Proyecto de cambio de paradigma en salud mental llega al Parlamento con voluntad política para rápida aprobación
El ministro Jorge Basso confía en el rápido tratamiento y aprobación parlamentaria del proyecto de Salud Mental, que el martes 11 ingresará a la Cámara de Senadores tras un proceso de elaboración que incluyó el diálogo con todos los partidos. Este “cambio de paradigma” en el modelo de atención de quienes padecen psicopatologías incluye el cierre de colonias psiquiátricas y un tratamiento más inclusivo.
El progresivo cierre de las colonias psiquiátricas es uno de los pilares del proyecto de ley de Salud Mental que fue aprobado en la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores y que el martes 11 ingresará al plenario de ese cuerpo para su valoración y, en caso de aprobarse, ser enviado a la Cámara de Diputados.
Una vez que se convierta en ley, que según las autoridades es un hecho por las coincidencias previas, ningún paciente más podrá ser ingresado a las colonias y comenzará un proceso de reubicación de las personas allí internadas hasta ese momento para concretar el progresivo cierre y fin de ea modalidad asistencial.
Entre las cuestiones a resolver en ese sistema está la atención a las personas con trastornos mentales que son derivados por la justicia, aspecto en el que se trabaja con entre ambos poderes.
“Es fundamental la voluntad política, no mirar para un costado, y este Gobierno quiere resolver el tema de forma definitiva”, explicó el ministro Basso, tras participar del lanzamiento de la campaña denominada “Cortemos con los prejuicios”, en el marco de la celebración del “Mes de la Salud Mental”.
Esta iniciativa surge de la Comisión Honoraria del Patronato del Psicópata (CHPP) y de la Fundación “Caminantes”, compuesta por familiares de pacientes psiquiátricos. Cuenta con el apoyo del Ministerio de Salud Pública (MSP), de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y de la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay.
En ese contexto, el titular del MSP se refirió a lo que fue el proceso de elaboración del proyecto, que comenzó con el diálogo con todos los partidos con representación parlamentaria en busca de alternativas.
Basso dijo que existe consenso para un tratamiento rápido en las dos cámaras legislativas.
Consideró, además, que ese es el rumbo a seguir, el de las transformaciones tanto institucionales, como de comunicación y formación sobre la base del cambio social. “Estamos construyendo la gestión del cambio”, sostuvo.
Empero, admitió que el tema es complejo y que como tal es de difícil solución. El ministro entiende que la manera de comenzar a resolverlo es iniciando un proceso donde todos se sientan escuchados y así se está haciendo.
Uruguay tiene instalados modelos hegemónicos fuertemente consolidados que estigmatizan a muchas poblaciones, como quienes padecen patologías mentales, a los adultos mayores, a las personas con discapacidad, señaló Basso.
“La respuesta no debe ser solo sanitario-asistencial, sino que requiere de un abordaje intersectorial que comprenda tanto al sector público como al privado”, indicó.
“Vamos hacia cambios de paradigmas en el modelo de atención de personas con trastornos mentales y ello no será sencillo”, reconoció.
“Pero hay voluntad política. No vinimos a ‘hacer la plancha’, vinimos para transformar el modelo”, agregó.
El proyecto
El proyecto de ley de Salud Mental se centra en dos pilares: modelo de atención y derechos humanos.
El responsable del programa de Salud Mental del MSP, Ariel Montalbán, explicó que lo que se tiende es a un modelo de atención comunitaria, apoyado en el de recuperación.
Esta transformación que se propone implica que la persona esté internada el menor tiempo posible, que sea atendida por un equipo, que se le de continuidad en la atención en lo que son las estructuras ambulatorias de policlínicas con equipos especializados, en centros de rehabilitación.
También que se le dé el apoyo necesario, por ejemplo, en un hogar de medio camino (si la persona no está aún en condiciones de reintegrarse a su vida familiar) o en residencias con distinto grado de apoyo de acuerdo a su discapacidad, la que puede ir variando en el tiempo.
“El modelo actual es estático. La persona es cuidada y asistida. El modelo al que vamos promueve la mayor autonomía posible, con estructuras y dispositivos alternativos a la atención asilar. Es inclusiva”, argumentó Montalbán.
La transición de un modelo al otro es, para el especialista, “el gran tema”.
“Todos somos conscientes de que esa transición es fundamental y nos amparamos en experiencias internacionales similares”, apuntó.
Montalbán añadió que esa transición “debe ser muy medida” y en eso se trabaja.
En ese proceso, ASSE jugará un rol importante por su condición de pionera en el tema y por liderar las transformaciones en el área, agregó.
Indicó, además, que se apunta fundamentalmente a la sensibilización de la población, a la generación de estructuras alternativas y a la capacitación del recurso humano, especialmente de quienes trabajan en los equipos de salud mental del primer nivel de atención. Esto implica aumentar la resolutividad de ese primer nivel.
Uno de los problemas claramente detectados es que cuando una persona es atendida en un nivel de mayor complejidad, luego queda atrapada en él, pese a que su situación podía resolverse en un nivel más general, advirtió Montalbán.
Fuente: Presidencia
6 de octubre 2016