En el artículo anterior, realicé un análisis de la primera parte de la actividad “Con Daniel en Casa”, en la que los exponentes compartieron una anécdota de cómo conocieron a Daniel en el Partido Socialista y, a su vez, qué recuerdo querían compartir que vinculen a ambos. En la segunda parte, la actividad constató de una exposición de motivos de por qué Daniel era el candidato apoyado para la Presidencia de la República, tanto en términos programáticos como humanos.
“No hay democracia si no es sobre la base de la solidaridad”
Al igual que en la primera parte, fue el Secretario General del Partido Socialista, Gonzalo Civila, quien comenzó con esta rueda. Civila comenzó remarcando la importancia de “pensar un proyecto político que se sustente en los valores de la Solidaridad y la Democracia” y, en ese sentido, sostuvo que “no hay democracia si no es sobre la base de la solidaridad”. Al respecto, Gonzalo trajo a colación el recuerdo de Emilio Frugoni, quien hablaba de la importancia de pensar a la democracia en un plano de desarrollo que abarque desde el terreno político hacia la economía, la sociedad y la cultura. Así, enfatizó en la importancia de pensar un proyecto que sea “auténticamente democrático”, bajo las premisas de ser “más justo, menos violento, sin exclusiones”. Luego, Civila hizo hincapié en entender a la Democracia y la Solidaridad como “un binomio indisoluble para que la democracia no caiga en un concepto vacío”. Así, recordó como bajo el rótulo de democracia tenemos un modelo que “entiende a las mujeres como un objeto y no como sujetos” y a “las trabajadoras y trabajadores como objetos y no como sujetos de cambio social”.
Enmarcado en el punto anterior, el Secretario General remarcó la necesidad de un “gran debate sobre el socialismo”, con el fin de aportar a la “riqueza del debate de ideas” para el Frente Amplio. Al respecto, continuó detallando tres grandes desafíos de nuestra sociedad actual: la seguridad, el empleo y “el mundo físico, al que le estamos pidiendo más de lo que puede dar”. De cara a estos desafíos, Civila expresó la necesidad de “unir, no fragmentar” por parte de la izquierda y agregó: “sería muy arrogante pensar que sólo desde nuestro partido se puede luchar por esas ideas”.
“Una economía pensada en clave de la clase trabajadora”
Así, fue el turno de desarrollar el eje de “una economía pensada en clave de la clase trabajadora”, punto que tuvo al ex ministro Daniel Olesker como exponente. En ese sentido, Olesker expresó que su intención era desarrollar una visión de la cuestión desde la historicidad, con una perspectiva de pasado, de presente y de futuro. De esta manera, comenzó señalando el vínculo más tradicional que hacemos acerca del Golpe de Estado, a partir de su “sanguinaria cuestión represiva”. Remarcó la necesidad de no olvidarnos que “también fue un proyecto de clase”, en el cual se trabajó “para bajar los derechos laborales de los trabajadores y transferir 4.000.000 de dólares del trabajo al capital”. A su vez, enfatizó en que el Golpe de Estado “tuvo su continuidad, en términos económicos, en los 90’, cuando se consolidó este modelo liberal, aperturista, concentrador y excluyente”, y asoció esos modelos económicos a los gobiernos de Lacalle Herrera y Sanguinetti. Olesker se refirió al período de los años entre 1967 y 2005 a partir de un criterio que podía verse en común a lo largo de los gobiernos que sostuvieron este modelo económico: un ajuste concretado sobre la base de los derechos de los trabajadores, es decir, “deliberadamente se reducía el salario real”, más allá de que estos períodos tuvieron sus etapas de crecimiento económico. Luego, refiriéndose al presente, Olesker expresó que es claro que hubo un “enorme cambio del FA con respecto a la realidad de la clase trabajadora”. Así, el ex ministro sostuvo que a través de los gobiernos del Frente Amplio “demostramos que el cuento no era así; que se podía repartir y mejorar el salario real”. En ese sentido, Olesker refirió a los años 2006-2007, donde “después del colapso tomamos la decisión de recuperar lo perdido”. Al respecto, se refirió a cómo desde el Poder Legislativo el FA impulsó 33 leyes sobre derechos de trabajo, en los que se incluye la “negociación colectiva, las tercerizaciones, trabajador rural y el trabajo doméstico”. Acerca de la protección social, Olesker se refirió a dos conquistas: la salud para él y su familia y la asignación laboral (que en ese entonces era sólo para el trabajador formal). En síntesis, acerca del presente, Olesker remarcó que “la clase trabajadora ha aumentado su participación económica en el ingreso: ha mejorado sus derechos y ha obtenido un sistema de protección social que lo cubre de los principales riesgos de la vida cotidiana”.
Por último, y en referencia hacia el futuro, Olesker sostuvo que vé a “las cámaras empresariales envalentonadas”, principalmente por la situación regional y la “situación económica que se ha reducido en su crecimiento y ya no aguantan redistribuir”. “Cuando uno lee el documento que presentaron las cámaras, entiende que van por todo”, es decir, por el salario, los derechos y la protección social. Así, Olesker concluyó refiriéndose a los compromisos de su eventual trabajo en una tarea parlamentaria, así expresó: “vamos a defender el salario real, los derechos de los trabajadores y la protección social a capa y espada en el Ejecutivo, donde esperemos que Daniel asuma ese rol, pero también en el Senado, en Diputados, en lo Sindical y en el Cooperativismo”.
“Aflorar e interpelarnos como Partido que trabaja con la gente”
En tercer lugar, fue el turno de la militante social Doris Rodríguez, quien comenzó cuestionando “cómo rescatar la historia de las mujeres”. En ese sentido, Rodríguez sostuvo que “eso lo hemos aprendido con las ex-presas políticas”, y referenció el trabajo realizado en el Municipio F de Montevideo, con el penal de Punta de Rieles, cuando en el 2000 a través de talleres con dicha población se dilucidó la “mayor y profunda inequidad que sufren las mujeres”, enfatizando la necesidad de “volver a decir que el PS debe estar en esta nueva historia”. Sobre estas inequidades, expresó que “son tantas”, y reflexionó a partir de la Ley de Violencia de Género, el Matrimonio Igualitario y las leyes de cuotas para discapacidades, trans, afros, remarcando que aún “quedan cosas por hacer”. Por ello, de lo que se trata, para Rodríguez, es de “tratar de llenar el otro vaso”, y recordó a la autora feminista norteamericana Clarissa Pinkola Estés, quien expresó: “Los muros están para que las mujeres empecemos a revolucionar; porque así debemos escribir la historia de lo que nos pasa”.
Luego, Rodríguez recordó cuando en el Comunal 9 de Montevideo se generó una instancia con la ganadora del Premio Nobel de la Paz, la activista guatemalteca Rigoberta Menchú. Desde su experiencia, como mujer e indígena, se evidenció la cuestión de clase latinoamericana, “repudiada por pobre, por india”. Y este recuerdo sirvió para recordar que Menchú les dijo a las presentes: “habrá marimba y habrá cuyá”, cuando las inequidades dejen de estar. “El conocimiento de las discusiones están” – dijo Rodríguez – “pero tenemos que ir más a lo profundo”. En ese sentido, se refirió a distintas leyes que otorgan derechos a las mujeres, pero cómo en la práctica ese vaso “no está lleno”, siendo claro el ejemplo brindado por la existencia de una Ley de Salud Mental que lamentablemente no es suficiente para evitar “los suicidios que no podemos sostener”. Así, Rodríguez concluyó sobre las leyes que debemos profundizar en ellas una visión de contención, de humanidad, de “aflorar e interpelarnos como Partido que trabaja con la gente”. Para ello, se vuelve indispensable rever “los controles que no hacemos” y remarcó: “eso es ética; cómo vamos a decirle a la ciudadanía que somos confiables”.
“Las condiciones de vida de mucha gente cambiaron, pero falta profundizar un cambio cultural”
El cuarto turno lo tuvo la Secretaria General de la Juventud Socialista, Lucía Zapata, quien comenzó refiriéndose a la candidatura de Daniel Martínez, y sostuvo que “militar por un candidato que fue joven socialista, siendo incluso Secretario General” es algo que “nos llena de orgullo” y agregó que Martínez es una persona que “dice, pero sobre todo hace”. En ese sentido, Zapata sostuvo que es una visión compartida con el candidato que “más jóvenes y más mujeres hacen mejor democracia”, en el afán por “sostener ese valor tan caro que es la democracia”. En ese sentido, también se refirió al “desafío bastante grande” que significa “hablarle a una población que vota por primera vez”, para la cual el Frente Amplio constituye el “status quo”. A su vez, eso implica que “naturalizamos un montón de derechos que antes eran la utopía”, en la que la “democracia viene ganada”, remarcando la importancia de cuidar “los derechos y los cambios en la calidad de vida de la gente”, y sostuvo que “la Región lo muestra”. Por otro lado, Zapata se refirió a la necesidad de pensar la campaña “cómo hacer para luchar contra la visión punitivista”, sin olvidar que también el FA “ha tenido posturas no tan felices al respecto”. Zapata remarcó así la importancia de los jóvenes en la política: interpelarnos en el objetivo de “replantearse este sistema en el que estamos inmersos”. Por último, concluyó que “las condiciones de vida de mucha gente cambiaron, pero falta profundizar un cambio cultural”.
“No hay verdadera democracia si no hay igualdad en el punto de partida”
Por último, fue el turno de cerrar la actividad por parte del candidato presidencial. Martínez comenzó refiriéndose a la redistribución de la riqueza, con dos puntos de inflexión: los consejos de salarios y la reforma tributaria. En ese sentido, Martínez remarcó la importancia de hacer los cambios con la gente, “militando desde la presencia y la cercanía, sin iluminismo sino construyendo sociedad organizada y participación popular”. Así, Martínez hizo hincapié en la importancia del protagonismo de los trabajadores. Sobre la cuestión del feminismo, reflexionó sobre la discriminación del hombre sobre la mujer. Al respecto, contó que creció en el seno de una familia patriarcal y conservadora, pero “desde chiquito me eduqué, aprendí en lo cotidiano y el amor a mi compañera, a mis hijas, que esta sociedad es patriarcal, discriminadora y que no ofrece oportunidades”. Martínez reflexionó también que “en una sociedad socialista no puede aceptarse ninguna forma de discriminación”, siendo la discriminación de las discapacidades “una de las más invisibilizadas”, expresó. Por último, y de cara a los desafíos que implicaría trabajar un próximo gobierno frenteamplista, Martínez sostuvo que “no hay verdadera democracia si no hay igualdad en el punto de partida” y, en ese sentido, yace el desafío de entender que “el poder seduce, pero es necesario trabajar con gente que entienda la importancia de trabajar con los demás”. Así, concluyó afirmando que “de lo que se trata es saber hacia dónde uno va” y que “estamos avanzando en un proyecto político que solucione la vida de la gente para hacer valer ese principio de la Constitución que sostiene que todos somos iguales”.
Nicolás Iván Mederos Turubich*,
*Docente de Filosofía, Militante de la JSU – “La Quinta Brigada”