Ante la situación de varios pueblos hermanos de nuestro continente

EL PARTIDO SOCIALISTA SOBRE ASPECTOS DE LA SITUACIÓN REGIONAL:

Vivimos en un planeta signado por una profunda crisis civilizatoria. La irracionalidad del sistema capitalista -que subordinando la vida al capital y su acumulación, deshumaniza las relaciones sociales, explota a la clase trabajadora y condena a la humillación, la marginalidad y la muerte a millones de personas, mientras concentra riqueza y poder en pocas manos- ha derivado en incremento de las desigualdades a nivel planetario, importantes desequilibrios ecológicos, difusión de culturas violentas, consumistas e individualistas, y una generalizada insatisfacción y déficit de sentido en las sociedades.

La fase actual de este proceso está pautada, en los planos económico y geopolítico, por la hegemonía del capital financiero trasnacional y la multipolaridad. En este marco la lucha interimperialista y los intentos de rehegemonización de los EEUU, desde mayores niveles de agresividad por parte de la administración Trump, constituyen permanentes amenazas y peligros para la paz mundial.

Es notorio el debilitamiento de EEUU frente al ascenso de otras dos grandes potencias mundiales, China y Rusia. Estas han incursionado (principalmente China) en el hasta hace muy poco tiempo, exclusivo y mal llamado «patio trasero» de los EE.UU. La nueva situación determina un giro en la política exterior de esta potencia, la cual retorna a nuestra región, en busca de recuperar su posición hegemónica y exclusiva. Esto explica, en gran medida, el surgimiento de escenarios de alta tensión política en América Latina. El debilitamiento de la institucionalidad regional es funcional a la estrategia del imperialismo estadounidense, al igual que el lamentable papel de la OEA y su Secretario General en la gestión política de los conflictos.  

En un contexto de avance de las fuerzas conservadoras en la región, que intentan por cualquier vía restaurar los privilegios de las clases dominantes a costa de barrer con los derechos conquistados por las mayorías populares y nuestros gobiernos, es imperioso, como socialistas, identificarnos desde la radicalidad más profunda en la defensa de las conquistas alcanzadas, la solidaridad, la libertad, la democracia (en su más auténtico sentido político, económico, social y cultural) y los derechos humanos.

Ante cualquier afrenta a nuestros principios, vengan de quien vengan, la izquierda comprometida con la Democracia y el Socialismo, convencida de la posibilidad de construir un futuro verdaderamente humano sobre esas bases, debe aportar con humildad, autonomía y valentía su opinión y mirada crítica, reivindicando siempre su propuesta alternativa. Toda ausencia es una irresponsabilidad y una omisión al internacionalismo y al latinoamericanismo.

En ese sentido, y en relación a la situación de varios pueblos hermanos que atraviesan momentos difíciles, expresamos:

ARGENTINA

El acceso a la presidencia de Mauricio Macri en la República Argentina ha significado, para esa Nación hermana y para su pueblo, volver a sostener sobre sus espaldas todo el peso de la aplicación de medidas económicas y sociales de neto corte neoliberal. Estas medidas han beneficiado exclusivamente al capital financiero, y han perjudicado a las grandes mayorías.

El gobierno empresarial de Macri está signado por un rápido deterioro de todos los indicadores sociales y económicos, una brutal devaluación con caída del salario real de los trabajadores, la implementación de políticas de ajuste sobre los jubilados y los sectores más vulnerados de la sociedad, la creciente represión de la protesta social, y un giro en la política internacional, que incluye la negociación con EEUU para la instalación de bases militares en su territorio, lo que constituye un peligro para toda la región.

Luego de la exitosa política de desendeudamiento de la década anterior, el actual gobierno de Argentina resolvió pactar, una vez más, un préstamo internacional con el FMI bajo condiciones que comprometen el presente y el futuro de ese país, y que nos hacen temer la repetición de un escenario similar al de diciembre del 2001.

En medio de esta grave coyuntura, saludamos la reciente aprobación, en la Cámara de Diputados, del proyecto de Ley que despenaliza el aborto, con el apoyo de diversas fuerzas políticas. Sin dudas, el triunfo del pasado jueves es resultado de la movilización de miles y miles de mujeres argentinas que desde hace años luchan por esta y otras reivindicaciones, orientadas a objetivos de mayor igualdad y justicia. Sepan que cuentan con las socialistas uruguayas; su lucha de hoy fue hace unos años la nuestra.

BRASIL

Manifestamos nuestra preocupación ante la alarmante situación que se vive en Brasil donde la democracia y el estado de derecho se mantienen bajo presión. El espacio político para el diálogo y el entendimiento está siendo restringido por una atmósfera de intolerancia, odio y amenazas. El asesinato de militantes sociales y políticos, la represión creciente sobre los sectores más desamparados de la sociedad, y el llamado público de ciudadanos para la intervención militar, son signos alarmantes de la precariedad del orden democrático en Brasil.

En medio de grandes movilizaciones de diversos sectores de la sociedad, el ilegítimo gobierno de Temer, con la constelación de factores de poder que lo sustenta, ha dado un nuevo impulso a su política de ataque a las conquistas populares de los últimos años, anunciando más recortes en Educación, Salud, y programas orientados a la juventud, el combate al tráfico de drogas y la lucha contra la violencia de género.

Nuestras organizaciones deben liderar la lucha por la ética y la transparencia, así como velar por el cumplimiento estricto del compromiso irrenunciable con el pueblo, sus luchas y sus necesidades. Esto exige analizar sistemáticamente tanto los aciertos como los errores o desvíos cometidos por cualquiera de nuestros gobiernos, sin margen para las excusas. Debemos ser implacables: ser vacilantes o tener doble moral nos deslegitima, nos condena y es éticamente inaceptable.  

No obstante, la persecución política dirigida a la figura de Lula da Silva, sustentada en una influencia e intromisión indebida en los procesos legales y judiciales, y claramente orientada a anular su posible aspiración presidencial como candidato del PT de cara a las elecciones del próximo mes de octubre, constituye un ataque a la democracia brasileña y a la memoria histórica de su pueblo.

Como presidente, Lula da Silva ha hecho una gran contribución a la democracia y la justicia social en Brasil. Los programas sociales implementados durante su mandato han sacado a millones de brasileños/as del hambre, la pobreza y las condiciones infrahumanas en las que vivían. Lula se ha convertido así en una referencia internacional. Si bien estos méritos no lo ponen por encima de la ley, su popularidad tampoco lo pone por debajo.

COLOMBIA

Rechazamos la concreción de la incorporación de Colombia a la OTAN en calidad de “socio global”. La asociación a esta alianza militar y belicista, constituye sin lugar a dudas un duro golpe a nuestra región que se ha mantenido en la escena global como una zona de paz, desnuclearizada y libre de conflictos bélicos.

Por otra parte, la decisión representa inequívocamente un golpe al proceso de integración suramericano. Entre las razones que motivaron el establecimiento de un Consejo de Defensa Sudamericano a nivel de la UNASUR estaba la necesidad de enfrentar riesgos y amenzas comunes de seguridad regional (armamentismo y defensa soberana de las fronteras) y hacer valer una política de buena vecindad, independiente de cualquier intromisión extranjera, con base en las medidas de fomento a la confianza y seguridad.

Lamentablemente el proyecto suramericano no pasa por su mejor momento, siendo Colombia uno de los cinco países que en el mes de abril anunciaron su alejamiento de la UNASUR por tiempo indefinido.

Saludamos el avance notable de las fuerzas democráticas y progresistas en una elección con importantes mejoras en las garantías democráticas. Esperamos que el nuevo gobierno devuelva a Colombia a la senda del esfuerzo por el fortalecimiento de la unidad, la integración y la soberanía de América del Sur, en vez de fortalecer esta asociación con un bloque militar de fuerte vocación imperialista. Hacemos votos para que asuma, a su vez, el fortalecimiento del proceso de Paz pactado entre el Gobierno saliente y las FARC, exhortando a que se ponga fin a los asesinatos de ex guerrilleros y luchadores sociales.

VENEZUELA

Expresamos nuestra preocupación ante el persistente retroceso de los derechos democráticos, la grave crisis económica y el permanente estado de conflicto que se vive en Venezuela. Hasta la fecha, gobierno y oposición no han logrado establecer un diálogo sincero y duradero que saque al país de esta situación de estancamiento político y profunda crisis económica.

Reafirmamos la posición sostenida por nuestro gobierno en cuanto a que la peor solución para el pueblo de Venezuela es profundizar su aislamiento internacional, y estamos convencidos de que la única salida a la actual crisis será la que surja de un debate a fondo. En este proceso el rol y la responsabilidad principal de las instituciones estatales es irremplazable.

NICARAGUA

Reiteramos nuestra solidaridad con el pueblo y los jóvenes de Nicaragua que están sufriendo las consecuencias de un uso de la fuerza absolutamente desproporcionado por parte del gobierno de Daniel Ortega. Las protestas iniciadas el 18 de abril por estudiantes universitarios y jubilados en contra de la reforma de la seguridad social, se convirtieron en la peor crisis de la historia reciente en ese país. Desde ese momento, el gobierno no ha dejado de reprimir cientos de manifestaciones pacíficas que transcurren en toda Nicaragua, con el saldo de más de 1200 personas heridas y 160 muertes, en su mayoría de jóvenes de entre 18 y 22 años.

El diálogo social acordado por gobierno y manifestantes y liderado por la Conferencia Episcopal nicaragüense fue suspendido por los obispos tras el ataque de una marcha pacífica que el 30 de mayo, en el día de la madre, homenajeaba a las madres de las víctimas de la represión de abril.

Manifestamos nuestra solidaridad con las familias de las víctimas y reiteramos la demanda del cese inmediato de toda forma de represión contra el pueblo nicaragüense, así como el fin del hostigamiento y amenazas a líderes estudiantiles y sociales. Al mismo tiempo, nos sumamos a la exigencia internacional de esclarecimiento de los actos represivos, con la debida identificación y juzgamiento de sus responsables. Esperamos, a su vez, que a partir del restablecimiento de la mesa de diálogo anunciado el pasado viernes puedan hallarse los caminos que contribuyan a garantizar la institucionalidad democrática y el respeto pleno de los Derechos Humanos.

Condenamos la actitud del gobierno Ortega-Murillo que, aliado con sectores empresariales, sigue confirmando el rumbo de un régimen devenido en autocrático, personalista y de partido hegemónico, que apunta a perpetuar a una dinastía familiar en el gobierno del hermano país. El proceso en curso se aleja cada vez más de aquella revolución con la cual nos identificamos en sus aspiraciones de transformación, democracia social y económica, y que tanto defendimos de sus múltiples enemigos.

Estamos convencidos que el diálogo político que aborde los desafíos fundamentales del país será el único camino que honre la memoria del General de los hombres libres y su lucha.

VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS

Las y los socialistas uruguayos ratificamos nuestra preocupación por las violaciones gravísimas a los derechos humanos que acontecen en otros países de la región. En este sentido, no podemos dejar de mencionar la preocupante pasividad de organismos regionales ante la consolidación del régimen fraudulento y represivo de Honduras, la permanencia de la ilegal cárcel y centro de torturas global de Guantánamo, los peligrosos avances de la construcción de un muro entre Estados Unidos y México (basado en una concepción xenófoba que viola todas las Cartas de NNUU sobre protección y derechos de migrantes), así como el asesinato de decenas de defensores de derechos humanos en Colombia o el avance del comercio de armas de gran escala que promueven Estados Unidos y otras  potencias en nuestra América Latina. En el marco de las contradicciones de la globalización, las luchas por La Paz, la democracia y la independencia, están hoy, más estrechamente unidas que nunca.

 

Casa del Pueblo, Montevideo, 18 de junio de 2018