«La administración de dineros y servicios públicos requiere tomar decisiones»
Si a Jorge Basso alguien le pregunta por qué aceptó ser ministro de Salud Pública, enseguida responde: «Porque me lo pidió el presidente». El jerarca reconoce que se encuentra en un momento bisagra de la reforma sanitaria -que este año cumplió una década-, y le preocupa estar «a la altura de las circunstancias». Basso se propone profesionalizar a los trabajadores de la salud, por lo que promueve un proyecto de ley para que los cargos de dirección de hospitales de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) sean concursables. Según el ministro, es importante que no se generen estructuras que «se burocraticen», sino que la permanencia de los directores esté ligada al cumplimiento de proyectos concretos. Aquí, un resumen de la entrevista que el ministro dio a El Observador.
¿Por qué surgió la idea de que los cargos de directores de hospitales de ASSE sean concursables?
ASSE es el principal prestador del país en términos de escala. Tiene 1.250.000 mil usuarios, 900 puestos de atención, 34 mil trabajadores y US$ 1.000 millones de presupuesto. Uno mira eso y se da cuenta de que es una institución enorme. Lo primero que nos preguntamos es cómo se gerencia, cómo se administra una institución de ese porte. Las organizaciones grandes en el mundo trabajan con proyectos, entonces el gran desafío es cómo progresivamente vamos generando metas, objetivos, indicadores, resultados y cronogramas en la institución.
¿De qué sirve generar proyectos concretos?
La idea es que de alguna forma esos proyectos empiecen a funcionar con un equipo que lo gestione, cuya continuidad esté vinculada al éxito del proyecto. La idea nuestra es que se definan esos proyectos por el directorio (de ASSE) y se concurse para gestionarlos.
Entonces si alguien no cumple con el proyecto, queda afuera.
Todo tiene que estar enmarcado en un proyecto que tenga un principio, que tenga un fin, que no termine generando estructuras que se burocraticen. La manera de profesionalizar la gestión es establecer claramente el rumbo, eso me parece que va a ayudar a que esos proyectos -en tiempos concretos y con recursos que siempre son finitos- puedan concretarse.
¿El posgrado en administración de servicios de salud será un requisito para dirigir hospitales?
Estamos pensando en un equipo que presente el proyecto y que obviamente valorará todos los méritos. Yo soy administrador de salud, tengo el posgrado, que por suerte no se hace solo en la Universidad de la República (UdelaR) sino que también se puede estudiar en las privadas. Entendemos que hay terreno para promover la profesionalización en la gestión de proyectos y el gran desafío es la gestión del cambio; es cómo modernizamos el funcionamiento del sector público.
Hay directores que hace muchos años ocupan el cargo y no concursaron. Es una decisión poco simpática cambiar las condiciones…
No sé, en realidad me parece que la administración de los dineros públicos y de los servicios públicos requiere tomar decisiones que no necesariamente uno tiene que medir en términos de simpatía. Son decisiones políticas que aseguran que se trabaje no solamente con voluntarismo y con ganas, sino también con experticia y con profesionalización.
¿Le parece que el proyecto de ley salga durante este período de gobierno?
Estamos trabajando a toda velocidad en este proyecto y en el de conflicto de intereses. Ese es un tema que en ASSE es muy importante y en el sector público en general también. Son dos proyectos de ley que estamos trabajando rápidamente para presentarlos y queremos -en el marco de profundización de la reforma- que el subsector público entre en estos temas que pueden parecer muy complejos, porque lo son.
¿Qué desafíos tiene la reforma de la salud?
La reforma requiere nuevos marcos legales, que son complejos, pero nos parece que van en la dirección correcta. Requiere diseños vinculados a jerarquizar la calidad, porque cuando uno aumenta la cobertura, tiene que asegurarse de que la calidad se sostenga. Tiene que ser muy exigente en la seguridad del paciente, tiene que ser muy exigente en no dar por bueno todo lo que se gasta y tiene que hacer que el sistema sea más racional en cuanto a la utilización de recursos.
Fuente: El Observador
12/07/2017