El Trabajo cooperativo

Escribe Marisol Fuentes

Pensar en la conmemoración del 1 de Mayo, en este contexto, nos sitúa en una realidad que duele,  siempre decimos que no es un día de festejo, sino de reflexión, esta vez, más que nunca, es un momento de resistencia.  Sacudidos por  una crisis sin precedentes como lo es la pandemia, situación que afecta al mundo entero.

Esta crisis en nuestro país tiene un agravante, un cambio de gobierno que vino con una clara convicción; la de aplicar las políticas neoliberales propias de una concepción ideológica de derecha. Un gobierno que, apenas asumió encontró una izquierda que no terminaba de entender  la pérdida electoral. Una izquierda quería entender lo que había sucedido y una base militante que reclamaba una autocrítica. Frente a esto,  una derecha que se encontró con el duro golpe de una tremenda crisis sanitaria originada por la pandemia, a pesar de ello  no dudó nunca en implementar rápidamente una Ley de Urgente Consideración, que resultó ser el compendio perfecto para derrumbar todos los avances de los últimos 15 años, la base sustancial que muestra y asegura otro rumbo.

Mientras nos recomponemos como izquierda, como oposición, la derecha avanza cómodamente, con la excusa perfecta de la crisis sanitaria a la hora de implementar medidas de contención, busca sostener y resolver las dificultades de quienes más tienen, con el argumento de que son los que van a generar ganancias al país, los “motores de la economía”.

Por otro lado, una efervescencia popular, comienza desde abajo, la fuerza de siempre, la del pueblo, que no se resiste y genera cadenas de solidaridad a través de las ollas populares. La misma fuerza que mueve y aceita los motores de manera organizada juntando firmas para un referéndum que derogue 135 artículos de la LUC.

Esa es la mejor respuesta cargada de esperanza, los sectores populares, organizados y generando respuesta en forma colectiva, construyen la resistencia.

Pertenezco a un movimiento que lo ha hecho así durante más de 50 años en nuestro país, el movimiento cooperativo. 

Se trata de empresas centradas en las personas, basadas entre otras cosas en los valores de participación, solidaridad, ayuda mutua, responsabilidad social, transparencia, creadas para dar respuesta a necesidades, tanto individuales como colectivas, en el ámbito económico, social, y cultural. 

El “sentido común” de la sociedad capitalista reafirma una y otra vez un paradigma vertical, autoritario y altamente competitivo, que muchas veces opera como un contrapeso en el desarrollo de la propuesta cooperativa.

Para contrarrestar esta situación,  este conjunto de Personas en Cooperación debe sostenerse mediante un Proyecto Compartido que los contenga, y a la vez, potencie el deseo de aportar sus conocimientos y capacidades en pos del desarrollo y crecimiento de la cooperativa. 

Una vez consensuado éste, el modelo propone su implementación mediante la autogestión, la participación activa, el liderazgo incluyente, la transparencia, la información y la comunicación permanente. 

Teniendo en cuenta las condiciones actuales en las que la cooperativa se constituye en un proyecto en medio de una compleja tempestad de variables, donde la autogestión se torna fundamental a la hora de acelerar el proceso de toma de decisiones y la capacidad de respuesta de la cooperativa ante los cambios y requerimientos del contexto

Es por ello que el modelo promueve estructuras organizacionales más horizontales, más planas, en las cuales las jerarquías tradicionales son suplantadas por unidades auto-organizadas con sentido, propietarias de procesos lo más completos posibles y con condiciones que permiten su autogestión a partir del ejercicio del liderazgo compartido y participativo. 

Es importante destacar que el  modelo cooperativo, contempla la esencia misma del desarrollo sostenible, con un equilibrio armónico entre el crecimiento económico, el desarrollo social equitativo y la protección de la naturaleza. Al analizar los principios modernos del cooperativismo, se identifica una estrecha relación con las bases del desarrollo sostenible. Estos principios están íntimamente vinculados con los valores de ayuda mutua, solidaridad, responsabilidad, equidad, igualdad, justicia, respeto y democracia, por lo que promueven y proyectan un modelo de sostenibilidad, anclado en la comunidad, para la cual se construye un verdadero desarrollo local auténtico, privado del lucro, cuyo principal objetivo es el desarrollo armónico del ser humano y de sus derechos, fundamentado en el trabajo común para lograr un beneficio colectivo. Esto concluye en la mejor respuesta a un mundo donde la naturaleza, el medio ambiente y el propio ser humano se transformaron en mercancías.

La Revolución Industrial de finales del siglo XVIII constituyó el marco económico y social ideal para el surgimiento del cooperativismo moderno. Los adelantos científicos y tecnológicos propiciaron de inmediato el desarrollo de las fuerzas productivas, consolidando el poder capitalista y creando las bases para la aparición de los monopolios basados en la concentración intensiva del capital, a expensas de la explotación de los obreros y los campesinos, que sufrieron desde entonces los efectos sociales, económicos y políticos derivados de tan profundas y radicales transformaciones. El cooperativismo moderno surge precisamente como un movimiento social que plantea una nueva alternativa ante las condiciones de marginación y exclusión a las que estaban sometidos los tejedores de Rochdale por las grandes industrias textiles de la época. Allí aparecieron los pioneros, los que generaron una propuesta alternativa de solidaridad y lucha frene al crecimiento de un capitalismo salvaje y devastador.

Mucho antes de que se acuñara la expresión ¨ desarrollo sostenible ¨ en el mundialmente conocido, los socialistas utópicos Saint Simon, Charles Fourier y Robert Owen delineaban los gérmenes de cooperativas basadas en nuevos principios de producción, distribución y consumo, en las que las riquezas tenían como única fuente el trabajo, la dirección era democrática y participativa, con armonía de intereses y cuyas bases descansaban en la asociación o cooperación, con un profundo sentido ético y social. 

 Quienes defendemos esta herramienta vemos al cooperativismo, como una nueva respuesta de carácter social, que se enfrenta al neoliberalismo y nos ofrece una alternativa de desarrollo sostenible, al lograr un equilibrio armónico entre lo económico, lo social y lo ambiental.

En esta profunda crisis donde el eje está centrado en la salud y el trabajo, la propuesta cooperativa es una alternativa de resiliencia, que puede encontrar las salidas que necesitamos para reconstruirnos como sociedad. 

Los últimos 15 años fueron un período de muchos avances para el cooperativismo, muchos avances que costaron muchos años de lucha  y pudimos concretar en los tres periodos de gobiernos frenteamaplista.

Estos avances hicieron posible un crecimiento importante del cooperativismo en todo el país sobre todo  en la modalidad de vivienda y de trabajo.  La creación de la Cooperativas Sociales, fue también una excelente herramienta creada por el gobierno del FA para generar oportunidades de trabajo en los sectores más vulnerables, ya que se les otorgaron beneficios fiscales y modalidades de contratación que hicieron posible que muchos compañeros y compañeras comenzaran a trabajar dignamente. Claro que por sus características, requerían una mayor atención y seguimiento de todos. Han sido las más criticadas por este gobierno………., siempre se ataca por el lado más débil.

Hoy vemos con preocupación que se terminan todos los convenios de trabajo de las cooperativas sociales con organismos del Estado, no hay señales de renovación, miles de trabajadores con la incertidumbre de no saber que va a pasar, una gremialidad que sigue golpeando puertas y que no va a dejar de hacerlo mientras no haya respuestas concretas. Un ataque permanente, a los errores cometidos, que si los hubo, serán de cargo de quien los cometió, pero se han convertido en la excusa perfecta para meter todo dentro de una misma bolsa y no resolver.

Desde la gremialidad hemos dejado claro que defenderemos al movimiento cooperativo, sus conquistas, porque detrás de cada cooperativa, ya sea social, cooperativa de  trabajo o de producción, hay compañeros, hay familias, fuentes de trabajo digno que no vamos a permitir que se pierdan.  

El movimiento cooperativo en su conjunto, en este período, no ha visto más que retroceso. Se generan alternativas de “emprendedurismo”, bien diferentes a nuestra propuesta, promueven el individualismo y a veces un asociativismo destinado a resolver la urgencia económica con cabeza capitalista dándoles beneficios fiscales y créditos blandos a PYMES. Esto solo los va a arrastrar a un endeudamiento seguro. Pequeñas empresas que quizás no sobrevivan en un mercado donde deben caminar al lado de grandes empresas a las que también se les están dando todos los beneficios.

Nuestra propuesta no piensa en las ganancias sino en achicar la brecha, en organizarnos, en  apropiarnos de nuestro proyecto y por ende de nuestro destino, de esa manera defender nuestros derechos. 

Hace unos días me tocó reunirme con un grupo de compañeros y compañeras en la calle Jackson, Sindicato de Porteros, allí funciona una olla que alimenta a muchos vecinos de la zona. Una charla en la que habían muchos compañeros desocupados, mujeres que estaban con sus niños y apuradas por la hora, porque duermen en un hogar para mujeres víctimas de violencia de género. Me manifestaron que quieren armar una cooperativa para empezar a trabajar  “en lo que se pueda”.

Cuando les pregunté por qué una cooperativa, un compañero me contestó : “ Sabés lo que pasa, hace más de un año que comemos en esta olla, para un trabajador no es digno, agradecemos la ayuda, pero queremos salir adelante, y acá…… en este lugar …. Aprendimos lo que es la solidaridad, aprendimos a dar pelea, …pero sobre todo aprendimos que si el esfuerzo es de todos juntos, no nos van a tirar abajo.”

Con esto me quedo…. me enseñaron que mientras sepamos construir esperanza a partir de ese dolor, tendremos la fortaleza para construir una sociedad diferente. 

Esa es la meta, construir SOCIALISMO .