Hoy es 1º de Mayo. En este día, tan significativo para nosotros, recordamos y reivindicamos a los mártires de Chicago y a todas y todos quienes pusieron su vida al servicio de la causa de la clase trabajadora. Volvemos a pasar por el corazón muchas experiencias históricas -llenas de luces y de sombras-, muchos testimonios alegres y esperanzados de lucha, mucha injusticia y persecución, mucha sangre derramada.
Lo hacemos en un contexto muy especial, signado por la pandemia y por las consecuencias de una emergencia que hace más evidente lo que a veces se quiere justificar o ignorar: la desigualdad de clase y de género, la discriminación, el descarte, la irracionalidad del sistema capitalista.
La crisis es global y la salida también deberá serlo. El mundo, después de este cimbronazo, no puede ni debe ser igual. Aquí el internacionalismo de las y los trabajadores vuelve a revelársenos como la clave para gestar un mundo nuevo, sin explotación ni opresión. Sólo desde los pobres del mundo, solidarios, agrupados, organizados, unidos, podrá forjarse el cambio civilizatorio que permita superar el desastre socio-ambiental y poner la vida y la dignidad en el centro.
En nuestro país, vemos como por momentos las urgencias reales y concretas de miles y miles de trabajadoras y trabajadores se minimizan, mientras proliferan las ollas populares.
Muchos se quedan sin ingresos y no pueden pagar el alquiler, simultáneamente la especulación de algunos deriva en un crecimiento descontrolado de los precios, y aumentan también las tarifas públicas.
Frente a esta realidad reclamamos un diálogo social y político amplio que permita afrontar la emergencia, e insistimos con la necesidad imperiosa de garantizar un ingreso mínimo para quienes no tienen alternativas.
Pero como en un mundo paralelo, la ideología de las clases dominantes, expresada como neoliberalismo autoritario, impone sus propias urgencias que nada tienen que ver con las de las mayorías.
El debilitamiento de las conquistas de las y los trabajadores pretende realizarse aprovechando un contexto de miedo y alerta sanitaria, y buscando atenuar la voz de los movimientos sociales y políticos que nos oponemos a la vieja receta de “ajuste y palos” que exige la lógica del mercado autorregulado .
Este 1º de Mayo queremos poner nuestros énfasis en las y los trabajadores del campo y de la ciudad, que están desempleados o se encuentran precarizados, en las que cargan con la mayor parte del trabajo no remunerado, en quienes no tienen protección social adecuada, en changadores, artistas, artesanos, trabajadoras y trabajadores informales o independientes, en nuestros jubilados y jubiladas. También en las trabajadoras y trabajadores de la salud, los servicios esenciales y la economía social, en los y las que habitan las periferias tantas veces estigmatizadas. En quienes sufren esta crisis en los rincones más pobres y olvidados del mundo, víctimas de la discriminación colonial y racista, de la voracidad del capital trasnacional, de la hiperexplotación. En las y los que han provocado una enorme ola de solidaridad frente a las necesidades y el dolor de sus semejantes.
Otra vez queda claro que el proyecto de la clase trabajadora no es un proyecto corporativo o egoísta, es un proyecto global y plenamente democrático que busca construir un lugar fraterno, donde quepamos todas y todos, sin exclusiones.
Este 1º de Mayo añoramos la cercanía y los abrazos, pero aquí estamos presentes y movilizándonos de otro modo, porque la causa está más vigente que nunca y sólo participando podremos cambiar las cosas.
El Partido Socialista de Uruguay que aspira a ser organización política de las trabajadoras y los trabajadores uruguayos, saluda al PIT-CNT, expresión unitaria de nuestro movimiento sindical, y adhiere a esta celebración con la confianza puesta en el poder colectivo y transformador de la clase trabajadora que es la que hace andar el mundo. Inspirados en el inolvidable Guillermo Chifflet, que nos dejara hace unos días, lo hacemos con firmeza ética y política, comprometidos con la autocrítica fraterna e impostergable que necesitamos, y con la convicción de trabajar con todas nuestras fuerzas para defender las conquistas democráticas y construir poder popular.
¡Viva el 1º de mayo!
Gonzalo Civila
Secretario General
Gerardo Rodríguez
Secretario de Movilización Social y Cultural