Escribe Arnaldo Gomensoro
En el 2019, escuchábamos a Sebastián Bauzá, representante de la Comisión de Deportes del Lacallismo, al tiempo que desacreditaba -sin fundamentar- la andanada de realizaciones del Frente Amplio, prometía un gran cambio en el deporte. Lo basaba en cuatro “buques insignias”. Ellos eran, por su orden, la transformación de la Organización Nacional del Fútbol Infantil (ONFI) en otra referida al deporte infantil en general (ONDI), la creación de un centro de rehabilitación de drogadictos a través del deporte, la constitución de un Consejo Superior del Deporte y la puesta en marcha de varios centros de alto rendimiento.
La sustitución de ONFI (ex C. Nal. de Baby Fútbol) por otra organización llamada Organización Nacional del Deporte Infantil (ONDI), consistía fundamentalmente en modificar el funcionamiento de los 600 clubes de fútbol infantil que la integran, transformándolos en clubes polideportivos, donde se le agregarían los deportes del rugby, el hockey, el básquetbol, el handball y el voleibol. Esta nueva organización tendría importantes derivaciones familiares y sociales al incorporarlos a una actividad mucho más diversificada.
En la segunda propuesta, según el programa lacallista, “…nos proponemos crear un ámbito institucional destinado a la recuperación de personas afectadas por el consumo problemático de sustancias a partir de la práctica del deporte, la actividad física y la recreación” con el nombre rimbombante de “Centro Integral de Recuperación de Adicciones” (*)
La tercera fue la creación de un “Consejo Superior de Deportes”, dependiente de la Secretaría Nacional de Deporte y cuya misión sería la de “…clasificar las instalaciones y programas deportivos, fijar normas para su mejoramiento, y ser el órgano rector en la identificación, desarrollo y seguimiento de nuevos talentos deportivos.”(*)
La cuarta y última, relacionada con la anterior, sería el desarrollo de una Red de Centros de Alto Rendimiento (CARs) diseminados en todo el territorio nacional.
Cuando asumieron las nuevas autoridades en la Secretaría Nacional de Deportes (SND) -dependiente de Presidencia- , junto a Sebastián Bauzá (titular de la Confitería Lion d’Or y ex de la AUF), se incorporó el Sub Secretario Pablo Ferrari (ex íntimo de Bordaberry y ahora de Sanguinetti) y un representante de Cabildo, el Cnel. Carlos Fiordelmondo (¡en el área de Educación y Deporte!). Pero a los programa de los socios de la coalición, el Lacallismo no le dio ni pelota (muy adecuada la especificación porque estamos justamente en el deporte). Y éstos, ni piaron.
A mediados del cuarto año del gobierno multicolor, veamos qué ha pasado.
De la transformación de la ONFI en ONDI, nada. Es fácil comprobarlo entrando en la página de ONFI (onfi.org.uy) y ver que todo sigue igual que antes. De la ONDI, ni noticias.
Sin embargo, la iniciativa existe (hubo un lanzamiento con Lacalle, como correspondía) y se ve reflejada en una profusa difusión.
Ahondando un poco en esta “nueva” realidad, nos encontramos que la “organización” no existe. Simplemente se contrataron unos 70 instructores (no se sabe por qué proceso de selección) y están enseñando algunos de esos deportes, especialmente en localidades del interior. La mayoría en instalaciones municipales y/o plazas de deportes. De aquel propósito de transformar los 600 clubes de fútbol infantil, sólo se registran –en los documentos oficiales (“Memoria ONDI 2022”)- nueve. Es decir, un insignificante 1.5 % del total. Fracaso absoluto.
Los otros “buques insignias”: del Centro Integral de Recuperación de Adicciones, sin novedad de su existencia. Del Consejo Superior de Deportes y de los Centros de Alto Rendimiento, igual.
Sin embargo, a poco de asumir, lanzaron un programa en coordinación con ANEP, específicamente con Primaria, denominado “Vamos equipo”. Consiste en la utilización de la infraestructura escolar para, luego del horario de clases, se instalen escuelas deportivas. Propósito compartible, sin duda.
También siguiendo los documentos oficiales (“Vamos Equipo Fase 3”), se contrataron una cantidad similar de instructores, también sin especificar cómo. Sin embargo, de los cincuenta lugares a donde llegaron (algunos ya existentes de carácter municipal o en plazas de deportes), sólo 29 fueron para atender alumnos de escuelas públicas urbanas.
Un dato que no menor, es que las escuelas públicas urbanas son un total de 916. Es decir, según esa información de la SND, se ha cubierto un 3.1 % del total. Si. Un 3.1 %.
Si recordamos a la Universalización de la Educación Física Escolar, que el Frente Amplio completó en tres años, llevando la Educación Física y el Deporte al 100% de las escuelas públicas urbanas (es decir, a todas), no hay posible comparación. Los comentarios huelgan.
Pero hay otro ángulo por donde ver qué pasa. Y es desde los objetivos cumplidos. Según el Gerente de la Secretaría, Dr. Gerardo Lorente, en un reportaje para “fútbol.uy” del 3 de diciembre de 2020 (“SND: Gerardo Lorente responde las ocho preguntas clave sobre el presupuesto para deporte”), el recorte que les obligó Alfíe, es de un 20 % sobre la “base” de lo que establecía el último presupuesto del gobierno frenteamplista. La pandemia supuso un parate casi total de la actividad deportiva, lo que ayudó a disimular esas carencias.
Pero saliendo ya del Covid, lo comunicado en el actual mensaje de Rendición de Cuentas a estudio del Parlamento nos puede dar un buen reflejo de su funcionamiento. Entre las unidades ejecutoras de Presidencia, la Secretaría Nacional del Deporte presentó el peor desempeño del Inciso. ¡Sólo cumplió con el 57.1 % de su propio “Plan Estratégico”!! (Tomo II, pág. 15)
Esta total debilidad en la gestión puede explicarse, en una pequeña parte, en la demora en emprender las dos únicas obras que esta administración se propuso en el Presupuesto Quinquenal: el nuevo recapado de la Pista del Parque Batlle y la construcción de una pileta de calentamiento y dormitorios en el Campus de Maldonado. Aprobadas a fines del 2020, recién se están empezando a ejecutar, dos años y medio después. Quizás como postrer intento de propaganda electoral.
Así como de una atonía total ha sido esta gestión, también son las propuestas en esta última Rendición de Cuentas. Sólo se plantean algunas modificaciones en la legislación vigente referidas a instaurar penas pecuniarias por la no presentación de la Ficha Médica en el deporte de competencia (art. 77), cambios en las normas que rigen a las Sociedades Anónimas Deportivas (arts. 78 al 85) y ajustes a los gastos de vigilancia y otros rubros sin especificar (arts. 87 al 94). Parece que, habiendo tanto para hacer, no se les cae una idea.
Que no estaban preparados, es ya un lugar común. Porque después de sus vanas promesas, sólo queda retroceso y ausencia del Estado. Si. También en deporte, la montaña parió un ratón. Y muy pequeño.
(*) Programa de Lacalle Pou “Lo que nos une” de agosto de 2019. (Pág. 144 a 147)