Escribe Federica Blanco | Militante de la JSU
«A Arbel, a Líber, a Hugo, a Susana, a Recalde, a Nieto, a Espósito, a Gutiérrez, a Abreu, Cervelli, López y González; obreros y estudiantes, mártires del pueblo, unidos para siempre, y unidos más que nunca en nuestros corazones».
“Alerta, alerta que camina el antiimperialismo por América Latina”, dice uno de los cánticos que resuena cada 14 de Agosto, mientras un bombo marca el ritmo de los cantos. Es que no es un día más para quienes seguimos luchando por una educación pública de calidad, más presupuesto para la educación y mejor democracia. Sino que es el día en el que recordamos la muerte de nuestro querido Líber Arce y de los demás estudiantes que dieron su vida en defensa de los derechos estudiantiles, y de la educación pública. Es por esto que este día no nos convoca únicamente a recordar a los mártires del pueblo, sino que también nos recuerda que nuestros objetivos y valores básicos y fundamentales por los que ellos dejaron sus vidas, siguen siendo los mismos por los que hoy seguimos luchando.
Una figura bastante emblemática de la política uruguaya recordaba este día como el día en el que “los estudiantes se acordaban de protestar”, tal como quien estuviese hablando de una moda. Al igual que también supo decir, “tienen los ojos en la nuca o todos fuimos revolucionarios cuando fuimos jóvenes”. Pero la lucha obrero-estudiantil para quienes creemos que la educación tiene que estar en manos públicas, siendo un factor de democratización y de avance, no es una simple moda.
Por el contrario, la unidad de los trabajadores y de los estudiantes, continúa siendo el corazón de las luchas populares en nuestro país. Juntos han enfrentado situaciones desafiantes: intentos autoritarios, la década neoliberal, el impulso de las privatizaciones, la tercerización, la desregulación laboral, la crisis del 2002. Permitiendo de esta forma, la incorporación de las demandas no solo de los que tienen voz, sino también de quienes no la tienen. Configurando así, sus cimientos en valores compartidos.
Pero el 14 de Agosto también nos recuerda un Uruguay oscuro. Un Uruguay fundido en el autoritarismo de Jorge Pacheco Areco, símbolo de la mano dura y el autoritarismo contra el pueblo. Fue un gobierno que permitió que sus aparatos represores fueran asesorados por organismos represores de EEUU, tal como la CIA, el FBI y la Escuela de las Américas. Pero no era solo él, sino que todo un sistema en el que los centros económicos mundiales sacaban beneficios a costa de los pueblos del Tercer Mundo, transfiriendo las riquezas hacia los países del primer mundo.
Todo esto aconteció en un mundo muy convulsionado, en el que emergían los movimientos sociales del 68. Movimientos que se caracterizaban por una gran presencia estudiantil, y apostaban a transformaciones de las dimensiones culturales y políticas de las sociedades de ese entonces. Algunos ejemplos de ellos van desde la Primavera de Praga, el Mayo Francés y el movimiento estudiantil en México. Sin lugar a dudas, el 68 marcó un antes y un después en la historia contemporánea. Fue un año en el que se desplegaron en todas partes del mundo diversos tipos de movimientos, manifestaciones, protestas y revueltas. Configurándose así, una nueva generación de jóvenes como el actor protagónico del cambio, disputándole el lugar a la clase proletaria, quien según el pensamiento socialista y marxista, es la protagonista de dicho cambio. Es así que los movimientos estudiantiles devienen en los principales protagonistas de los movimientos sociales de la época. De manera que sus principales demandas referían principalmente a cambios culturales de la sociedad y a la vida privada de los individuos, y no tanto a una transformación sistémica. Estas abarcaban desde una mayor libertad sexual a una educación igualitaria, mientras que también comenzaban a desarrollarse las demandas feministas y ecologistas.
De igual modo, en distintas partes del mundo se desarrollaban los movimientos pacifistas o la moda “hippie” al vestir o al consumir sustancias alucinógenas. También, se desplegaba por el mundo occidental el rock “n” roll con los Beatles, los Rolling Stones o los Shakers aquí en el Río de la Plata. En Vietnam el ejército de EEUU se consumía en una guerra imperialista dejando millones de pérdidas humanas y provocaba la indignación de miles de jóvenes en todas partes del mundo, en particular dentro de su territorio, donde los conciertos de rock más famosos proclamaban la paz, “haz el amor y no la guerra”, fue la consigna más difundida por el movimiento contracultural de la década de los 60 en los Estados Unidos. Dentro del cual, John Lennon y su compañera Yoko Ono se convirtieron en sus principales protagonistas. Por esta razón, no es casualidad que el 8 de diciembre de 1980, Lennon fuera asesinado por un fanático guerrerista.
A partir de los diversos acontecimientos que se dieron en el 68 es que Wallerstein nos habla de una revolución del Sistema-Mundo. Debido a que los diversos sucesos que se desarrollaron a lo largo del mundo, no deben ser pensados de manera aislada, sino que en conjunto conforman un único fenómeno que se estaba desarrollando al mismo tiempo de forma global.
De esta forma, mientras en Europa y en Estados Unidos emergían movimientos contraculturales, en América Latina a partir del triunfo de la Revolución Cubana, las revueltas populares se vieron influenciadas por la misma, configurando el reclamo por una transformación tanto cultural, como política y social, las bases de su lucha. Posicionando en un primer plano el anhelo por hacer la revolución.
Sin dejar de lado los acontecimientos que marcarían mojones históricos determinantes en las relaciones sociales y de poder. En Colombia se produjo el asesinato de Gaitán por parte de la CIA, el asesinato de Sandino en Nicaragua, la invasión en Guatemala por parte de los Marines de los EEUU, derrocando al gobierno de Jacobo Arbens en defensa de la United Fruit Company. El derrocamiento de Batista, y el posterior triunfo de la Revolución Cubana, que inicio una serie de transformaciones que llevaron a Cuba a un enfrentamiento con EEUU que perdura hasta nuestros días. De igual manera, Republica Dominicana es invadida por EEUU, implantando un gobierno títere. Un tiempo antes, se produce la invasión a Playa Girón por parte de grupos contrarrevolucionarios cubanos financiados y apoyados desde EEUU y son derrocados en menos de 48 horas.
Mientras todos estos hechos se desarrollaban en nuestro continente y en el mundo, Uruguay no fue la excepción. Luego de la muerte de Oscar Gestido, en 1967 asume al mando del gobierno -en ese entonces vicepresidente- Jorge Pacheo Areco. A quien Carlos Real de Azúa, le dedicó con un tono de ironía los siguientes trazos biográficos: “De familia antigua aunque modesta, y sin otra actuación pública o privada, que inconclusos estudios de derecho y un persistente entusiasmo por el boxeo, Jorge Pacheco despertó, en plena juventud, la simpatía de su pariente César Batlle Pacheco, el retraído hijo mayor de Batlle y Ordóñez. …El brioso púgil, de viril arrogancia, vio abiertas entonces,…. las puertas del diario El Día, el legendario bastión periodístico del batllismo. … Tras desempeñar paralelamente funciones aduaneras de las que salió con renombre de probo sino de laborioso, y luego de cuatro años más, durante los cuales, electo diputado por Montevideo, mantuvo en el parlamento un mutismo casi invariable Pacheco debió abandonar … El Día … a raíz de su adhesión a la candidatura presidencial del general Oscar Gestido.
Durante su gobierno se desarrolló un estado de transición entre el Estado batllista y la dictadura cívico-militar de 1973. El mandato se caracterizó por el manejo del poder fuera de los límites constitucionales, apoyado en un artículo de la Constitución, que lo dotaba del derecho de implantar Medidas Prontas de Seguridad, instaurando un Estado de sitio permanente, con el sometimiento del Parlamento. Al igual que gobernaba por medio de decretos de urgente aprobación, con la creación de instituciones inexistentes y con desconocimiento de las estructuras políticas de los partidos. De todos modos, pese a la disolución del modelo de legalidad, se mantuvo un marco seudo legal, sin suprimir las instituciones vigentes, aunque vaciadas de contenido.
A la semana de asumir el poder, Pacheco clausuró un periódico e ilegalizó a seis partidos políticos de izquierda, entre ellos el Partido Socialista. A su vez, en diciembre de ese mismo año, el peso se había devaluado en un 100% y volvió a perder otro 25% en abril de 1968. Mientras tanto, los estudiantes iniciaban revueltas para lograr el subsidio estudiantil a sus boletos de transporte público. Al mismo tiempo que se desarrollaban reivindicaciones salariales y presupuestales de los trabajadores y de la FEUU.
El 13 de junio de 1968 Pacheco implantó por decreto el Estado de Sitio. Toda acción gremial se castigaba con confinamientos en cuarteles, donde eran llevados los trabajadores en tandas que se renovaban mensualmente o se les destituía por “deserción”. De igual manera, que cumpliendo con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, decidió exterminar los consejos de salarios y congeló por decreto los salarios al nivel que tenían en diciembre de 1967, al igual que lo hizo con los precios en junio de 1968, mientras la inflación se agudizaba.
El 9 de Agosto el Ejecutivo ordenó a las fuerzas policiales violar la autonomía universitaria. Debido a que en medio de este clima, el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T), si bien había surgido unos años atrás, comenzó a desarrollar una mayor visibilidad pública. Las acciones de este movimiento se expresaron a través de actos de propaganda, asaltos que los proveían de dinero o armamento y secuestros, entre ellos el de un funcionario público relacionado con Pacheco, Ulyses Pereira Reverbel, director de una empresa estatal. De esta forma, bajo el pretexto de encontrar la cárcel del pueblo donde los Tupamaros tenían recluido al funcionario, fueron allanados en la madrugada del 9 de Agosto, el local central y varias facultades.
Al verse atacada una institución tan respetada como la Universidad de la República, la respuesta en conjunto de los universitarios, las autoridades, el rector, los decanos, los consejos y claustros, no se hizo esperar. De igual manera, la represión fue grande y contundente.
Sin embargo, en los días inmediatos a la violación de la autonomía, una manifestación de estudiantes de la Facultad de Veterinaria fue violentamente reprimida. Con tan mala suerte para el pachecato, uno de los disparos provocó la muerte de un estudiante, cuyo nombre era consigna en sí mismo. Se llamaba Líber Arce. Su sepelio y entierro fue la mayor concentración ocurrida en el Montevideo predictatorial, más de 250.000 personas acompañaron al féretro.
De todas formas, Líber Arce fue el primer estudiante asesinado pero no el único, por solo nombrar algunos: Susana Pintos, Hugo de los Santos, Héber Nieto, Walter Medina, los y las jóvenes del liceo Treinta y Tres, los ataques al liceo Bauzá. Cuando matan a Hugo y Susana los heridos de bala suman más de 50 estudiantes.
Sin lugar a dudas, el asesinato de Líber Arce el 14 de Agosto de 1968, le puso punto final al viejo Uruguay en muchos sentidos. Los jóvenes que salían a las calles a reclamar por una mayor democratización de la educación pública eran criminalizados, a tal punto que fueron golpeados, torturados y asesinados. Pero hasta nuestros días, muchas de las razones por las que los mártires estudiantiles lucharon hasta perder sus vidas, continúan forjando las bases por las que hoy el movimiento estudiantil permanece movilizándose. Incluso, frente a un contexto en el que el actual gobierno se dispone a recortar el presupuesto universitario, restringiendo la autonomía universitaria.
Desde la aprobación de la Ley Orgánica de la Universidad en 1958, cuando se establece en amplios sectores de la población la consigna: “Obreros y estudiantes unidos y adelante”, los sectores conservadores han intentado barrer con la universidad al servicio del pueblo. Les molesta que los hijos de los trabajadores puedan estudiar y recibirse de las distintas carreras universitarias, les molesta la enseñanza pública, laica y gratuita, que nos enorgullece tanto a los uruguayos en el mundo entero.
Es así que, este 14 de Agosto los jóvenes levantamos sus banderas una vez más. El contexto en el que estamos, en el que la educación peligra ser mercantilizada, nos obliga a decir nuevamente que lo que la sociedad necesita es una educación pública de calidad al servicio de todos y todas. Porque es a través de ella como hoy muchísimos jóvenes son primera generación de estudiantes universitarios en sus familias. Es a través de una educación que nos permita el libre acceso, nos garantice las condiciones básicas y nos asegure nuestra formación, como vamos forjando cierta conciencia crítica e independiente del mundo en el que vivimos.
Por eso, los estudiantes, tenemos el deber de continuar con esta hermosa lucha. Por los mártires, por sus ideas, por un mundo mejor, el mejor homenaje que podemos hacerles, es seguir luchando.