos nosotras las únicas protagonistas de este día.

Convocamos a todas las socialistas a marchar este 8 de marzo juntas, organizadas y sin insignias partidarias, teniendo todos los recaudos que sean necesarios para cuidarnos las unas a las otras teniendo en cuenta la nueva política de seguridad que asumirá nuestro país. Sabemos que esto cobra particular importancia en el interior del país donde la misoginia y violencia están aún más arraigados y se ha recibido aval de parte de los referentes políticos conservadores para ejercerla. Compañeras, cuídense mucho.
Nuestros mejores deseos para ustedes. ¡Viva la lucha feminista!