El acuerdo pendiente

Mercosur, el acuerdo pendiente de la UE con América Latina

Tras firmar acuerdos en 2016 con Ecuador y Cuba, las negociaciones comerciales con Mercosur representan el pacto pendiente entre la Unión Europea y una estratégica América Latina.

«Mercosur es un espacio económico de una enorme importancia para Europa», asegura a la AFP el presidente de la delegación de la Eurocámara para América Latina, Ramón Jáuregui, quien urgió recientemente al ejecutivo comunitario a concluir de «manera urgente» este espacio de libre comercio de 760 millones de personas.

Los sectores de la carne bovina, del arroz y del azúcar, considerados como «vulnerables» para los europeos, pesan en estas negociaciones reanudadas en 2010 tras seis años de suspensión. El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, urgió incluso en noviembre al Mercosur a «moderar sus expectativas» respecto al acuerdo con la UE.

La carne de res forma parte de los «menos de 10 productos sensibles» para los europeos, reconoce una fuente diplomática del bloque sudamericano, para quien «el acuerdo tiene infinitas ventajas para la UE», en sus sectores industriales, de autopartes o en la industria química, entre otros.

Según esta fuente conocedora de las negociaciones entre la UE, por un lado, y Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, por el otro, 2017 representa una «ventana de oportunidad, no para concluir el acuerdo», sino para «hacer avanzar» y dar tanto «credibilidad» como «irreversibilidad» al proceso iniciado en 1999.

Para evitar el fracaso de 2004 y consolidar la reanudación de las negociaciones, cuya próxima ronda está prevista en marzo en Buenos Aires, ambos bloques dejaron de lado en el intercambio de ofertas de mayo pasado productos sensibles, como la carne bovina o el etanol, que tendrá lugar más adelante.

Francia, que celebra elecciones legislativas y presidenciales en el primer semestre de 2017, ya expresó sin embargo sus temores por el impacto en su sector agrícola de un eventual acuerdo con Mercosur, una muestra para Jáuregui de la falta de unidad de los 28 respecto a un continente que mira ahora «con enorme preocupación a Estados Unidos».

– Trump, ‘incertidumbre’ y ‘oportunidad’ –

Los países del Mercosur defienden que la incertidumbre abierta con el Brexit y la victoria de Trump podría impulsar las negociaciones con la UE. «En los momentos de incertidumbre los amigos tienen que unirse», apuntó en noviembre en Madrid el canciller brasileño, José Serra.

En esta línea, el eurodiputado español urgió recientemente a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, a aprovechar la «oportunidad» que representa para los intereses europeos en América Latina la «posible política proteccionista» del próximo presidente de Estados Unidos.

Para el investigador del centro de análisis Real Instituto Elcano, Carlos Malamud, si a causa de esta eventual política, Estados Unidos reduce su presencia en América Latina, «China podría ocupar ese vacío». «Pero es evidente que la perspectiva europea es una oportunidad que habría que aprovechar».

Malamud defiende que ambos bloques tienen en común «la pertenencia a la sociedad occidental» y, por tanto, unos mismos valores, y destaca el peso geográfico, demográfico y de potencial económico de los países latinoamericanos, un continente «pacífico» aunque con «mucha violencia».

Además, «allí donde América Latina exporta un mayor número de manufacturas o de productos con mayor valor agregado es a la UE», un mercado que la región debería «potenciar y cuidar más», asegura este investigador, para quien los países latinoamericanos deberían también «importar muchísimo más» a la UE.

– ‘Oportunidad perdida’ en derechos humanos –

El año 2017 comenzó con la incorporación de Ecuador al acuerdo comercial de la UE con Colombia y Perú, y en los próximos meses está prevista la entrada en vigor del nuevo marco diplomático firmado con Cuba, que pone fin a la denominada «Posición Común» europea que condicionaba la cooperación con el régimen castrista a los avances en derechos humanos.

Los 28 restablecen así plenamente sus relaciones diplomáticas con la isla comunista, en un momento en que el deshielo de La Habana con Estados Unidos está en el aire después de las críticas de Trump al histórico acercamiento iniciado por Barack Obama, y sientan también las bases del nuevo marco comercial.

«La UE es un actor muy importante en la promoción de los derechos humanos en América Latina», asegura Jimena Reyes, portavoz de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), quien lamenta, no obstante, «la falta de voluntad real de ver como un todo indivisible, el comercio, los estándares de derechos humanos y el desarrollo sostenible».

Para esta activista, las negociaciones del tratado comercial con Perú y Colombia, por ejemplo, fueron «una oportunidad perdida» para poner en el centro de las conversaciones la cuestión del respeto de los derechos humanos, por lo que urge a la UE a incluirlo en las «próximas negociaciones», junto a un mecanismo de monitoreo del impacto de estos acuerdos.

Fuente: AFP