Entrevista con el ingeniero Daniel Martínez, intendente de Montevideo.

EMILIANO COTELO (EC) —Después de varios años registrando déficits, en 2016 las cuentas de la Intendencia de Montevideo (IM) mostraron un superávit de casi US$ 40 millones.

El dato se conoció a fines de abril, cuando la comuna presentó el Balance de Ejecución Presupuestal del año pasado.

Las autoridades celebraron los números, pero la oposición los cuestionó. Se sostuvo, por ejemplo, que los buenos resultados se deben básicamente a mayores ingresos y suspensión de inversiones, y que son muy pocas las mejoras en la gestión.

Para meternos en esos datos y conocer las obras del plan de obras para los próximos meses, que también fue presentado estos días, recibimos al intendente Daniel Martínez.

Para empezar, situemos en qué condiciones estaba la Intendencia cuando usted comenzó a gobernar, a mediados de 2015.

DANIEL MARTÍNEZ (DM) —En aquel momento explicamos nuestra preocupación por el hecho de que entre los números del presupuesto y de la estructura de costos y de gastos de la Intendencia versus la de ingresos había un desbalance importante a favor de los gastos, que requería primero vencer una de las dos frases más tradicionales en la Intendencia, que era “siempre se trabajó en déficit, con cualquier gobierno, de izquierda o derecha, se trabajó con déficit”, una especie de verdad iluminada que existía en la Intendencia. Generamos un cambio cultural y una batalla para que se entendiera, primero, que es un imposible matemático, que eso implica terminar endeudado.

EC —No es un imposible matemático, se resuelve tomando crédito.

 

DM —O pasa lo que le pasa al gobierno de Puerto Rico, que tiene tantos créditos que no puede pagarlos y se declaró en quiebra. Es el ejemplo, cuando tú llegás a tener una deuda tan grande porque te endeudás, te endeudás, porque tienes déficit, déficit, déficit, imparable, interminable. Aparte no es un gobierno nacional, que puede pedir más créditos a largo plazo o emitir –después el emitir dinero genera inflación, etcétera–, no tiene esa herramienta que tiene el gobierno nacional. Es más, los famosos créditos puente que hay se te vencen cuando asumes, tienes que pasarte un mes y medio sin ellos. En ese caso te pasa lo que al gobierno de Puerto Rico, tenés que declarar quiebra, los intereses son tan grandes que no podés pagarlos. O deja de funcionar como ciudad. Por eso trato de hacer entender. Aparte de que uno tiene que tener siempre la responsabilidad de trabajar cuidando el dinero de los ciudadanos, porque no es nuestro dinero, es de los ciudadanos, y sabiendo que se gasta bien cada peso, sea en la compra de la cubierta de un auto de la Intendencia o lo que sea, había que terminar con eso.

Entonces empezamos todo un plan. En los primeros gabinetes siempre le decía al equipo: “Métanse en los números de cada área, estoy seguro de que van a encontrar diez mil lugares, a veces de a miles de pesos, pero que se pueden ahorrar”. Empezar un plan, que también incluyó eficiencia energética, implicó revisar necesidad de autos contratados, uso de combustible, un montón de ítems, manejo financiero. Todo eso implicó una serie de ahorros reales. Obviamente, lo primero que hicimos fue ver qué inversiones podíamos postergar. Y aparte no teníamos mucha información actualizada de lo que pasaba en el año, recién ahora.

EC —¿Cómo es eso de no tener información actualizada?

DM —Claro, históricamente el balance se tenía, el número real o un número, unos cuantos meses después de terminado el año. Trabajamos con Juan Voelker, el director económico-financiero, pero también con Alejandro Lasalle, el contador general –me saco el sombrero por el trabajo de los dos–, les planteé: el balance y los balances intermedios son una herramienta de gestión, necesito saber qué está pasando, quién está cumpliendo, quién no, quién se pasó, quién no, si una obra no se hizo por qué no se hizo. Todo eso lo tengo que saber durante el año.

Ahora estamos teniendo a unos 40-45 días de vencido el mes no un balance cerrado, consolidado, pero más o menos 3 %-4 % una idea de lo que pasó de ese mes para atrás, a un mes y medio de diferencia ya tenemos noticia, lo cual me va a ayudar mucho.

EC —Vamos a los números que se conocieron la semana pasada y cómo se lograron. Son los números de todo 2016, al cierre de 2016. Hubo un superávit de $ 1.112 millones (unos US$ 39 millones, aproximadamente). ¿Cómo se llegó, cómo está compuesto ese superávit?

DM —Está compuesto de un ahorro significativo, por lo que cuesta moverlo, del orden del 2 % respecto al 2015 y algo más de 1 % con respecto a lo presupuestado en remuneraciones. Cumplimos el convenio salarial, eso implica presupuestaciones, cumplimos todo, pero fuimos muy estrictos en el tema gente que se iba versus gente que entraba, se fueron más de 300 personas con respecto a las que entraron, entraron obreros calificados para mantenimiento, electricistas y mecánicos para el caso de limpieza, donde había un problema serio. La prueba está en que hoy no solo tenemos los 20 camiones nuevos, que no siempre están todos los días, porque siempre hay mantenimiento rotativo, sino que tenemos 15 o 20 camiones de los viejos, y sin embargo al principio de la gestión hubo días en que contamos con seis camiones. Había que reforzar eso y hacer una política bastante diferente.

 

EC —Entonces uno de los factores de ahorro fue en personal.

DM —Y también horas extras, redujimos en un volumen importante la cantidad de horas extras. Tú siempre tenés en tu escenario de una estructura de costos, de gastos de la administración, rubros mucho más inamovibles, en los que es mucho más difícil ahorrar que en otros. Entonces haber ahorrado un 2 % trabajando de la forma en que trabajamos en el total de remuneraciones créanme que fue un trabajo muy fuerte. Y después en funcionamiento, atacando todos los frentes, desde gasto de energía eléctrica, manejo de los intereses, gasto de combustible, contratación de vehículos, limpieza contratada…

EC —Tengo acá el detalle de los rubros que corresponden a gastos de funcionamiento. En electricidad se ahorraron $ 41 millones…

DM —Trabajamos mucho en la eficiencia energética.

EC —… en vehículos contratados $ 25 millones, en publicidad $ 20 millones, en gastos de locomoción $ 18 millones, en vigilancia $ 11 millones, y también se ahorró en intereses, $ 36 millones.

DM —Y quizás hasta un poquito más. Porque de los $ 1.112 millones dejamos unos $ 212 millones para flujo de caja y para abatir el déficit global.

EC —Vamos a terminar de analizar los ahorros. En esta parte que veíamos recién, en gastos de funcionamiento, se ahorraron unos $ 170 millones.

DM —Que también, es un rubro que no es hago o dejo de hacer esto, son rubros permanentes casi todos.

EC —Son $ 170 millones, que no son ni la décima parte del superávit que se tuvo.

DM —Pero de algo muy rígido.

EC —Y según destacaba su tocayo Daniel Martínez, edil del Partido Nacional, “el monto total ahorrado en gastos de funcionamiento es apenas 1 % del gasto total en el año, lo que confirma la dificultad de lograr ahorros significativos con la actual estructura presupuestal”. O sea, es un ahorro, pero es muy poco.

DM —Está bien, el tocayo tiene todo el derecho, viva la democracia. De todas formas, se va a hacer camino Cibils, se van a hacer un montón de obras sin los votos del PN. Su argumento era: hay déficit, por lo tanto no estamos dispuestos a votar obras. Tuvimos que ser calificados para tener la cotización en bolsa, un proceso de casi 10 meses del Banco Central para autorizarnos a captar los recursos para el Fondo Capital. Luego está el proceso largo de un organismo internacional que nos chequea los pliegos, por eso no se ha empezado. Pero es obvio que tienen que criticar, más cuando ellos no votaron obras muy sentidas por la gente. Yo respeto, es una posición respetable. Ahora bien, cualquiera que entienda un poquito de gestión sabe que en una estructura de gastos uno siempre tiene cosas que son mucho más difíciles de mover –y mucho más en una empresa pública, en régimen de derecho público– que otras.

EC —Si entiendo bien, en gastos de funcionamiento son $ 170 millones. ¿Y en personal otro tanto?

DM —No, 2 %, con respecto al año 2015.

EC —De todos modos, ahí no estuvo el grueso del superávit. El grueso del superávit aparentemente vino por mayores ingresos que tuvo la Intendencia.

DM —Una buena parte por mayores ingresos.

EC —Y por inversiones no concretadas. Vamos a ver cada uno de esos dos.

DM —Tuvimos un ingreso de unos $ 396 millones, básicamente por Sucive y algunas cuestiones como mejor gestión de adeudos, aquellos planes de promoción a buenos pagadores, convenios que si se demostraba que se era buen pagador se reducía la tasa de interés, nunca premiando al mal pagador, siempre conviniendo pagar en fecha, más algún otro elemento. No las multas, que me preocupan poco porque son el 7 % de los ciudadanos diría con poca sensibilidad humana, a los que les importa el tema de las multas –que son las encuestas–, porque yo me quedo con que ha habido 80 % menos de accidentes graves y muertes en avenida Italia desde que está el sistema de semáforos inteligentes y un 52 % en la rambla. Eso es lo que me importa y lo que le importa a la gente. Pero no entró porque recién empezó a multarse en diciembre, por lo tanto esas multas se empezaron a pagar a partir de enero, con suerte.

EC —O sea que el rubro multas, que quizás esté mostrando un aumento, se va a contabilizar en 2017, no en 2016.

DM —Exactamente.

EC —Lo cierto es que hubo más ingresos. El propio Voelker daba el dato de que se incorporaron al parque automotor de Montevideo 24.000 vehículos en 2015 y 17.000 en 2016. Eso redunda en que hay más ingresos por patente de rodados. Y ahí aparece de vuelta su tocayo, Daniel Martínez, que dice que eso “poco y nada tiene que ver con la gestión de la actual administración”, son ingresos que vienen por otro lado, por el aumento de la cantidad de vehículos.

DM —Hacé la suma e igual no te da. Repito, yo respeto a todo el mundo, pero cualquiera que entienda de gestión sabe que la batalla por lograr ahorros, a veces de a miles de pesos, es una batalla cultural y se ha logrado, repito, en áreas muy rígidas. Tú viste que yo nunca hablo mal de nadie y si alguna vez lo hice me arrepiento, en la vida hay que hablar de lo que uno hace y no destruir lo que otros hacen. Pero respeto, aparte hay gente –me ha pasado decenas de veces– que me ha dicho “vos sos buen tipo, pero te tengo que pegar”. Así que Daniel Martínez diga lo que diga, los hechos son los hechos.

EC —Otro factor fue inversiones, se hicieron menos inversiones de las programadas y en particular no se pudieron concretar las del Fondo Capital.

DM —Con todo respeto, es un disparate decir que no se pudieron concretar.

EC —Es lo que se ha comentado. Me gustaría aclararlo.

DM —Es por desconocimiento. El Fondo Capital es un fondo muy garantista, es un fondo que cotiza en bolsa y que requiere un montón de garantías. Tuvo un proceso de casi 10 meses de aprobación en el Banco Central debido a que requiere calificadora de riesgo. Pero mira que un fideicomiso de esas características le lleva a una empresa privada el mismo tiempo. Ahora la UNOPS (Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos) liberó los dos primeros pliegos. La UNOPS es un organismo de las Naciones Unidas encargado de la colaboración con los gobiernos para asegurar y chequear la transparencia y corrección, que los pliegos licitatorios estén acordes a las reglas del buen arte, cosas correctas. Hay una oficina en Dinamarca, en Copenhague, que nos revisa los pliegos y que a veces pide cosas que uno dice “esto lo está pidiendo alguien que no entiende el Uruguay”, pero hay que hacerlo.

EC —¿Se rige por esa oficina la IM?

DM —No, los pliegos del Fondo Capital. Pero recién ahora salen, esta semana vamos a tener liberados los dos primeros pliegos.

EC —Entonces es así, de las obras que estaban previstas en aquel acuerdo con el Partido de la Gente no se pudo concretar ninguna.

DM —Siempre fue así, empiezan ahora, pero siempre fue así. Por eso digo, es desconocimiento, es hablar para criticar. Yo entiendo, tienen que tratar de atacar, lo respeto, pero no creo que sea la forma. Me habrás escuchado alguna vez, porque aparte la tenía un amigo en el escritorio, un dicho de Gandhi: “Mi abuelo me dijo un día: en la vida hay dos tipos de personas, las que hacen y las que critican a los que hacen. Mi abuelo me dijo un día: quédate en el primer grupo, mi querido nieto, en el segundo hay demasiada competencia”. Yo por suerte, en toda mi vida, como profesional, como persona, como militante más que político, me he dedicado a estar en el primer grupo. Pero respeto.

EC —Entonces, ¿cuál era la cifra de esas inversiones que no se concretaron?

DM —El Fondo Capital no entra ahí, no tiene nada que ver con esto. Hubo algunas inversiones, de repente inversiones en acondicionar pequeños locales de la Intendencia, de repente hubo que rever algunas cuestiones de bacheo, que ahora justamente estamos reforzando. Lo importante es que ahora que tenemos los números –y espero el año que viene poder tomar decisiones ya entre el año, no al final del año, por el acceso a la información que te mencionaba–,esas obras ya se están haciendo, hace dos meses que le dije a la gente de Vialidad “larguen los pliegos para fortalecer el bacheo”. Aparte del refuerzo de rubro que les vamos a dar en 2017, ya tienen $ 300 millones para reforzar el hacer tramos de calle nuevos, que es esa lista que viste ahí, de los cuales Luis Batlle Berres es la más conocida, pero está el tramo que va de Cibils a Santiago Vázquez, que es capa asfáltica, hay otras de hormigón. Y después el saneamiento, Arteaga es una red que en algunos tramos tiene 160 años de vida, que hacía mucho tiempo que no se le hacía un mantenimiento a fondo. Tomamos entre 150 y 200 puntos, a veces tramos y otras veces puntos que se han roto, para repararlos. Tenemos entre 20 y 30 roturas por año que sale decenas de millones de pesos reparar. Ahora tenemos recursos para empezar este año el mantenimiento y continuarlo el año que viene. En la zona de Piedras Blancas había unas 3.000 personas que habían quedado colgadas, se fue haciendo el saneamiento alrededor y ellos quedaron colgados. Para esa gente, obviamente, es horrible, lo vamos a poder hacer, son también más de US$ 3 millones de dólares. Y después iluminar el Parque Rodó…

EC —¿Esas son las obras que se van a hacer gracias a este superávit?

DM —Exacto. Lo estamos volviendo a inversiones y más de lo que dejamos de hacer.

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EC —Entonces en materia de inversiones, las que se postergaron y que forman parte de este superávit de $ 1.112 millones eran del orden de…

DM —En realidad forman parte también del déficit que no se tuvo, porque, lo vuelvo a recordar, no se puede comparar con un balance cero, hay que comparar con un balance proyectado que si no hacíamos algo era negativo, era de déficit. Hay que entender eso, porque se dice ¿por qué sacaste inversiones? Porque sabíamos que iba a ser muy duro bajar remuneraciones y funcionamiento, pero tuvimos un resultado que cualquiera que entienda un poquito nomás sabe que es excelente. Hay que echar mano a lo que tú puedes, si tú tienes $ 800 millones proyectados de déficit, tienes que echar mano a unas cuantas cosas. Echamos mano a todo.

EC —Entonces, las obras no realizadas, las inversiones no realizadas fueron del orden de $ 500 a $ 600 millones, la mitad del superávit.

DM —En realidad no, porque lo proyectado era un déficit de cientos de millones de pesos, el número iba entre $ 500 y $ 800 millones. O sea que en realidad es mucho más el esfuerzo que se hizo. Y eso explica por qué también los ingresos ayudaron. Obviamente los $ 400 millones que tuvimos de ingreso adicional, sin haber aumentado un solo impuesto y habiendo cumplido. Se redujo la masa de remuneraciones habiendo cumplido en un todo con los acuerdos laborales. En realidad el esfuerzo fue mucho más importante. Hay un hecho, hacía muchísimos años que la Intendencia, trasciende los gobiernos del Frente, no tenía un balance tan positivo como el de este año.

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EC —Yo tengo mis preguntas, pero los oyentes tienen muchísimas. Se ha disparado el correo electrónico y la bandeja de mensajes de texto. Me decía que le faltó comentar algo.

DM —Algo importante. Siempre cuando cambia el gobierno la Junta tiene que votar el crédito puente al Banco República (BROU), que es el que permite tapar meses de baja recaudación o problemas que pueda haber. Es más de 800 millones el crédito puente. Que no es que te lo dé, tú lo tomas o no de acuerdo a lo que necesites, y después lo vas pagando. Se dijo que era mayor endeudamiento, etcétera. Nosotros explicamos que no era mayor endeudamiento, la oposición no lo votó, por más que es algo que no es que tengas usar, lo requerís para funcionar o eventualmente lo requieres, cualquier empresa privada tiene también una línea de crédito en el banco para echar mano ante desfasajes en las cobranzas o lo que sea. No utilizamos ese crédito, tanto que decían que era para endeudarse y no lo utilizamos. Y en buena medida hubo ahorro de intereses. Y este año, que vamos a tener aparte estos $ 212 millones que dejamos, que no utilizamos, en definitiva también sirven…

EC —Ahí vamos a lo que van a hacer con ese superávit. Esos $ 1.112 millones lo reparten en dos.

DM —Lo repartimos en dos, unos $ 212 millones no los tocamos. ¿En qué los vamos a usar? Primero porque hay un déficit acumulado histórico de más de US$ 100 millones que hay que ir achicando, contribuimos a achicarlo. Aparte era un compromiso del presupuesto cuando lo presentamos ante la Junta, que algunos se nos rieron, pero lo hicimos, lo estamos empezando a hacer, vamos a ver cómo sigue el año que viene. Además nos viene muy bien tener caja para en los meses de baja recaudación no echar mano ni al préstamo del BROU ni al crédito de los proveedores, porque a veces tú tienes cláusulas que si te atrasas un mes pagas un tanto por ciento. Fue lo que hicimos este año, no echamos mano al crédito del BROU porque nos convenía echar mano al crédito de los proveedores, y de esa forma ahorramos $ 36 millones. Ahora bien, si tenemos plata para no echar o echar un mínimo mano al crédito de proveedores en los meses de muy baja recaudación y algunos compromisos importantes, mejor que mejor. Así que es lo que vamos a hacer. Viene bien, y aparte sirve para achicar el déficit histórico global en algún monto.

EC —El 20 % es lo que dejan reservado y van a utilizar el 80 %, que son unos $ 900 millones, para un paquete de obras.

DM —Tres grupos de obras. Las agrupamos en tres por las características. Una es saneamiento en dos obras que eran impostergables. Yo esto más o menos desde diciembre lo manejaba y le empecé a decir a la gente de saneamiento y a otros sectores: va a sobrar plata, red Arteaga, que es la red que abarca todo el Centro, la red más antigua, Ciudad Vieja y hasta la Aguada, pasando el Palacio Legislativo, calle Santa Fe, muchas calles. Acá en Canelones, en muchos lados, se ven agujeros profundos que son producto de una red de saneamiento que tiene en algunos tramos más de 160 años, un caño con un diámetro que no está calculado para el volumen de desechos que tienen que pasar, sino que es una sección circular por la que pasa una persona, 20 personas igual pasan.

EC —Se podría utilizar para un subte, para un metro, ¿no?

DM —No, tanto no da, pero es gigantesco, hecho en mampostería, y viene teniendo derrumbes. Es más, gastamos decenas de millones de pesos por año para mantenerlo. Y hasta ahora, hasta hace muchos años –10, 15 años– no se habían destinado los recursos para el mantenimiento real que requería. Ahora los tenemos y vamos a poner parte de plata este año y parte el año que viene, con lo cual vamos a estar reparando, no emparchando, reparando a cero, por lo menos entre 150 y 200 puntos de la red –están marcados en un mapa– de pozos que hoy existen y tramos enteros que por inspecciones anteriores ya sabemos que están en mal estado.

EC —Esas son obras importantes pero que no se van a ver. Son obras enterradas.

DM —Están debajo de la tierra, pero son imprescindibles.

EC —¿Qué más?

DM —Después, Piedras Blancas, un grupo de unas 3.000 personas que por cómo se fueron diseñando los anteriores planes de saneamiento quedaron colgadas. Es una zona no muy grande que está rodeada de gente que tiene saneamiento y ellos no lo tienen. También vamos a destinar en el orden de los US$ 3,5 millones para terminar eso. Porque estamos haciendo ahora Manga, no dio para hacer Bola de Nieve con Saneamiento 6, va a empezar con el Plan de Saneamiento 5, que fue negociado y está aprobado por el BID y por la Junta, pero seguimos avanzando por Belloni, además vamos a hacer la calle. Quedó ese agujerito, no tiene sentido, hay que hacerlo. No es el único lugar, hay gente en Lezica, en Paso de la Arena, en Carrasco Norte. Todavía quedan islotes de no saneamiento, pero con todas estas obras de Piedras Blancas más el Plan de Saneamiento 5, que va a estar terminado calculo que en 2020, 2021, vamos a llegar al 93 % de los montevideanos. Ese es el primer bloque.

Segundo bloque, Montevideo requiere en reposición de carpeta asfáltica, de hormigón y bacheo mucho más de lo que le podemos destinar. Ya este año 2017 le reforzamos a Vialidad los recursos en el presupuesto para hacer más obras, pero a su vez le estamos dando $ 300 millones. Ahí también le dije al director de Vialidad: vas a tener $ 300 millones, andá largando licitaciones para avanzar de forma de poder hacerlo.

Y el tercer bloque son espacios públicos, que es algo a lo que le hemos dado mucha prioridad, tal vez la contribución a la seguridad y la convivencia ciudadana más importante que puede hacer la ciudad. Ahí hay inversiones en el Parque Rodó, la más importante es un proyecto de iluminación y embellecimiento global del Parque Rodó. Limpiamos el lago, reforzamos los muros de contención de los islotes y estamos recimentando el castillito del parque, y aparte con este dinero vamos a agregarle a todo eso que ya estaba en el presupuesto la reapertura, pero remodelados y poniéndoles dinero, de la biblioteca y el centro cultural infantil en el castillo.

EC —Ese es un ejemplo de lo que se va a invertir en espacios públicos.

DM —Vamos a iluminar el Parque Rodó, vamos a llevar a cero la plaza 10 y la plaza 16, que fueron entregadas por la Secretaría Nacional de Deportes; la 16 es en Punta de Rieles, la 10 es en Cerro Norte. Vamos a mejorar sus condiciones para que sean plazas de convivencia ciudadana y de esparcimiento de los ciudadanos del barrio. También hay una plaza en el barrio Sarandí, en Paso de la Arena. Vamos a hacer una serie de obras, no recuerdo de memoria todo el listado, pero hay unos $ 300 millones también para espacios públicos.

EC —Y por otro lado está el fondo rotatorio para un plan de recuperación de veredas.

DM —Exacto. Eso es algo que nos preocupaba muchísimo, porque nosotros decimos que hay que tener políticas transversales. La política de lucha contra la violencia y de respeto a la equidad de género no es una política de la Secretaría de la Mujer, es una política que tienes que hacer en la cultura, en la vivienda, en el saneamiento, en todo, hay que pensarlo. Lo mismo con los discapacitados, no es hacer una actividad para que los discapacitados tengan desarrollo intelectual. Y lo mismo tercera edad. Y sin duda el estado de las veredas de Montevideo hace que tanto discapacitados como gente de tercera edad no esté siendo considerada en igualdad de condiciones.

EC —Es un problema serio de Montevideo.

DM —Absolutamente. Hace tiempo veníamos manejando que cuando tuviéramos recursos íbamos a empezar con un fondo rotatorio. Le damos $ 6 millones a cada municipio y un poco menos a la Intendencia también, al presupuesto nuestro, porque la Intendencia se encarga de las avenidas, bulevares, calles importantes, y los municipios se encargan de los barrios, de forma de ir intimando a los vecinos –eso lo va a elegir cada alcalde o los concejos de cada municipio– a reparar veredas. Una vez que tienen la intimación tienen dos meses para presentar su plan de obras y el contrato. El que lo hace, bárbaro, y el que no lo hace lo hace el municipio y eso se pasa al padrón y se le cobra al vecino en la contribución inmobiliaria. Con lo cual el municipio va a ir teniendo $ 6 millones que se van a ir retroalimentando. Obviamente, no vamos a hacer Montevideo ni en un año ni en dos, pero vamos a empezar a recuperar Montevideo, mucho porque los vecinos van a ser intimados y lo van a tener que hacer y lo van a hacer, otro porque lo va a hacer la Intendencia, y si el individuo no quiere o no tiene el dinero, se le va a cobrar en las cuotas de la contribución inmobiliaria.

EC —¿Y eso efectivamente se pone en marcha? Porque planes a propósito de reparación de veredas se han anunciado tantos en los últimos tiempos, en las últimas décadas…

DM —Ya empezamos a transferir el dinero a una cuenta especial. Porque cuando se cobra la contribución el dinero no va a ir a la Intendencia, automáticamente va a ir a una cuenta especial, va a tener un código que va a hacer que vaya a una cuenta especial del municipio. Los municipios van a tener unos $ 6 millones que se van a retroalimentar. De repente por adeudos empieza a ser menos; dentro de tres años el próximo gobierno verá si refuerza o retroalimenta ese monto o pone más dinero, ojalá. O de repente nosotros el año que viene decimos: nos fue bien de vuelta, ponemos $ 5 millones más, $ 4 millones más. Pero hay que hacer las cosas en base a lo que se puede.

EC —Ahora sí se empezará a ejecutar lo pactado con el Fondo Capital, el Fondo Capital “chico”, porque no es el que se había anunciado en la campaña electoral, fue el que terminó pactándose con los ediles de Edgardo Novick. Tengo acá la lista de obras finalmente votadas por la Junta: ensanche de la avenida Belloni, ensanche de camino Cibils, ensanche de la avenida San Martín entre Aparicio Saravia y Domingo Arena, pasaje a desnivel en avenida Italia y avenida Centenario y planta de preclasificación y compactado de residuos.

DM —Los pliegos están todos –salvo el de avenida Italia, que tuvo problemas técnicos bastante más complejos, pero se encontró la solución técnica, y si no fue está por ir a la UNOPS– en proceso de estudio. A eso agregale los 21 proyectos viales –20, 21, no recuerdo cuántos quedaron– que se hacen con los US$ 100 millones que el Ministerio de Economía le dio a la IM para evitar el recálculo de la distribución del 3,33 % del Presupuesto Nacional a las intendencias que obliga la Constitución de la República. La IM, en vez de recibir el 12 % de lo que se distribuye por concepto del artículo 214 de la Constitución, pasa a recibir el 20 %, lo cual implicaba que 14, 15 intendencias pasaban a recibir menos y algunas mucho menos de lo que reciben del gobierno central, y para evitar líos acordamos en el Congreso de Intendentes y con el Ministerio de Economía que se le dan US$ 100 millones a la IM. Eso todavía está en trámite, pero está muy cerca. Creo que hay 17, 18 pliegos hechos de los 21. Estamos esperando poder contar con el dinero, ya está muy avanzada la negociación del gobierno central con la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina).

EC —O sea que a partir de este año Montevideo va a ver una cantidad de obras en curso.

DM —Empiezan a fin de año.

EC —2017, 2018, 2019… ¿Y eso qué tiene que ver con la campaña electoral y con la eventual candidatura suya?

DM —Primero, es una cosa muy distante aún…

EC —Eso da pie a todo tipo de especulaciones en la oposición.

DM —Te diría que al revés, a mí me habría gustado empezar mucho antes, me habría encantado que el Fondo Capital no tuviera tantas exigencias, pero está bien, da una transparencia y una seguridad que están buenas. O que la negociación con la CAF hubiera sido más rápida. Aparte el año que viene nuestra principal tarea va a ser coordinar para que la ciudad pueda seguir funcionando con tanto corte de calle y de todo un poco. No va a ser fácil, va a haber qué elegir muy bien cuál se larga y cuál no se larga, qué se hace, qué no se hace. Imaginate, construyéndose Belloni, construyéndose San Martín, construyéndose Cibils, construyéndose el pasaje subterráneo, más 21 obras viales, más las que agregamos con los ahorros que hicimos del presupuesto, 2018 y 2019 van a ser años complicados para circular.

EC —Usted dice que puede llegar a ser contraproducente, al revés, que la gente en vez de alegrarse, se va a fastidiar con la Intendencia.

DM —La gente va a decir qué bueno, pero también va a decir cortaron toda la ciudad. Va a haber que hacerlo muy bien. Yo tengo claro que va a haber que tener una muy buena comunicación con la ciudadanía y una coordinación muy buena porque va a haber mucho levante, mucha obra en curso.

EC —Veamos algunas de las preguntas de los oyentes, que son una cantidad. A propósito de este plan de intimación a los vecinos para la reparación de veredas: “Y si no construye, ¿el municipio y después le pasa la cuenta?”.

DM —Salvo casos de rotura por árboles, porque eso no es responsabilidad del vecino, lo va a asumir el municipio o la Intendencia.

EC —Dice otro oyente: “Yo no pienso pagar el arreglo de la vereda cuando la rompen otros”. Ese es otro asunto, organismos públicos…

DM —Eso es otra cosa, los organismos públicos tienen la obligación de reparar, nos cuesta bastante, sobre todo con algunos. Eso es diferente, si hay rotura generada por otro o es problema de un árbol lo asume la Intendencia y/o el municipio.

 

EC —Otro dice: “La primera que tiene que arreglar veredas es la mismísima Intendencia”. Efectivamente, hay muchas veredas responsabilidad de la propia Intendencia que están mal, muy mal.

DM —Sí, se ha reparado bastante y además vamos a hacer un plan 18 como parte del plan de la puesta en valor del espacio público más popular, que es el Centro, Ciudad Vieja y 18. Lo mismo que hicimos en Ciudad Vieja, que me encanta como ha quedado, respetando los baldosones, las losas de granito donde estaban en buen estado, y poniendo el hormigón que queda como áspero en los otros. De la misma forma seguiremos por 18 de Julio.

EC —Dice otro oyente, Francisco de Manga: “Si se hacen las veredas de Belloni, mejoramos mucho nuestra calidad de vida. ¿Se van a hacer?”.

DM —Por lo pronto en el tramo que se va a hacer nuevo sí, que hoy no tiene ni siquiera vereda, no hay vereda porque hay árboles, la gente no puede andar en Belloni, el tramo que se va a hacer es un problema hasta de respeto a los ciudadanos que no tienen por dónde ir. Ese tramo sí. Repito, no tenemos US$ 1.500 millones para reparar el 30 % de las veredas de Montevideo un año, otro 30 % el otro… Va a ser un tema gradual con un fondo rotativo. Ojalá que el año que viene le podamos poner más plata. Vamos a ir avanzando. Inicio tienen que tener las cosas.

EC —Y en este plan de ordenamiento y de cuidado de los recursos de la población, ¿qué análisis hace a esta altura, ya después de la discusión que hubo, a propósito de esa compra que estaba a punto de concretarse de un inmueble por el cual se iba a pagar dos veces el valor de mercado?

DM —Eso no es así, al revés. Te aseguro que vamos a pagar tres o cuatro veces más de lo que habrías pagado. Lo que pasó no me gustó y hay que investigar, vamos a ir hasta el hueso. Pero no consigues un laboratorio terminado, adonde nos mudábamos y no perdíamos un día. Hoy tenemos problemas locativos serios con el laboratorio de Bromatología para hacer las cosas como corresponde. Ahí nos mudábamos a un costo del metro cuadrado que todo el mundo te dice que no existe, era muy conveniente.

EC —¿La evaluación que ustedes hacen es que el inmueble que se había elegido terminaba teniendo un precio razonable, que la operación tenía una cosa rara en el hecho de que el vendedor lo había comprado por la mitad de precio unos días antes, pero que el precio final era bueno?

DM —Sí, las tasaciones así lo indicaron. Y no solo eso, era un laboratorio, era instalarse el laboratorio de Bromatología. Se cambiaron algunos artículos para tener mayor transparencia y no tener estas cosas extrañas que han pasado, que habrá que ver a qué se debieron. Pero te colocabas y te instalabas. Ahora va a ser más caro y vamos a tener que meter plata para acondicionarlo para laboratorio. Construir uno nuevo es impensable, se está hablando de US$ 1.500 el metro cuadrado. Eso nos salía US$ 300 el metro cuadrado. Imaginate con respecto a construir uno nuevo, no tiene comparación.

EC —Hay varias preguntas a propósito de recolección de residuos, pero la entrevista terminó, queda para otro día. De todos modos, ¿qué planes de mejoras, de nuevas inversiones hay previstas en esa materia?

DM —Primero, los camiones están pasando, salvo elementos puntuales. Por ejemplo, la noche del 1.º de mayo hubo muchas faltas, a tal punto que teníamos más de 30 camiones para sacar y se pudieron sacar 12. Ese es un tema puntual, falta gente, el cordero del mediodía duró demasiado en la panza e hizo que faltara mucha gente. Pero ahora a veces quedan parados camiones que funcionan porque los circuitos están todos completos. Estamos reforzando circuitos, estamos cambiando contenedores. Aparte estos contenedores son más grandes que muchos de los que estaban instalados y del mismo volumen que otros, de repente van a permitir, sobre todo en Pocitos, no meter más contenedores en zonas con gran densidad de edificios, con mucha población, estos de mayor volumen de repente nos evitan tres o cuatro, porque ya dos a veces complican la calle, y si ponés cuatro… Ahí hay que dar el salto cualitativo.

También combatir a los escasos pero existentes ciudadanos que tiran basura fuera del contenedor, que los hay, tenemos decenas de filmaciones de contenedores que vaciamos afuera y adentro, vamos a las tres horas y tienen 50 bolsas afuera y cuatro adentro.

Los escasos pero existentes clasificadores que rompen basura o que sacan de adentro de un contenedor y rompen afuera. Y avanzar en planes de preclasificación, tenemos tres planes piloto de diferentes características.

Empezar el trabajo de un plan de erradicación de basurales con las cámaras. Implica poner cámaras o hacer espacios públicos, porque si no vuelves a tener.

La política educativa que estamos haciendo, trabajar mucho en el tema de no dejar ensuciar los cursos de agua, que es un tema bien complejo para algunos asentamientos que todavía están a la vera de los cursos de agua. Ahora que tenemos el equipamiento y que el problema fundamental son más algunos minoritarios pero sucios montevideanos que existen, hay que dar el truco y retruco. Lo que implica no solo educar, sino también reprimir.

Fuente: enperspectiva.net

9 de amyo 2017