Carolina Cosse: “La política siempre vivió en mi casa”.

Llega vestida de azul, con ropa práctica pero bien arreglada.
Al sentarse, desprende confianza e interés, mantiene la espalda recta inclinándose ligeramente hacia adelante. No se encorva ni cruza las piernas.
Mueve las manos con naturalidad acompañando sus palabras. Nunca las cruza. Su tono de voz es suave, pero firme. Piensa antes de responder, es reflexiva sin perder espontaneidad. Baja la guardia cuando recuerda la lucha por la democracia y se emociona. Tiene la mirada fija y profunda, hace contacto visual al responder y escuchar. En ocasiones, su mirada se torna soñadora… cuando hace referencia a la ciudad del futuro. Parece relajada, aunque tiene sus movimientos bajo control. Ceba mate durante la entrevista y comparte… aunque no permite que otro cebe su mate.

Montevideo 1961, ¿Cómo describirías tu infancia en la ciudad?

Tuve una infancia feliz, muy feliz. Soy de un hogar de clase media baja, muy humilde y tengo el recuerdo de mi abuela cocinando. Mis padres separados desde que yo era muy chiquita aunque jamás recuerdo una pelea entre ellos, salíamos juntos a pasear. Dos padres muy buenos. Una infancia feliz en el barrio, en la escuela.

¿Cómo esa chica de barrio, hija de un actor y de una profesora de historia empieza a fascinarse con la Ingeniería?

Bueno, entré a la escuela con mucho miedo por las matemáticas, mi mamá les tenía mucho miedo y ella estaba nerviosa porque a mí me fuera mal, entonces me los trasmitía (ríe). En la Escuela me empezó a ir bien en matemáticas, fue mi maestra de segundo año, cuando yo tenía 7 años, la que me hizo enamorarme de la matemática y sus misterios. ¡Si será importante el rol de la educación y de las maestras! A partir de ahí siempre me gustó y llegó un momento, cuando estaba terminando el liceo, que me gustaba todo y no sabía que elegir, y en principio me incliné por Arquitectura, pero el día antes de la elección me fijé que había una sola matemática, casi me vino un ataque, porque en Ingeniería había tres y entonces hice el trámite para cambiarme. Y de ahí en adelante nunca me arrepentí.

¿Cuándo empieza tu socialización política?

La política siempre se vivió en mi casa. Mi abuelo se murió cuando era muy niña, era integrante del Partido Comunista, fue el único integrante del Partido Comunista en Cerro Largo durante muchos años, en la década del 50, y pese a haberse muerto cuando era muy niña, el aura de lo que había sido mi abuelo, un granjero que repartía el producto de su granja con los peones, esa mística estaba en mi casa. Mi papá siempre fue una persona de izquierda y en mi casa sufrimos el golpe de tener familiares presos, familiares muy cercanos (mi tío y primas de mi madre). Tengo el recuerdo vivencial durante mi infancia de lo que implicaba ver a mi madre y mi tía organizarse para ir a visitar a mi tío a los cuarteles, cosa que en aquel momento implicaba viajes nocturnos a Salto, llegar al cuartel y enterarse que lo habían cambiado de cuartel y quedar en la nada. En fin, viví a flor de piel esas situaciones traumáticas. Viví la represión, a veces invisible de la dictadura, la cuestión de la disciplina por sí misma. Por ejemplo, la absurda disposición de que las mujeres debíamos ir al Liceo con vincha, ósea un conjunto de caprichos que hacían a la vida cotidiana y que estaba signado por la obediencia, porque si no te ponías la vincha no entrabas. Mi padre no podía venir, estaba prohibido en Uruguay, los mismos compañeros le decían; “no vengas”. Recién sobre el final de la dictadura empezó a venir. Luego el tema del NO y la experiencia de plebiscito del 80, después las elecciones internas del 82, ahí yo ya estaba en Facultad y cuando me reenganche después de haber tenido dos nenes, lo hice con la generación 83. Yo había dejado una Facultad helada de miedo, y después fui parte de una generación que estaba quebrando ese hielo con su militancia y participación.

¿Cómo se vincula la Ingeniería y la política?

Una de las cosas que decíamos los estudiantes, cuando luchábamos contra la dictadura y la intervención de la Facultad era, “no dejes que te hagan un ingeniero de cartón”. No te vuelvas un ingeniero de cartón, esa era una de las cosas que decíamos. También planteábamos que la carrera tuviera más de ingeniería y menos de administración. Incluso logramos un cambio de plan con la incorporación de materias científicas a la carrera. ¿Cómo se vincula la ingeniería con la izquierda? Creo que cualquier profesión se vincula desde el momento en que lo que estamos haciendo es para que la gente viva en un mundo mejor. Cuando estás en ingeniería buscándole una solución a algo, o estás rozando el invento, cuando se te están ocurriendo cosas nuevas, cuando te entusiasma encontrar nuevas soluciones, todo eso termina siendo usado o al servicio de las comunidades.

Mujer, madre, Ingeniera y política, ¿Qué significa ser mujer? ¿A qué trabas y prejuicios te enfrentaste y te enfrentas hoy?

Yo disfruto plenamente mi condición de mujer. Soy madre, mis hijos son mis amores, me gusta la carrera que elegí, la política para mí es muy importante, pongo gran parte de mi energía en ella. De verdad creo que la facultad es una facultad que no discrimina, quizás lo que tendría que hacer (y ahora lo hace) es salir más hacia afuera, para quitarse ese estigma de que es una carrera para hombres. Y lo están haciendo, el día de las jóvenes en las TICs, hay una invitación a Liceos de que lleven a estudiantes jóvenes y son atendidas directamente por las científicas de la facultad y hacen experimentos ahí juntas. Eso es central, la facultad saliendo y generando que las niñas no le tengan miedo. El plan ceibal es clave para eso, porque les dio la misma herramienta de futuro a niñas y niños. Ahí hemos avanzado mucho. Igualmente tenemos que avanzar mucho más, cuando hay firmeza en una mujer se la asocia con un estigma, cuando la hay en un varón se lo asocia con lo correcto, con la autoridad.

Momentos importantes de nuestra historia reciente.
¿Cómo viviste la asunción de Sanguinetti en 1985?

Qué momento, porque los jóvenes del Frente Amplio habíamos puesto todo para luchar contra la dictadura y después desplegamos una enorme militancia en las elecciones, con Seregni proscripto y otros candidatos también, era una democracia renga. Para muchos era nuestra primera experiencia electoral. La noche de las elecciones yo espere los resultados en el centro, de bar en bar, con mi padre y unos amigos de él, veteranos de la política, y cuando se vio que el Frente Amplio no ganaba, se me vino el mundo abajo, y ahí mi padre y sus amigos veteranos me contuvieron y me hablaron de lo que implica militar, y para que lo hacemos.

¿Cómo viviste y recuerdas la elección de 2004?

Octubre del 2004… una explosión (se emociona). Yo estaba trabajando fuera del país y en ese momento no pude votar, y mi hijo desde acá, con la precaria internet que teníamos en Uruguay en ese momento, me mandaba fotos, y me hacia escuchar por su celular, y veía y me contaba. Fue maravilloso.

¿Cómo viviste la elección de 2019?

Con mucho orgullo, por nuestra juventud y por nuestra militancia.

¿Qué significa ser frenteamplista?

Hay frases muy dichas, pero significa “que nada de lo humano te es ajeno”. Que el otro te importa, que no solo te importas vos. Que buscamos trascendernos, ir más allá de uno mismo. Y acción, no solo quedarse en la fabulación sino hacerlo, y animarse. Hicimos cosas que parecían imposible, el Frente Amplio hizo cosas que parecían imposibles: el plan ceibal, la fibra en el hogar, cambiar la matriz energética, la reforma de la salud…

¿Qué significa Montevideo en tu vida?

Montevideo es testigo de la parte más feliz de la vida de mucha gente, es donde vivimos nuestra infancia y juventud, ¿quién no recuerda con cariño el barrio donde se crió? Es la posibilidad de construir hermosura en conjunto.

¿Cómo imaginas el Montevideo del futuro?

Lo imagino más justo, más humano y del siglo XXI. Y esto es posible.

¿Cuáles son los problemas centrales de Montevideo hoy?

El problema más grave que tenemos son los asentamientos. Capaz que no es el problema más visible pero es el problema más difícil de resolver, debemos construir una política de aproximación territorial y no solo en el asentamiento sino en la zona circundante. Estamos trabajando en eso.
Y después creo que existen cosas que son oportunidades muy grandes, que tenemos que poner a actuar en conjunto que van a ir rodeando esos problemas. Por ejemplo, me imagino una Montevideo luminosa, hoy tenemos 87 mil luminarias, solo el 2 % es LED, creo que debemos ir a 100 mil luminarias y todas LED, y creo que tenemos que hablar de iluminación en lugar de alumbrado porque la iluminación es una cuestión mucho más interesante, alumbrar veredas, edificios. Y eso es una de las cosas que de afuera hacia adentro nos va a ir permitiendo cercar los problemas más graves. Una resignificación del espacio público, desde que salís de tu casa y durante todo el día y todo el tiempo tienes contacto con cosas con la que la Intendencia tiene que ver, la calle, el transporte, cuando vas a tirar un papel a la basura, caminando por la rambla, andando en bicicleta o en auto. Todo el tiempo la intendencia esta interactuando contigo por lo tanto hay que ser consciente que el espacio público es eso.
Me preocupa el tiempo de transporte, quiero bajarlo por lo menos a 30 minutos promedio, creo que se puede y que no hay una solución única. Hay que tener una visión sistémica, humana y compartida, con mucha participación. Todos tenemos que entender, los municipios, las organizaciones vecinales y barriales que si tenemos que hacer un cambio en un recorrido por Pocitos eso va a afectar al tiempo de recorrido de La Teja por decir algo. Y para eso tenemos que hacer participar ciudadanía, y comunicar muy bien.

Te apoyan muchos sectores, entre ellos algunos de los Partidos fundadores del FA, como el Partido Socialista. ¿Qué significa para ti ese apoyo?

Bueno, es un honor difícil de explicar, invaluable. Es un partido de más de 100 años, de izquierda, fundacional del Frente Amplio, con unos referentes monstruosos. Es el partido de Paulina Luisi, de Azucena, de Circe Maia, de Trías, Frugoni, ¡fah!, es una gran responsabilidad. Y también es el Partido de Tabaré…

En caso de ganar la elección, ¿Cómo imaginas la relación con el gobierno nacional de Lacalle?

El problema en el vínculo con el gobierno nacional no lo voy a tener yo, creo que es un tema de toda la ciudadanía. Como intendenta lo que voy a poner siempre en el centro son los intereses de la ciudadanía. Y voy a invitar siempre al gobierno nacional a participar en proyectos que tengan que ver con la mejora en las condiciones de vida de las personas, y estoy dispuesta a participar en proyectos del gobierno nacional si están del lado de la mejora de las condiciones de vida de las personas.

Cuestionario:

¿Un libro?
De Mario Delgado Aparaín, “No robarás las botas de los muertos”, sobre la heroica Paysandú, bien escrito, documentado y con vigencia.

¿Una película?
Sugiero leer antes el libro, pero recomiendo de Stanly Kubrick “2001: Odisea del Espacio”.

¿Una Serie?
Westworld, una serie para pensar y meditar y meditar. En un tema como la inteligencia artificial tiene mensajes y cuestionamientos profundamente humanos. En un momento donde la inteligencia artificial atraviesa nuestra vida cotidiana ayuda a que vayamos prendiendo las capacidades de reflexionar sobre la ética y la humanidad.

¿Una canción? A Redoblar

¿Un lugar de Montevideo?
Hay muchos. El monumento histórico por excelencia de Montevideo no puede ser uno solo. El monumento histórico es la rambla, que fue una decisión política revolucionaria en su momento, realizada entre 1923 y 1935. No puedo dejar de nombrar el Barrio de la innovación alrededor del Antel Arena, El Botánico que es hermoso. Existen muchos lugares hermosos en Montevideo.

¿Un recuerdo que te genere nostalgia?
Piensa y ríe. No soy una persona de estar atada a la nostalgia, pero si al cariño. No siento anhelo por el pasado, siento mucho cariño y afecto. Recuerdo que un día estábamos caminando con una amiga cerca de la Facultad de Arquitectura por donde vivía Seregni, y nos encontramos de casualidad con él y le pedimos un beso y fue muy cálido.

Rueda de reconocimiento.

Líber Seregni: Un grande de nuestra historia.

Julio María Sanguinetti: Un político de derecha.

Gonzalo Civila: Un valiente socialista.

José Mujica: Un gran pensador.

Laura Raffo: Es candidata por la coalición de derecha.

Luis Lacalle Pou: El presidente electo.

Tabaré Vázquez: No hay palabras, no tengo palabras para definirlo.