El Dip. Wilson Rippa de Artigas, suplente de Nicolás Lorenzo por el Frente Amplio, asumió días atrás por primera vez en el Parlamento y espera poder contribuir con las necesidades de la población y representarlos con orgullo desde su nuevo lugar de militancia.
Rippa nació en 1960 en el Departamento de Salto. Pudo asistir a la escuela y comenzó el liceo nocturno, pero su madre necesitaba ayuda para trabajar en el campo por lo que no continuó estudiando, obligado por las condiciones de precariedad de la época.
Se desempeñó en múltiples oficios, como mandadero, vendedor, carpintero, y posteriormente instaló una casa de fotografía, entre otros múltiples oficios. Vivió y trabajó en Paraguay algunos años y retornó al país a desempeñarse en La Caballada, frigorífico histórico de la ciudad de Salto, donde recuerda que el hambre de los trabajadores era abrumador, teniendo unos pocos meses de zafra al año con jornadas de 18 horas o más.
Pese al esfuerzo de los trabajadores, recuerda que comer, no era algo de todos los días.
Rippa lamentó que en aquella época no tenía derecho al seguro de paro, resolución que adoptaban los patrones de entonces, por lo que el hambre y la miseria era una sensación constante en el pueblo. El despido al terminar la zafra tampoco estaba contemplado para ellos.
En medio de aquella crisis en 1983 conoció por primera vez a militantes del Partido Socialista, quienes le explicaron que los trabajadores tenían derechos y que las empresas tenían obligaciones que estaban contempladas en la Constitución de la República. A partir de ahí resolvieron conformar una Asociación Civil (término utilizado durante la dictadura para definir a los sindicatos) donde compartieron conocimientos, experiencias, reclamos, y comenzaron a buscar estrategias que les permitiera reclamar esos derechos adquiridos y por tantos años negados
Al regreso de la democracia los más de 100 trabajadores de La Caballada fueron despedidos viendo cerradas todas las opciones laborales al pasar a integrar una “lista negra” por sus consecuentes reclamos de derechos, por lo que se vio obligado a abandonar Salto e instalarse en Bella Unión, donde también debió encontrar oportunidades que le permitieran sustentar a su familia.
Para Rippa el vínculo con los sindicatos y la búsqueda de derechos y garantías ha sido un camino de muchos sacrificios. Saber que se le puede aportar a los compañeros todos los días un poco de conocimiento y valoración de cada logro es algo que emociona casi hasta las lágrimas.
El diputado suplente cuenta con orgullo su trabajo sindical y la continua búsqueda de organización de los trabajadores para poder crear fuentes de ingreso utilizando la creatividad y con las herramientas que cuenta cada uno de ellos.
Su expectativa tras conocer que Nicolás Lorenzo accedía al cargo de Diputado en representación del departamento, es poder contribuir a la gran necesidad de la población de contar con más y mejores fuentes de trabajo que permitan elevar la calidad de vida, de recursos, y poder llevar cultura y emprendimientos redituables. Rippa recuerda que conocidos los resultados electorales la emoción en el pueblo fue mucha y todos celebraron tener una voz más en el Parlamento, porque la gente sabe lo que eso significa.
Llegado el año 2020, y tras la declaración de situación de emergencia sanitaria en todo el país, fue despedido de su última fuente de trabajo en Quebracho por lo que una vez más pondrá en marcha el ingenio para seguir aportando, generando recursos, y acompañando a la sociedad desde sus múltiples conocimientos, adquiridos con el paso de los años.
Estar presente en el Parlamento le significa más gastos que ganancias. El costo del pasaje es elevado, el precio de un hotel en la capital lo sorprende, pero sabe que día a día tendrá la responsabilidad de estar cerca de todos los habitantes del departamento más al Norte del país, que tiene a su capital humano como mayor riqueza.