Compañero y amigo del Prof. Carlos Machado desde su primera juventud, en reciente oportunidad distinguí tres momentos de una larga relación entrañable, con la que inicio esta semblanza para la web de nuestro Partido:
Su ingreso hasta su exilio en Argentina. No tendría más de 15 años (comienzos de los 50 del siglo pasado), cuando un día, cual Eduardo Galeano, apareció en la Casa del Pueblo para incorporarse al PS. Conversando con él, los jóvenes socialistas que le atendimos nos dimos cuenta de su singular valía. Lo afiliamos a las Juventudes Socialistas (JJ.SS.), como entonces se denominaba a la organización juvenil del PS, donde militó activamente, ocupando prontamente la Secretaría Internacional, escribiendo al poco tiempo una página semanal en “El Sol”, “La ventana indiscreta”, con varias y ricas pequeñas notas sobre los más diversos temas de la coyuntura mundial. Hacia fines de la misma década citada, ya era un reputado militante del PS y al comienzo de los 60, integró la pléyade de militantes que conformaron la nueva mayoría de la dirección partidaria, con Vivian Trías al frente de la Secretaría General, sustituyendo al fundador del PS, Emilio Frugoni, de excepcional magisterio desde la fundación partidaria de 1910, que supo de inolvidables precursores. Ese cambio fue precedido por una serie de Congresos Ordinarios en los años 50 (cada dos años), con cambios que hemos denominado, sin pretensiones, de carácter refundacional, con un muy especial aporte de Machado a través de su militancia, su labor periodística y sus cursos. En esos años y hasta 1974, fue un respetado dirigente del PS, ocupando durante bastante tiempo su Secretaría Internacional. En este último año, fue apresado y vejado por las Fuerzas Conjuntas, en los albores de la dictadura cívico-militar por entonces encabezada por Bordaberry, a raíz de lo cual, en acuerdo con la dirección partidaria clandestina, decide exiliarse en Buenos Aíres, hasta su reciente muerte.
Su largo exilio porteño. En Buenos Aires se le esperó con el primer Comité del FA en el exterior encabezado por el ex Rector de UDELAR, el inolvidable Ing. Oscar Maggiolo y un creciente núcleo de socialistas uruguayos. Carlos se incorporó a estas nuevas tares socialistas en el exilio, con talento y entereza, representándonos ante diversas organizaciones argentinas solidarias (que fueron muchas del amplio espectro democrático de Buenos Aires: partidos de izquierda, organizaciones políticas y sindicatos peronistas, radicales, intransigentes y otros). Cuando, también en acuerdo con la dirección clandestina del PS, (“los queremos militantes y no mártires” como nos repetía el también inolvidable compañero José P. Cardoso), algunos tuvimos que dejar Argentina en virtud del feroz golpe militar de 1976, Carlos y otros optaron por quedarse, y realizar una cuidadosa militancia, él replegado en sus clases y sus estudios permanentes cobijado por queridos amigos y discípulos argentinos y uruguayos. Así se mantuvo hasta la caída de la dictadura argentina (1983) y la uruguaya (1985). Machado, prefirió permanecer en Buenos Aires que se fue convirtiendo, por esos años y los que vinieron después, en su ciudad admirada y preferida.
Su vuelta a nuestro país. En 1996, ya constituida la Fundación Vivian Trías el año anterior, se decidió rescatarlo para la cultura nacional-popular y socialista, ofreciéndole dictar cursos y dirigir talleres en la institución recién fundada. Con enorme sacrificio y su excepcional talento y sabiduría, inició la que fu su etapa final en nuestro país, viajando a Montevideo, una semana si y otra no, para dictar, finalmente, tres cursos diferentes, miércoles, jueves, y viernes, y un taller los sábado, sin olvidar la acogida solidaria que le brindaron en sus casas, entre otras, la de Eduardo Galeano y Helena Villagra y la de Naguy Marcilla.
El año pasado, la Fundación Vivian Trías, resolvió presentar la candidatura del Prof. Carlos Machado, al Gran Premio Nacional a la Labor Intelectual. En equipo, se hizo su presentación, que aporta un cuidadoso estudio sobre la vida y obra de Machado, que con pequeña correcciones, transcribimos a continuación:
“Nació en Montevideo, Uruguay, el 5 de noviembre de 1937.
“Profesor de Historia desde 1959, tras cursar en el Instituto de Profesores Artigas (IPA); ganó la efectividad por concurso en 1963. Fue docente en el IAVA, el Liceo 14 (Montevideo), en Migues y en Las Piedras (Canelones).
“La Historia es un intento de entender. Necesita de una investigación cuidadosa y de una conclusión tentativa. Y de mucha honestidad intelectual.” (CM)
“No solo escribió en el semanario socialista “El Sol”, como ya se dijo. Fue asimismo periodista del diario plural de izquierda “Época”, de los semanarios también socialistas “Izquierda” y “El Oriental”, de la revista “Patria” y el mensuario “Memorias.ur”, editado por Jóvenes de la Fundación Vivian Trías a fines de los 90. Escribió unos 3 mil artículos, mientras vivió en Uruguay.
“En 1974, como ya se dijo, debió exiliarse en Buenos Aires. Allí dio clases en la Universidad Católica de La Plata (UNLP) y en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Tras el golpe militar en Argentina, comienza a dar clases particulares en grupos; algunos de los cuales se mantuvieron por 20 y 25 años.
“(…) de alguna manera la historia suma, es el campo donde [se puede] meter a todos los actores. Por su complejidad requiere de intentos que la hagan comprensible. El recurso es la objetividad, que se identifica con la honestidad: no te guardes un documento porque no le conviene a tu lectura, y no inventes. Igual siempre lo que opines va a ser subjetivo, pero no hagas trampa”. (CM)
“Fue autor de “La derrota de las lanzas” (Revista Presente, abril de 1962), “El imperialismo en el Uruguay” (1965), “Causas de un alejamiento” (1966), “China: los más puros y duros” (1967), “Izquierdas y derechas en América Latina” (1968), “Los Estados Unidos de América Latina” (1968), “Las clases sociales en América Latina” (1969), “La Patria Grande. De Bolívar a Perón” (1974), “Artigas: el general de los independientes” (1975), “Cronología histórico-cultural de América Latina y el mundo, s. XX” (2015 –con una segunda entrega en preparación–, ganadora de mención de honor en el Premio Libertador al Pensamiento Crítico, 2016 y declarada de “interés educativo” por el MEC, 2017).
“Pero es “Historia de los orientales”, la obra que lo consagra. Y ha sido la obra de mayor repercusión e influencia en la formación de la conciencia histórica de varias generaciones, incluidos políticos que hoy ocupan puestos clave de gobierno, como así también en la formación pedagógica de innúmeros docentes. Fue un fenómeno editorial cuya primera edición de 3 mil ejemplares (diciembre de 1972), se agotó en una semana; la segunda, de otros 3 mil, en un mes, por lo que hubo de editarse una tercera, de 5 mil ejemplares. La sexta y última edición apareció en Barcelona, en 1997.
“Cómo no tejer correlaciones, hilvanar parentescos, no ver afinidades o no visualizar la riqueza de un tejido común, social y cultural, que robustece nuestra orgullosa condición y convicción mestiza de ser partes –en una patria grande fragmentada– de un mundo dividido entre los que no comen y los que no duermen (los que no duermen por temor a la protesta de los que no comen) como lo definió Josué de Castro tantos años atrás.” (CM)
“Su archivo personal, no obstante las mermas sufridas a lo largo de los años, incluye más de 8 mil libros, 4 mil revistas y 300 mil artículos.
“Muchos de sus alumnos actuales lo fueron antes en diversos liceos de Montevideo y Las Piedras en los años ’60 y ’70. Muchos de los profesores que en este momento se destacan en la vida profesional han sido sus discípulos en la Fundación (Gabriel Quirici, Roberto García, Carolina Porley, Diego Gonnet y muchos otros).
“Si Historia de los Orientales había sido un descubrimiento y una motivación, ir a clase con Machado fue un viaje sideral; tuvimos la chance de conocer a un “pequeño Yoda” de la cultura uruguaya…” (Quirici)
“El reconocimiento de Carlos Machado trasciende fronteras y como sólo ocurre con los verdaderos MAESTROS este reconocimiento no es sólo hacia su capacidad y solvencia profesional, sus aportes intelectuales e historiográficos, su articulada oratoria, su dedicación al estudio y a la investigación y por sus clases apasionantes, sino por su extrema generosidad con alumnos (desde siempre) y con toda persona que se acerque a consultarlo.
“Nunca buscó ni quiso prebendas, cargos ni privilegios. Consideró siempre inmoral explotar su circunstancia particular de vida y no lucró jamás con sus dificultades ni con su historia. Vivió con justeza de su jubilación y de sus clases.
“No cabe duda de que Carlos Machado es uno de los mayores historiadores de este país con aportes metodológicos fundamentales y, uno de los que más ha contribuido a formar generaciones de jóvenes críticos, comprometidos, estudiosos y apasionados. Un “Yoda” que ama lo que hace, ama transmitirlo y ama a quienes lo reciben.”(Montevideo, 8 de junio de 2018).
Solo me resta volver al título de esta semblanza a varias voces, aún conmovido por su reciente muerte. Carlos Machado; humildad, sabiduría y talento. Un referente socialista durante más de medio siglo en ambas márgenes del Plata. Un Latinoamericanista de Patria Grande.
Montevideo, julio de 2019
JOSÉ E. DÍAZ