Durante el día de hoy sesionó, de forma virtual, el Comité Central del Partido Socialista. Compañeras y compañeros de todo el país, comprometidos con la realidad de diversos territorios y frentes sociales, intercambiamos sobre la particular coyuntura que atraviesa el mundo, la región y el Uruguay, y sobre las principales tareas del Partido en el presente y el futuro inmediato.
EL COVID19 Y LA DESIGUALDAD MUNDIAL
A lo largo de la jornada, reflexionamos sobre los efectos que está produciendo en todo el mundo la pandemia por COVID19, desnudando y agudizando las peores facetas del sistema capitalista, con sus múltiples desigualdades e injusticias.
Lamentamos la gran cantidad de vidas humanas perdidas y volvemos a expresar nuestra indignación por la brutal desigualdad en el acceso a los servicios básicos y los sistemas de salud, al trabajo formal y la protección social, así como por la distribución inequitativa de las tareas de cuidados entre mujeres y varones y por todos los efectos de una injusta e injustificable división sexual de trabajo.
En un mundo donde más de la mitad de la población carece de servicios sanitarios esenciales y tiene escasa o nula protección social, se estima que entre 40 y 60 millones de personas caerán en la pobreza extrema este año y la mitad de la población económicamente activa podría perder el empleo. Mientras volvemos a ver como crecen las ganancias de unos pocos, los pobres se vuelven más pobres y se arruinan millones de trabajadores y de pequeños y medianos productores y comerciantes.
A su vez los niveles de inversión en salud pública, y las posibilidades de acceso a la tecnología, ya sea para el teletrabajo o la educación a distancia, así como la disponibilidad de otras herramientas por parte de los Estados para enfrentar la pandemia y sus consecuencias económicas y sociales, difieren notoriamente según regiones y condiciones de desarrollo, incrementándose también la desigualdad entre países.
EL CONTEXTO NACIONAL
Uruguay con las fortalezas que nuestro pueblo construyó y con los avances logrados a través de las políticas públicas durante los últimos años, enfrenta el riesgo sanitario y algunos de los efectos del confinamiento relativo de estos meses, con más recursos y fortalezas que otros países periféricos. No obstante, la situación social se deteriora aceleradamente, con más de 100 mil compatriotas que han caído por debajo de la línea de pobreza, reducción del salario real y un crecimiento explosivo de los seguros de desempleo.
Las políticas del actual gobierno en materia económica y social no han estado a la altura de los desafíos que nos plantea esta dura realidad que golpea particularmente a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Junto con todo el movimiento popular seguimos reclamando una decidida respuesta que incluya una política de ingreso ciudadano de emergencia para las y los trabajadores que han perdido su fuente de trabajo o han visto notoriamente afectados sus medios de vida.
LA EMERGENCIA SOCIAL Y LAS URGENCIAS ANTIPOPULARES DEL GOBIERNO
La solidaridad es hoy la tarea más urgente y nuestros territorios se han convertido en espacios esenciales de organización de recursos y alternativas a partir de los esfuerzos de la propia gente. Pero el aporte del Estado es insuficiente y si esta situación se sostiene en el tiempo costará mucho revertirla.
El elenco gobernante parece optar por seguir las recetas del manual que tenía definido antes de la pandemia, incluyendo decretos que recortan al barrer el gasto público, haciendo caso omiso a la realidad y a contrapelo de lo que definen la enorme mayoría de los gobiernos del mundo.
El discurso de gran parte de los actores de la coalición de derecha insiste con una supuesta herencia maldita, elude responsabilidades y agudiza las tensiones sociales y políticas imponiendo urgencias que no tienen nada que ver con la actual emergencia ni con la realidad de las mayorías sociales.
La ley de urgente consideración aprobada la semana pasada en el Parlamento es la evidencia más clara de esta decisión del gobierno. A pesar de la reducción de daños que hemos logrado a través de la denuncia pública y el trabajo parlamentario, con la aprobación de esta norma las y los ciudadanos uruguayos hemos perdido garantías y sólo se ven beneficiados sectores muy minoritarios que concentran ya mucho poder y riqueza. El modelo es claro: más concentración en pocas manos, afectación de derechos de las mayorías y de las libertades sindicales, y más represión para evitar la protesta social.
Lo que resulta todavía más grave es que esta política regresiva, cargada de dogmatismo ideológico, se aplica con la cobertura de una supuesta intención de garantizar seguridad y prosperidad, apelando a un concepto totalmente distorsionado y selectivo de la “libertad”, mientras las acciones y las omisiones del gobierno producen todo lo contrario de lo que se proclama. Todo esto conduce inevitablemente a una pérdida de calidad democrática en el país.
LAS ELECCIONES DEPARTAMENTALES Y MUNICIPALES DE SETIEMBRE
En este contexto encararemos las próximas elecciones departamentales y municipales del mes de setiembre. Al respecto reafirmamos nuestros objetivos de mantener y ampliar la presencia del Partido Socialista y el Frente Amplio en los gobiernos departamentales y municipales de todo el país, y nuestro compromiso con la profundización de la descentralización y la participación ciudadana que siempre hemos impulsado. En medio de esta crisis la actitud de los gobiernos de segundo y tercer nivel, con sensibilidad social e iniciativa, será clave para enfrentar esta difícil coyuntura.
LAS TAREAS DE LAS Y LOS SOCIALISTAS URUGUAYOS
A partir del análisis que hemos realizado, definimos las que consideramos son las principales tareas de las y los socialistas uruguayos en esta coyuntura:
1) Seguir respondiendo con solidaridad organizada a la emergencia y el deterioro de las condiciones de vida de nuestros compatriotas y profundizar nuestra política de humildad, escucha, articulación en el territorio y los frentes sociales. Estas líneas de trabajo deben estar siempre orientadas a la promoción de la dignidad humana y a la organización de la clase trabajadora y los sectores populares, reivindicando la acción colectiva y cerrando brechas entre la política y la sociedad;
2) Seguir proponiendo alternativas a la política del actual gobierno, con la disposición de contribuir a revertir un rumbo que consideramos absolutamente equivocado y muy negativo para las mayorías sociales;
3) Realizar una oposición honesta, coherente y valiente, fiel a nuestro proyecto y a los intereses de los sectores que representamos. Esto implica desenmascarar las verdaderas intenciones y efectos de las políticas del gobierno, continuar y profundizar el proceso de revisión autocrítica que desde nuestro Partido hemos comenzado -examinando los errores y desviaciones que cometimos en los 15 años de gobiernos nacionales frenteamplistas-, y confrontar el discurso falso de la “pesada herencia” con el que se quiere justificar la batería de medidas antipopulares que se están tomando;
4) Propiciar un verdadero proceso de crítica y autocrítica en el seno del Frente Amplio, alejando de cualquier lógica cupular, generando y convocando los ámbitos que permitan la máxima y más abierta participación democrática de la militancia frenteamplista y del conjunto de la sociedad;
5) Proponerle al Frente Amplio y al conjunto del movimiento popular la creación de un espacio de coordinación entre todas las organizaciones sociales y políticas que se oponen a este modelo, que tenga entre sus primeras tareas el análisis y la difusión de las consecuencias de la ley de urgente consideración, recientemente aprobada, evaluando en unidad los caminos a tomar para enfrentarla;
6) Desplegar nuestros mayores esfuerzos de cara a las elecciones departamentales y municipales del mes de setiembre, poniendo el eje de nuestra propuesta en la revalorización de la política y la respuesta del Estado y la sociedad a las urgencias reales de nuestro pueblo. Esta tarea resulta fundamental para la defensa del proyecto frenteamplista;
7) Continuar articulando esfuerzos a nivel internacional para realizar acciones coordinadas con fuerzas hermanas de la región y el mundo frente a la actual realidad global, denunciando la creciente desigualdad capitalista y gestando alternativas.
APROBADA POR UNANIMIDAD