Siempre es bueno reflexionar sobre la democracia, la democracia que tenemos, la democracia por la que luchamos. También es oportuno reafirmarla y defenderla, máxime cuando campean por nuestra américa latina neoliberalismos autoritarios y neoderechas reaccionarias muy peligrosas para los pueblos en general y para las democracias en especial.
Para ello seguiré el siguiente plan: partiré desde una definición “ideal”, luego seguiré analizando tres dificultades que hoy nos presenta nuestra democracia, para finalizar proponiendo tres vías superadoras de la realidad actual y algunas ideas metodológicas de acciones para nuestras organizaciones.
Tomemos para el análisis la siguiente definición de democracia: es “el gobierno de un pueblo libre que discute y decide con sus ciudadanos y sus trabajadores, los problemas que le atañen… en relación con la gente, la naturaleza, la cultura, la economía…En definitiva lo que atañe al bien común.”
En esa definición o aspiración ideal…parecería también vislumbrarse una aspiración socialista de concepción de la sociedad. Por tanto en un primer avance podríamos decir que parecería haber coincidencias entre algún tipo de democracia y el socialismo que hoy defendemos como partido.
Lo dicho en el párrafo anterior hay que traerlo a la realidad terrenal y concreta. Y cuando hacemos eso aparecen las zonas oscuras que llamaré dificultades de nuestra democracia, a saber: el relato, el voto, la clase política.
Con respecto al relato debemos decir en primer lugar, que el bien común ha de significar necesariamente cosas diferentes. Quién sustenta el relato hegemónico será el que diga esto es “el bien para todos”. Los ejemplos pueden ser varios: el subsidio transitorio, la renta básica universal, Impuesto solidario COVID 19, la Ley de Urgente Consideración, entre otros.
En segundo lugar el relato tiene el siguiente riesgo: la voluntad popular cuando no es auténtica puede ser fabricada conforme a técnicas de marketing… Es decir, el relato puede ser construido y diferir de la realidad.
El lingüista N. Chomsky nos aporta al análisis estableciendo que hay que “luchar en todo lo que se pueda en forma pacífica pues en el terreno de la lucha por la opinión pública es donde los pueblos son y van a ser cada vez más fuertes”…
Otra de las dificultades encontradas radica en que hemos identificado “la democracia” con “el voto”.
La gestión de gobierno entre elección y elección también hace a la democracia. Un gobierno que genere un estado ausente, mínimo, en definitiva empobrece la vida pública y va consolidando la preferencia por una vida individual, privada…
Ese individuo, no ciudadano (entendiendo como ciudadano alguien que participa activamente en la vida social y política de la comunidad) a través del voto, termina siendo juez de una gestión de gobierno… mira según sus intereses, y no con esa conciencia comunitaria que supone la definición de democracia…
El tercer problema es la clase política. La democracia se ha convertido en el gobierno de los políticos. Y ahí lo de clase política… la clase busca el interés de la clase, del grupo y no el interés colectivo. Es así que la democracia se ha corrompido.
Esta es una concepción instrumental del ciudadano, usado solo para que vote. No es el sistema democrático al servicio del ciudadano para que se desarrolle, se emancipe, se realice personal y comunitariamente.
El estudio hecho por Latinobarómetro evidencia que en la opinión pública la valoración de la democracia está a la baja. Quizá no sea la democracia, sino quizá sea esa democracia corroída por estas dificultades y otras como el clientelismo, el caudillismo, etc.
¿Qué hacer entonces para recuperar esa democracia que coincide con el socialismo?
Creo que el camino pasa por revisar a fondo el sistema democrático, no solo en lo político sino en otros ámbitos como la vida, el trabajo, familia, educación.
La opción es revisar a fondo y construir lo nuevo. Para eso propongo tres líneas metodológicas para nuestros grupos políticos partidarios.
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Conciencia de democracia.
Aquí es necesario visualizar el objetivo. Es decir, hacia qué democracia queremos ir y por dónde.
Arnulfo Romero (sacerdote muerto por los militares salvadoreños) hablando de la acción que debía hacer su iglesia elabora una frase que nos ayuda y que a continuación modifico manteniendo su sentido. Él decía que el mundo de los desprotegidos (niños, ancianos, adictos, personas en situación de calle, los que viven en soledad, desocupados…) nos enseña donde debe encarnarse la democracia para evitar la falsa universalización que termina siempre en connivencia con los poderosos. La liberación, la democracia verdadera llegará (no cuando todos sean destinatarios de los beneficios de los gobiernos…) llegará cuando (los desprotegidos, descartados) sean actores y protagonistas, ellos mismos de su lucha y de su liberación desenmascarado así la raíz última de falso paternalismo…
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Pedagogía política.
No alcanza con saber hacia dónde ir, hay que generar los instrumentos para poder llegar. Una de esas herramientas es la pedagogía política de liberación de la verdadera democracia que supone: organización política (lo territorial es clave), la formación de cuadros, la formación de nuestros dirigentes, de la militancia.
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Planificar.
Tener la meta, tener los instrumentos disponibles tampoco alcanza. Es necesario pasar a las acciones en el tiempo. Acción colectiva pensando no solo en la democracia política- electoral (no solo en las elecciones, en el electoralismo…) sino en la económica, en la cultural, social… en la vida de la gente. La política desde el socialismos no es una carrera, cargos, etc. No somos una clase política. Somos ciudadanos y ciudadanas con una enorme responsabilidad y vocación insertos en la trama social.
En síntesis, la Democracia coincide con socialismo cuando busca crear los cimientos para un ser humano nuevo, dueño de su proyecto de vida, en un país (conjunto de ciudadanos y ciudadanas) que comparten un proyecto y lo construyen a través de mecanismos de participación popular en los distintos órdenes del estado.
Enzo Malán Castro, Representante Nacional por Soriano, Partido Socialista de Uruguay