El gobierno sentenció a nuestro país al luto de abril

Escribe Mónica Xavier | Secretaria de Gobiernos

El GACH advirtió y  el gobierno desoyó, arrastrando a nuestro país a los peores registros en muertes y contagios de la pandemia a nivel mundial. 

En abril hubo 1571 muertes por COVID, 52 personas fallecidas promedio/día. El 65% de los egresos de CTI son por fallecimiento. Terrible.  

La imprevisión gobernante agota y estresa al sistema de salud. Por si ello no bastara, los equipos de salud no solo ya no son reconocidos en el titánico esfuerzo que realizan desde hace más de  un año sin parar, sino que, por el contrario, ahora desde el gobierno son cuestionados y deslegitimados, tildados de desestabilizadores y acusados de  partidizar la crisis. El desvarío reina en Torre Ejecutiva.

Los equipos de salud se brindan a su tarea con proverbial humanidad, no solo en lo estrictamente sanitario sino además y superlativamente atenuando la soledad a la que confina el padecimiento de esta cruel enfermedad. Eso no lo ve el presidente ni su gente. El presidente solo sabe medir eficiencia en camas de CTI. No entiende nada. Por lo menos de medicina y humanidad.  

Hace no mucho, cuando todo marchaba aparentemente bien, la claque oficialista exaltaba el trabajo de quienes integran los equipos de salud, al extremo de apresurarse a cambiar el homenaje del Día del Patrimonio en honor al entrañable Mario Benedetti, por el del Dr. Manuel Quintela. Sin dudas el histórico decano de la Facultad de Medicina, e impulsor de la creación del Hospital de Clínicas, siempre será merecedor de homenajes, pero cómo cambia el mensaje y la valoración, en particular hacia los médicos, en tan poco tiempo, por parte del relato oficialista. Equipos médicos que cuando la epidemia por fin decline, deberán asumir la difícil tarea de mitigar y superar la deuda sanitaria de otras enfermedades: miles de cirugías que no se han podido realizar, salud mental, controles de enfermedades crónicas no transmisibles, evolución del desarrollo de niñas/os y adolescentes entre otras.

La medicina humanista y basada en evidencias es la mejor forma de ejercerla, suma a la evidencia científica, la práctica y los valores en una sociedad. No es la “ilusión” de obtener buenos resultados como planteó el primer mandatario en una de las miles de exposiciones ante las cámaras de tv. Señor presidente: la medicina no es una práctica ilusoria. Esto es ciencia aplicada a la práctica médica. Usted “ilusionó” cuando dijo se asesoraría con los mejores aportes de las diversas disciplinas de la ciencia uruguaya. Pero fue tan solo eso: una ilusión.

Usted está jugado a una vacunación que empezó tarde.   

Presidente: abril nos dejó 1571  muertes por Covid. Evitables muchísimas de ellas. Fue advertido de todas las formas posibles.  

El daño ya es irreparable. Una regla de oro en la medicina es: “primum non nocere”, “primero no hacer daño”. La ética en medicina no acepta no haber hecho todo lo necesario para evitar el daño. 

Señor presidente: basta ya de asignar una y otra vez la responsabilidad de este desgobierno a la ciudadanía como excusa para evitar la que corresponde a su investidura. Basta ya de aparecer en la tele impulsando medidas que usted mismo no cumple. Basta ya de asados absolutamente innecesarios. Basta ya de incoherencia, demagogia e irresponsabilidad. Basta ya de improvisar y hacernos uno de los lugares más peligrosos del planeta ante la pandemia. 

Si no escucha ni le hace caso al GACH, por lo menos entérese que puso a nuestro país en la tapa del New York Times por el dramático récord de muertes y contagios al cual nos empuja su gestión, y que CNN[1] nos dedicó un devastador segmento por la propagación de la hambruna en nuestro país.

Solo hay un camino posible, apostar al diálogo y a la libertad.

 ¡¡¡Apostar a la vida!!!

[1] «https://www.cnn.com/2021/05/03/americas/uruguay-pandemic-hunger-intl/index.html»