El Partido Socialista Sobre Las Recientes Decisiones Del Gobierno En Materia De Política Exterior
A pocos días de la Cumbre del MERCOSUR en Montevideo, y habiendo recibido las advertencias de los países integrantes del bloque, el gobierno anuncia que materializó su voluntad de adherir al Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico – TPP11.
TPP-11, es un acuerdo comercial entre Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. El verdadero impulsor del TPP 11 ha sido Estados Unidos, que, si bien se retiró del mismo en 2017, lo sigue considerando un espacio continuador del fallido ALCA y un mecanismo de eventual contención del avance chino en el mundo transpacífico.
La voluntad de adhesión de Uruguay fue inconsulta con los países del MERCOSUR, pero tampoco se realizaron las pertinentes consultas políticas internas y nunca se exhibieron estudios técnicos que fundamentaran dicha decisión.
El proceso de adhesión demora entre cinco y siete años y supone una serie de reformas normativas internas que posibiliten que las normas del tratado no sean obstaculizadas por disposiciones nacionales. No se trata de una negociación: se trata de hacer los cambios internos que el TPP11 establece, como una vía de ser aceptado como miembro. Entre los tópicos que serían condicionados por las reglas del TPP11 se incluyen agricultura, aduanas, bienes industriales, reglas de origen, textiles, servicios, servicios financieros, movilidad de personas de negocios, inversión, telecomunicaciones, empresas del Estado, ambiente, compras gubernamentales, derechos de propiedad intelectual, medicinas, comercio y trabajo, medidas sanitarias y fitosanitarias, y regulación comercial.
Si para un eventual TLC con China se montó un escenario mediático y se realizaron grandes anuncios –sin que se concretara nada hasta ahora-, con condiciones tan amplias y complejas como las exigidas por el TPP11, ¿no se debería haber convocado a todos los actores sociales, políticos y económicos del país?
En relación al MERCOSUR, parecería ser que todos los esfuerzos del gobierno están centrados en romper los acuerdos regionales. Desde la insistencia en la libertad de acción y asociación, los desplantes diplomáticos, el cierre de los consulados generales de frontera en Pelotas (RS.Br) y Paraná (ER.Ar) en plena pandemia y hasta la designación de un ciudadano con antecedentes penales como responsable de comercio en la Embajada uruguaya en Buenos Aires. La retracción comercial con China ha vuelto a poner los destinos mercosurianos como prioridad en los movimientos comerciales, sin embargo, el gobierno insiste en jugar con fuego.
El largo collar incluye perlas como acercamientos a gobiernos y gobernantes cuestionados o de dudosa calidad democrática, el apoyo electoral al destituido presidente del BID, el cambio de postura histórica de Uruguay a favor de la paz en Oriente Medio, los anuncios de abrir una oficina comercial en Jerusalem, ignorando una misiva firmada por 22 países árabes, la inoportuna visita del canciller turco y así podríamos seguir con una inagotable lista de desaciertos cuya única explicación es una excesiva ideologización de la política exterior y una desenfrenada necesidad de mostrarse útil a las políticas de los centros de poder de la derecha mundial.
El país no es una tabla de surf Sr. Presidente. Ud. fue electo, entre otras cosas, para conducir la política exterior de la nación en aras de la felicidad de sus habitantes.
El gobierno de Oribe se vio acosado por las deudas y las presiones internas y externas y con una meridiana claridad, manda a su ministro de Hacienda, Juan María Pérez, contestar al cónsul inglés Hood, “que nosotros no debemos vender el país, y que seremos pobres, pero decentes…”
La política exterior de un país es una responsabilidad seria, planificada, rigurosa; no depende de humores coyunturales ni se ata con alambre, pero por sobre todas las cosas, se trata de la defensa de los intereses auténticamente nacionales, sin vacilaciones ni obsecuencias. Hay que hacerse cargo.
SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES
5 de diciembre de 2022