La pandemia ha afectado duramente a América Latina. A las desigualdades estructurales preexistentes – propias de la inserción de la región en la actual configuración del capitalismo global y de los altos niveles de mercantilización de bienes y servicios públicos – se han sumado efectos negativos en lo sanitario, lo económico y lo social, abordados de distintas maneras por los diversos gobiernos. Queremos manifestar, en primer lugar, nuestra solidaridad con todas las latinoamericanas y latinoamericanos que son víctimas de esta dolorosa realidad signada por la muerte, la injusticia y la marginación. Señalamos a su vez que con el telón de fondo de la pandemia han sucedido y suceden en la región distintos hechos de relevancia política, respecto de los cuales – fieles a nuestros valores y a nuestra concepción latinoamericanista e internacionalista – consideramos imprescindible expresar nuestra posición. Sobre otros, no contenidos en el presente documento, hemos emitido declaraciones en otros momentos y circunstancias, por lo que nos remitimos a aquí solamente a algunos emergentes recientes. Lo hacemos reafirmando nuestra cercanía con todos los pueblos de la región y nuestro compromiso con la integración latinoamericana por la que siempre hemos luchado.
CHILE
En la hermana República de Chile, fuertemente afectada por la emergencia sanitaria, se ha gestado un vigoroso movimiento social y político instituyente. Hoy este avance de la conciencia y la movilización popular, liderada por las y los jóvenes, permitió elegir una Convención Constituyente para dejar atrás la Constitución del pinochetismo. Recientemente las fuerzas de izquierda y diversas agrupaciones independientes que buscan cambios profundos, han recibido el apoyo ampliamente mayoritario de la ciudadanía, dando un fuerte respaldo a una iniciativa surgida de la sociedad misma y que pone en cuestión las premisas más básicas de la política tradicional. Esperamos que este proceso permita a la sociedad chilena – gravemente afectada por la desigualdad y la segregación que distintos partidos políticos en varias décadas de democracia no han logrado superar – recuperar y proyectar el legado allendista, avanzando en un proceso de democratización radical del país.
COLOMBIA
El pueblo hermano de Colombia está sufriendo una nueva ola de represión y violencia. Las movilizaciones surgidas en respuesta al regresivo y antipopular proyecto de reforma fiscal impulsado por el gobierno del Presidente Duque, fueron criminalizadas y respondidas con un brutal y desproporcionado uso de la fuerza. Ya son decenas los asesinados y asesinadas y existen múltiples denuncias de heridas graves y violaciones. Las organizaciones de derechos humanos e instituciones de la propia Colombia hablan de cientos de personas detenidas arbitrariamente o desaparecidas. Esta realidad se suma a las permanentes violaciones a los derechos humanos denunciadas en Colombia desde hace ya mucho tiempo. Nos sumamos a las muchas voces que dentro del país y en la comunidad internacional reclaman justicia y exigen al gobierno colombiano que cese con estas prácticas absolutamente contrarias a la ley y a las obligaciones mínimas de cualquier Estado para con su población.
PERÚ
En un comunicado emitido la semana pasada ya hemos manifestado nuestra alegría por una nueva derrota del fujimorismo en Perú y hemos saludado al pueblo peruano por la jornada democrática en la que Pedro Castillo fue electo Presidente de la República. A una semana de la misma y con resultados irreversibles, la candidata Keiko Fujimori, desconociendo todos los plazos y procedimientos, sigue sembrando inestabilidad y dudas sobre la expresión soberana de la voluntad popular. Fujimori, que se había comprometido a respetar los resultados y a propiciar la paz, fundamenta su ofensiva desestabilizadora en la idea de que Perú es un escenario de la lucha contra el comunismo y la izquierda internacional. Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo peruano y condenamos las actitudes cómplices de diversos actores políticos, de dentro y de fuera del Perú, que se niegan a reconocer los resultados.
NICARAGUA
La situación de Nicaragua es grave desde hace mucho tiempo y ha empeorado en los últimos días. Condenamos todas las violaciones a los derechos humanos, que incluyen la persecución por parte de fuerzas policiales y paramilitares a la protesta ciudadana así como a dirigentes y partidos opositores. Recientemente se ha encarcelado a varios/as candidatos presidenciales opositores al gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y a integrantes de diversos partidos políticos, lo que vulnera las garantías para el desarrollo de elecciones libres y sin exclusiones. Queremos volver a expresar nuestra convicción de que un gobierno con este tipo de conductas no es un gobierno de izquierda ni revolucionario. El actual gobierno de Nicaragua nada tiene que ver con el legado admirable de la revolución sandinista por el que dieron la vida tantas y tantos latinoamericanos. Esto queda también de manifiesto en la hostilidad hacia militantes sandinistas que reivindican aquel legado, y en las comprobadas y generalizadas prácticas de corrupción así como en la connivencia con sectores poderosos de la burguesía nicaragüense.
Como ha quedado demostrado en varios pronunciamientos y decisiones, el Partido Socialista de Uruguay, a la altura de su historia, no tiene ni tendrá doble rasero para analizar y valorar la realidad nacional e internacional. Nuestra causa es la de la dignidad humana, la libertad, la solidaridad y la igualdad. Tal como expresa nuestra Declaración de Principios, para las y los socialistas “el ejercicio del poder y la construcción de la sociedad socialista deben estar basados en la síntesis de la libertad y la igualdad y el respeto y promoción de los derechos humanos. No puede construirse una sociedad justa tolerando formas abiertas o veladas de corrupción, de abuso, de nepotismo, de autoritarismo o de elitismo.” Así como en tiempos de guerra fría nos opusimos a alineamientos que comprometieran estos valores, hoy y siempre fijaremos nuestras posiciones políticas en función de los intereses de la clase trabajadora y los principios que nos dan sentido como organización política. Por esa misma razón nos negamos a acompañar pronunciamientos sesgados que ponen el foco sobre algunas realidades desconociendo absolutamente otras.
En ese sentido, volvemos a condenar la acción tendenciosa y oportunista del actual Secretario General de la OEA que hace caso omiso a muchas de estas situaciones, e insistimos con la valoración autocrítica que ya hemos hecho sobre el rol que supo tener en los gobiernos de nuestra fuerza política.
Por último queremos expresar nuestra preocupación por la marcada tendencia de la política exterior del actual gobierno de nuestro país al alineamiento con los intereses y posiciones del imperialismo estadounidense, asumiendo posturas sin antecedentes en la historia de Uruguay. Esta orientación se ha expresado en varias decisiones y actitudes, dentro de las que destacamos la designación del presidente del BID, la postura sobre el presente y el futuro del MERCOSUR, la condena selectiva a algunos gobiernos y la absoluta indiferencia frente a sucesos gravísimos en otros países, el rápido reconocimiento de Presidentes electos con los que se tiene afinidad ideológica y la demora en reconocer a otros, o la vergonzosa actitud asumida en las últimas semanas en el Consejo de Derechos Humanos de ONU en torno a la creación de una comisión para investigar crímenes de guerra en el conflicto entre Israel y Palestina.
Comité Ejecutivo Nacional, 14 de junio de 2021